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Intercambio estudiantil, sin salir de casa

(1) (2) Hace más de un año y medio se cerraron las fronteras de muchos países y con ellas las posibilidades de miles de estudiantes para tener su experiencia de intercambio internacional. Las instituciones de educación, además de repensarse en las actividades curriculares, han tenido que buscar alternativas para formar integralmente a estudiantes con competencias globales duraderas, que muchas veces van más allá del currículo.

Antes de la pandemia las razones para profundizar la internacionalización en casa se fundamentaban en complementar el tradicional intercambio, las pasantías, los dobles títulos entre otras actividades. Pero para países en desarrollo, los altos costos y las dificultades varias para viajar a otro país podrían ser incluso razones más fuertes que justifiquen promover la internacionalización en casa.

Teniendo en cuenta el reto que la pandemia actual significó para muchos de estos procesos en la educación internacional. Como pasó en otros sectores, se intensifica la transformación digital y por ende se potencializa todo aquello que fuera posible a través de medios virtuales y usara tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs). Es aquí donde estrategias que usan la mediación de TICs para facilitar el trabajo colaborativo desde diferentes lugares, pone a profesores y estudiantes de un país a interactuar con sus pares en otra parte del mundo, con actividades que deben completarse en un tiempo determinado e incluye aprendizaje e interacción intercultural.

Esta estrategia ha sido probada y aunque denominada por diferentes instituciones de forma particular (e.g. Global Classroom, Aulas Inerconectadas), tiene sus pasos esenciales, pero como cualquier proyecto a veces hay necesidad de improvisar sobre la marcha.

El primer reto es encontrar el socio, seguramente la oficina internacional de la institución ayudará en eso. Cuando se encuentren, además de crear confianza deben alinearse sus intereses académicos objetivos y resultados de aprendizaje. De una buena planeación con el par dependerá en mucho, el éxito de la aventura.

Con el proyecto en mano viene el transmitirlo a sus alumnos, seguramente encontrará como en cualquier aula: animados, aburridos e indiferentes. La generación de confianza entre pares profesores y pares alumnos, es esencial para que los animados sean la mayoría (quizás todos). Las actividades para romper el hielo, aunque tengan que hacer uso de bastante tiempo para su desarrollo, son claves para lograr fluir la confianza y posterior trabajo.

Ya una vez puesto en ejecución el proyecto, siga el plan. Hay que esperar contingencias (las técnicas son muy usuales), pero por suerte la virtualidad permite el ejercicio asincrónico y que los estudiantes desarrollen autónomamente soluciones a problemas, quizás ellos lo resuelvan antes que el profesor. Para el beneficio tanto de docentes como de estudiantes es fundamental contar con un equipo logístico de apoyo con experiencia en esta práctica.

En el tiempo del proyecto también se debe estar atento para retroalimentar y revisar los progresos. Desde el punto de vista de los profesores, es bueno ver a los estudiantes en algunos momentos por video (porque en el ambiente virtual pocas veces prenden la cámara) y comprobar a través de sus explicaciones que un determinado concepto ha sido comprendido y además puede ser aplicado. Adicionalmente, se fomenta la creatividad en el diseño de actividades y búsqueda de espacios de coincidencia para un compartir sincrónico y virtual.

Una de las competencias que es posible desarrollar es el trabajo en equipo con personas de contextos y realidades distintas. En este sentido, los estudiantes salen de su zona de confort y deben buscar estrategias colaborativas y de solución de problemas en tiempo récord y pertinentes a su aprendizaje en el marco del currículo. De forma complementaria, al conversar con personas de otros países es posible reforzar o modificar estereotipos y cambiar percepciones por realidad. Finalmente, también aumenta la empatía al comprender que estudiantes a nivel mundial también pueden enfrentarse a problemas que a veces se perciben como exclusivamente locales.

Durante y al finalizar, seguramente el profesor podrá evaluar en los estudiantes el conocimiento, pero es igual de importante revisar su sentir y logro de otras competencias.

Vale la pena destacar que, si bien hay elementos de la educación virtual que aún deben ser ajustados y rediseñados, la estrategia COIL es un ejemplo de práctica que traspasa las fronteras físicas y apoya la calidad e internacionalización de cada institución. Además, es incluyente, porque requiere una inversión mucho menor que un viaje, conservando un impacto en cuanto a percepción cultural y aprendizaje de contenido.

Una vez se ha hecho la primera vez este tipo de actividad, será difícil dejar de repetir, tanto que esperará que lo vacunen rápido para irse a visitar a sus pares en el otro país y darse cuenta por si mismo la otra parte de la interculturalidad que incluya los 5 sentidos. Ojalá esta experiencia sirva como inspiración y sean más las iniciativas que surjan en aras de proveer un aprendizaje integral, innovador e internacional para los participantes.

[1] Esta experiencia se basa en los modelos de intercambio mediados por TICs realizados por el Tec de Monterrey (Global Classroom) y Universidad del Norte (Aulas Interconectadas).

[2] Escrito en colaboración entre Lorena Palacios Profesora del Tec de Monterrey (campus Guadalajara-México) y Jahir Lombana, Profesor de la Universidad del Norte (Barranquilla – Colombia)