Estudiantes de Diseño Industrial construyen parques infantiles en dos colegios de Soledad

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El grupo de estudiantes que realizó el parque infantil en el Politécnico de Soledad junto con el profesor Libardo Reyes posa mientras las niñas del grado transición disfrutan de los juegos.

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07 jun 2018

En la Institución Educativa Politécnico de Soledad y la Fundación Integral Para el Desarrollo del Ser Humano en la Sociedad (Fusdish), más de 100 niños del grado preescolar no tenían un parque infantil donde jugar. Hoy, gracias al apoyo de un grupo de 26 estudiantes de Diseño Industrial de la Universidad del Norte y Univoluntarios, los pequeños pueden disfrutar de estos espacios.

Los estudiantes, quienes durante todo el semestre desarrollaron un estudio sobre las necesidades de los niños pequeños, construyeron espacios recreacionales que se adaptaban a los colegios ubicados en Soledad y que respondían a los requerimientos de cada población.

Las instituciones educativas, que reciben niños en su mayoría de población desfavorecida, fueron las beneficiarias del proyecto que nació en la clase “Taller III: factores humanos” del programa de Diseño Industrial. Con ayuda de Univoluntarios, fueron identificadas como las poblaciones objetivo.

Según explica el docente de la materia, Libardo Reyes, los estudiantes fueron divididos en dos grupos y cada uno estaba encargado de realizar un parque infantil que respondiera a las necesidades de los niños y los espacios que se les proveían. En ese sentido, en el Politécnico los jóvenes realizaron un parque ubicado en un amplio espacio verde y al aire libre, mientras que en el Fusdish crearon un parque en un espacio cerrado y bajo techo.

Para él, este fue un reto importante debido a que la diferencia entre los espacios implicaba para los jóvenes distintas exigencias. En un espacio abierto, según explica, se deben tener en cuenta los cambios climáticos, el sol y la lluvia, como elementos que puedan afectar los juegos, sin embargo, en un espacio cerrado la limitación del tamaño del lugar exige que las propuestas sean menores en tamaño e incluyan más juegos de carácter mental

Reyes destaca que este ejercicio permite a los estudiantes solucionar problemáticas reales de una población, en este caso la de carecer de un espacio idóneo para recrearse. Según él, uno de los objetivos es también lograr que los jóvenes creen propuestas que impacten en la comunidad, además de que se sensibilicen de las necesidades propias de cada comunidad.

Para Isabella Amauri, una de las estudiantes que trabajó en la construcción del parque del Politécnico de Soledad, que es un colegio femenino, esta fue una oportunidad importante para aportar a la comunidad y crear un espacio en el que las niñas pequeñas de este colegio puedan desarrollar mejor sus actividades motrices en un espacio amplio y especializado. Para su diseño se utilizaron colores vivos y el Carnaval de Barranquilla como inspiración.

“Lo que nosotros quisimos hacer fue basarnos en las necesidades que a esa edad los niños tienen, por ejemplo, el desarrollo de los huesos, desarrollo de los músculos, la socialización, y quisimos hacer juegos dinámicos, de colores vivos, basados en la temática del Carnaval de Barranquilla”, puntualizó.

Por su parte, Gisella Robles, docente del grado de transición, destacó que estos espacios que fueron diseñados especialmente para las niñas resultaron muy beneficiosos porque facilitan la integración de las pequeñas y responden a sus necesidades e intereses.

“Estamos muy contentos y muy agradecidos. Solo ver los rostros de las niñas nos dice muchísimo. De hecho hemos tenido que hacer un plan de control porque ellas quieren todo el tiempo estar jugando”, dijo.

Por Edwin Caicedo Ucros

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