Ya está vigente el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Colombia, y como el resto de regiones, el Caribe colombiano tiene ante sí el reto de entrar en un nuevo escenario de competitividad para que no se vuelva la oportunidad en peligros y más retrocesos a la mejora de las condiciones sociales que hoy viven muchos de quienes vivimos aquí.

Desde el OECC, nos resulta muy importante convertirnos en un actor válido para apoyar los procesos educativos que esta región exige para afrontar el TLC en condiciones. Es por ello que estimamos que no solo resulta importante favorecer los escenarios educativos dirigidos a la población económicamente activa y a los adultos; sino que también se exige fortalecer la educación desde los empresarios que están radicados en esta región.

Si tomamos como ejemplo la caracterización de la oferta y demanda laboral de recién egresados en el Área Metropolitana de Barranquilla 2001-2008, realizado por Fundesarrollo a partir de los datos obtenidos por el Observatorio Laboral del Ministerio de Educación, un importante porcentaje de los empresarios en esta importante ciudad del Caribe colombiano, aun consideran como competencias claves de sus empleados, aquellas relacionadas con el trabajo independiente, la identificación y resolución de problemas, la administración de información clave para la empresa y otros aspectos relacionados con el desarrollo tradicional de una empresa; quedando en un segundo plano las competencias relacionadas con el uso de herramientas especializadas, el aprendizaje de segundos idioma y el ejercicio profesional bajo contextos multiculturales, por ejemplo.

Bajo este escenario, es que desde el OECC, nos tomamos la libertad de promover estudios y acciones que ayuden a muchos empresarios de la región en dar también prioridad a competencias orientadas para el aumento de las  condiciones especiales que deberán tener que afrontar el mercado laboral y sector productivo, ante los posibles escenarios de oportunidades y retos que traerá consigo el TLC.