Hallazgos sobre vida prehispánica en terreno de hidroeléctrica

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José Rodríguez durante su intervención.

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11 may 2017

Después de décadas, el territorio de la Alta Magdalena, en el Huila, pudo documentar patrones de ocupación y cambio social, prácticas funerarias y condiciones de vida de sociedades prehispánicas que ocupaban la zona. Ello mediante un proyecto de arqueología preventiva realizado por la Universidad Nacional durante la construcción de la Central Hidroeléctrica El Quimbo.

En el 2010, la compañía Emgesa inició obras de una planta generadora de energía ubicada al sur del departamento de Huila, la Central Hidroeléctrica El Quimbo; la cual abastecería cerca del 4% de la demanda energética colombiana. Los municipios de influencia de la construcción son Altamira, El Agrado, Garzón, Gigante, Paicol y Tesalia.

En el Plan de Manejo Arqueológico, la compañía suscribió dos contratos con la Universidad Nacional para la realización de proyectos investigativos, en los cuales trabajaron los docentes José Rodríguez y Amparo Ariza, quienes contaron por menores de los hallazgos realizados en la primera edición del Congreso Colombiano de Arqueología, que se realiza en Uninorte del 10 al 12 de mayo.

A través del análisis de restos óseos en La Jagua, Garzón, averiguaron información sobre las principales enfermedades de los antiguos habitantes, rasgos físicos, estatura, estructura demográfica, posibles orígenes y tendencias evolutivas.

Excavaron cerca de 1200 cortes arqueológicos, entre los cuales encontraron 409 enterramientos humanos dispersos por distintos sitios y de distintos periodos en el área de influencia de la Central Hidroeléctrica El Quimbo. Según explicó Rodríguez, también se hallaron fragmentos de cerámica. “Se comprobó que era alta la tasa de mortalidad infantil, y que la esperanza de vida de las personas era en promedio de 29 años”, dijo.

Fue un estudio que tuvo como foco los patrones funerarios; las características de sexo, edad, rasgos físicos y patológicos; las principales enfermedades que padecieron; y sus tendencias evolutivas. Además de la preservación del patrimonio expresado en artefactos líticos, piezas orfebres, restos óseos animales y vasijas cerámicas.
 
Por Adriana Chica García

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