Claves para entender el valor del arte en el posconflicto

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Rafael Pucci, profesor de sociología del derecho de la Universidad de São Paulo.

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03 abr 2017

Para entender de qué manera el arte contribuye como vehículo de reparación de víctimas y búsqueda de la verdad en procesos de justicia, se presentó el panel Memoria en sociedades en posconflicto por iniciativa de la Dirección de Cooperación y Desarrollo Internacional, en el marco de la XX Cátedra Europa, el 31 de marzo.

En el evento, un grupo de expertos presentaron ejemplos de cómo desde la literatura hasta la producción audiovisual amateur, el arte es un elemento que no solo permite la evocación de sentimientos, sino que se constituye en sí misma en un acervo de memoria histórica para comunidades golpeadas por la violencia

Para Rafael Pucci, profesor de sociología del derecho de la Universidad de São Paulo, la justicia está construida por un discurso; es decir, “hay recursos lingüísticos para construir la idea de justicia” que las mismas víctimas han expresado con cada paradigma que ha surgido a través del tiempo para definir el rol de la justicia, ya sea retributiva, transicional o, más recientemente, restaurativa.

Según el experto, el arte y las expresiones humanas más creativas pueden ayudar a construir un concepto de justicia que no deje de lado las leyes, pero que se centre en la simbología de lo que se juzga. De esa manera, la aparición de muestras artísticas para traer a la memoria dolor y trauma, testimonios y catarsis son válidas en el contexto de las sociedades en posconflicto.

De acuerdo con Pucci, la importancia de que el arte y la literatura estén presentes en procesos de justicia es que precisamente “son maneras también de expresar derechos, de construir el concepto en torno de la idea de justicia.”

Por su parte, Fabianne Dumontet, profesora de literatura francesa del Ecole Normal Supérieure de Lyon, Francia, anotó que no solo son las víctimas las que ayudan a construir la memoria en el posconflicto, sino todos los actores que intervinieron en una época violenta tanto de forma directa como indirecta. 

Así pues, el arte puede provenir de varias generaciones de actores del conflicto, lo cual condiciona en gran medida la forma de cada obra. Tomando como referencia la literatura, para Dumontet “hay una diferencia entre si los textos los han escrito los protagonistas del conflicto durante el conflicto o durante una dictadura; o sea, que no pueden escribir directamente las cosas porque hay censura, o si son los niños que después de treinta años se acuerdan de lo que ha ocurrido.”

En ese sentido, Isabelle Bleton, profesora de literatura latinoamericana, también de la Ecole Normale Supérieure de Lyon, explica que los escritores que trabajan el tema de memoria lo hacen usualmente con un formato híbrido entre relato periodístico e investigativo.

Así pues, la producción de aquellos que eran muy jóvenes durante el conflicto también tiene una memoria, “un recuerdo muy vivo de lo que pasó y la forma testimonial va a ser una forma literaria privilegiada, pero no forzosamente para establecer los hechos, sino como una técnica literaria más que va a hacer una búsqueda más estética del testimonio.”

Con estas intervenciones los asistentes al panel aprendieron a apreciar el valor de la producción artística, que se presume empezará a surgir en Colombia en tiempos de posconflicto, para contribuir en la creación de la memoria de una época para aquellos que muchos vivieron y que hará parte importante de la historia de nuestra nación.

Por Luis Manuel Gil

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