Uninorte conservará hallazgos fósiles de la Alta Guajira

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El gavial fue una de las especies encontradas, que en la actualidad solo vive en el río Ganges.

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10 ago 2016

En el año 2014, investigadores colombianos, entre estos un grupo de profesores de Uninorte, realizaron una serie de expediciones paleontológicas en la Alta Guajira, que tuvieron como resultado el hallazgo de 700 kilos de restos de fauna fósil. Luego de haber pasado meses en un proceso de limpieza y preparación, estos fósiles llegaron a Uninorte, en donde serán conservados permanentemente.

Cocodrilos, tiburones, tortugas y delfines fueron algunas de los animales encontrados en el trabajo de campo, en el que participó el profesor Jaime Escobar, ingeniero ambiental y director de Instituto de Desarrollo Sostenible (IDS). Incluso, hay especies nuevas que no han sido clasificadas antes y otras que ya se extinguieron.

Debido al gran volumen y variedad de estos fósiles, y de que es el único lugar del Caribe colombiano en el que se está llevando a cabo una investigación de este tipo, la universidad será el foco de especialistas alrededor del mundo que podrán estudiar estas piezas para clasificarlas y describirlas según su procedencia.

Las ventajas que esto trae para Uninorte son muchas, debido a que brindará oportunidades de trabajo conjunto con profesores y entidades públicas y privadas del exterior. “En dos años, desde el descubrimiento de los fósiles, ya han venido 10 personas de otros países solo a ver la colección. Es un puente de internacionalización muy grande para la universidad”, comentó Escobar.

El material también supone una gran ventaja para los estudiantes del pregrado de Geología, quienes tendrán la oportunidad de usar como objeto de estudio los restos de fauna encontrados, al igual que las rocas que hacen parte de la colección. Según Felipe Lamus, profesor de este programa y encargado junto con Escobar de este proyecto paleontológico, es una oportunidad única que se tenga la opción de trabajar con el material.

“Tener estos restos aquí abre muchas posibilidades a otras salidas de campo y ayuda a expandir el conocimiento y el aprendizaje con los estudiantes”, dijo.

Sin embargo, además de ser una gran ventaja para la universidad, también implica un compromiso científico y social por parte de la misma. Según la política nacional de apropiación social del conocimiento, esta tiene el deber de compartir lo encontrado no solo con la comunidad científica sino también con el público en general.

Por un lado, se debe tener a un personal adecuado que esté en función de la organización y el cuidado de los fósiles, así como de su disponibilidad para el estudio por parte de los expertos interesados. Pero no menos importante, según esta política, se deben mostrar de una forma en la que puedan llegar a todo púbico. En este caso podría ser a través de exposiciones temporales en museos, para que se conozca parte de la historia ecológica no solo de la Alta Guajira, sino también del Caribe colombiano.

Otro de los aspectos claves es el del almacenamiento. Tanto Escobar como Lamus coinciden en que es de suma importancia tener un espacio lo suficientemente grande en donde mantener los restos. Actualmente la Universidad del Norte, además de tener una gran colección paleontológica, cuenta con un material arqueológico y biológico que también va en crecimiento.

En esta tarea, la temperatura y la humedad deben ser tenidas en cuenta. “Cuando se quita la roca dentro de la que se encuentran los fósiles, estos se ponen frágiles. Entonces hay que tener mucho cuidado  y guardarlos en lugares en los que se puedan controlar muy bien las condiciones para garantizar su conservación”, añadió Lamus.

Uno de los propósitos centrales de las expediciones a La Guajira es el de establecer qué sucedió con el clima en los 2,5 millones de años que transcurrieron desde que estos fósiles eran seres vivos. Actualmente, a este departamento no le caen más de 300 mm de agua al año, pero para que las especies encontradas pudieran vivir se necesitaban ríos y fuentes de agua grandes.

Esto lleva a los investigadores a preguntarse las causas de ese proceso de aridificación. Según Escobar, este “pudo haber sido un proceso natural, pero no se debe descartar la idea de que haya tenido un componente humano, un cambio en los usos del suelo muy fuerte”, explicó.

Como parte de esta línea de investigación, Uninorte y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, planean realizar una expedición paleontológica al municipio de Tubará, debido a que se tiene información de que posee un contenido fósil muy diverso. Estudios que son necesarios para comprender el comportamiento del clima en el pasado y así entender los fenómenos del presente.

Por: Oriana Lewis

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