
¿Un líder nace o se hace? Esta es quizás la eterna pregunta, pero para llegar a ello es preciso contextualizar sobre lo que es el liderazgo. Podemos decir que este fenómeno sociológico, antropológico, biológico es inherente a todas las especies que viven en sociedad. Para que una estructura organizacional pueda lograr sus propósitos se hace necesario la existencia de un individuo de esa población que presente unos rasgos y unas características que le posibiliten las competencias para liderar. Entiéndase “liderar” como la competencia para guiar a otros, para orientar a los demás.
En el caso de los elefantes, por ejemplo, la elefanta más adulta ejerce este rol en las estepas africanas. En esos grupos la hembra de más edad- la matriarca- ejerce el liderazgo: juega un papel clave en la coordinación de los movimientos del grupo y en las respuestas a las amenazas. En este caso, su condición de líder obedece probablemente al hecho que, al ser la hembra de más edad, cuenta con más conocimiento ecológico en comparación al resto de miembros del grupo (McComb, K.,2011).
Hoy en día, el concepto de líder y liderazgo adquiere más relevancia por su necesidad social, sin embargo, podríamos decir que el liderazgo está en crisis. De acuerdo con Drucker (1942) la crisis del liderazgo obedece a los errores que se presentan en la formación para el liderazgo, pues los esquemas de enseñanza no se han adaptado a los cambios y necesidades para los nuevos modelos de líderes que requiere el mundo en la actualidad, donde no solo se evalúan resultados a nivel económico, también relaciones interpersonales y desarrollo social.
Para ampliar el concepto de liderazgo, es preciso definir las cualidades que un líder debe tener. Estas son: logro de resultados eficaces, capacidad de reacción, toma de decisiones, confianza, construcción social, ser un ejemplo a seguir, proyecto de vida ético, entre otras (Tobón, 2005).
Para desarrollar las competencias al servicio de la formación de líderes, es importante reconocer al ser humano como un ser holístico y precisar sus 5 dimensiones fundamentales: EL SENTIR, EL SER, EL SABER, EL SABER HACER Y EL TENER (Hernández, A.,2014) .
Hernández, A (2014)
Dentro de las principales dificultades que se encuentran para el desarrollo de competencias al servicio de la formación de líderes se encuentran que la educación superior se enfoca en EL SABER, transmitiendo conocimientos propios de cada campo, y en el SABER HACER, pues el objetivo es que el profesional lleve a la práctica el conocimiento adquirido en el campo de acción para el cual se ha preparado, pero con dificultad se articula el SABER SER, pues el desarrollo de las competencias de actitud, de motivación, de liderazgo, de iniciativa, la capacidad de influir en otros por el logro de objetivos no se desarrolla desde la universidad.
Es por esto, que el siglo XXI nos desafía a seguir cuestionandonos, ¿el liderazgo nace?, ¿se hace? A lo que podríamos responder, nace, se forma y se proyecta. El reto es crear instituciones y entidades que asuman de por sí la iniciativa de estructurar currículos formales y no dejarlo como un fenómeno del azar, sino como un proceso de planificación cultural.
Es la educación superior en Colombia la llamada a generar los espacios formativos para líderes con competencias de liderazgo, donde se piense en un profesional desde su ser individual, pero también desde sus relaciones con los demás y bajo un contexto social que logre construcción de sociedad (Hernández, 2014).
Un caso que puede dar muestra de esto es la Universidad del Norte, que ha asumido dentro de su Misión Institucional el fomento de este fenómeno a través de distintas estrategias, una de ellas la creación del Programa Univoluntarios, específicamente a través del proyecto Red de Liderazgo Juvenil. Este proyecto busca capacitar a estudiantes que cursan noveno, décimo y undécimo grado y algunos de sus profesores, en competencias de liderazgo que le permitan construir proyectos y acciones de cambio en su vida cotidiana.
¿Cuál es la esencia de un líder?, ¿por qué es importante la cualificación de un ser humano en estas competencias? para dar respuesta a estos interrogantes, retomamos lo expuesto anteriormente acerca de que el liderazgo es el motor esencial para el desarrollo de cualquier proyecto humano. Según lo planteado por Peter Drucker, el papel del líder se considera determinante en procesos de cambios, pues requiere aprender nuevos conocimientos para enfrentar los cambios, pone a prueba su capacidad de reacción y oportunidad en la toma de decisiones eficaces, para obtener resultados, pero sobre todo para lograr una sociedad mejor (The Drucker Fundation, 1942).
Mucha es la literatura que se ha escrito sobre este fenómeno en los últimos cuarenta años y ya se ha construido un discurso argumental, en torno a la comprensión sociocultural de este fenómeno. Toda esta literatura nos indica cuál es el perfil de un líder, sin embargo, creemos que es importante llegar a depurar el concepto para un refinamiento que nos permita llegar, como plantea Emmanuel Kant, “a la esencia de las cosas”. Los criterios para definir un buen líder, son muchos y diversos: una buena gestión del talento, las competencias y las emociones.
La contemporaneidad nos demanda redefinir la misión de un líder y básicamente en concordancia con los postulados del filósofo alemán, reconocemos que el rasgo esencial de un líder del siglo XXI, es aquel que logra despertar el alma del otro. Un ser humano que se centre en esto tiene la esencia de un líder.
Referencias
Tobón, S. (2005). Formación basada en Competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica (Vol. Segundo). Bogotá, Colombia: Ecoe Ediciones.
Hernández, A (2014). Liderazgo, competencias y educación superior en Colombia. Universidad Militar Nueva Granada.
The Drucker Fundation. (1942). El líder del futuro. Claremont, California: Deusto.
Stephen P. Robbins, P. (2002). Capitulo 12: Temas contemporáneos del liderazgo. En P. Stephen P. Robbins, La verdad sobre la dirección de personas. Estados Unidos: Financial Times Press
McComb, K.Shannon, G., Durant, S., Sayialel, K., Slotow, R., Poole, J., & Moss, C. (2011). Leadership in elephants: the adaptive value of age Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 278 (1722), 3270-3276