Viajar a otro país por una cura: riesgos y preocupaciones bioéticas

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Mario De La Puente, docente de Relaciones Internacionales de Uninorte.

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14 ago 2017

El turismo de salud ha tenido un gran auge a lo largo de la última década, con cientos de pacientes buscando tratamientos y procedimientos médicos fuera de fronteras nacionales por diferentes razones. Así se ha venido creando una oferta internacional de servicios médicos que combinan los procedimientos de medicina con experiencias turísticas, basadas en las riquezas culturales y naturales de cada país oferente.

En el marco de una nueva edición del Seminario IEEC, Mario De La Puente, profesor de división de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales, realizó un análisis descriptivo de este mercado, sobre el que “existe muy poca regulación internacional y por supuesto se presta para otro tipo de agentes que aprovechan la captación de pacientes y las imperfecciones propias de un mercado, en el cual hay muy poco conocimiento”.

De La Puente, internacionalista y doctor en Análisis Económico de la Universidad Rey Juan Carlos, enfatizó en el trasplante de órganos y tratamientos con células madres como los procedimientos de mayor riesgo para los agentes no estatales involucrados en el turismo de salud, dada no solo la falta de regulación sino también la homologación de protocolos de atención médica, que generan vacíos operacionales y legales.

En el caso de los trasplantes, el profesor señaló como principales preocupaciones bioéticas el hecho de que el ser humano sea visto “como un insumo en poblaciones donde la atención pública es mínima”, y también se preste para el aumento de la ilegalidad de órganos vendidos al incrementar sus precios y se cree una mafia alrededor de este mercado.

De La Puente explicó que las terapias con células madres, en países considerados de renta baja, usualmente “no cuentan con suficiente evidencia científica de su eficacia ni posibilidad de verificación con pares”. Además, se basan en “reportes anecdóticos y personas ajenas al medio científico” que fueron beneficiadas por el tratamiento.

Según el académico hay una perspectiva de rechazo frente a estos tratamientos con células madres no avalados por organismos internacionales en la salud. Entre los factores que generan más resistencia se encuentran el gasto elevado de estos procedimientos cuando no tienen comprobación científica, el escaso número de pruebas de beneficios terapéuticos y los riesgos de infecciones, complicaciones quirúrgicas y fallecimiento, especialmente cuando el paciente está en el extranjero.

Por lo anterior, De La Puente propone una serie de soluciones para disminuir el desplazamiento a localidades que pueden presentar un riesgo a la salud del paciente. Entre ellos, el refuerzo de la regulación gubernamental a través de actos legislativos y administrativos que permitan clasificar los materiales biológicos.

“La cooperación entre sistemas sanitarios nacionales, basado en declaraciones de organismos internacionales de gran reconocimiento, puede facilitar la posibilidad de ejecutar planes conjuntos de viajes con fines de trasplantes de órganos, cerrando espacios a la ilegalidad y criminalidad", concluyó.

Por Andrés Martínez Zalamea

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