“Si los partidos políticos desaparecieran hoy en Colombia, no cambiaría mucho”

¿Qué pasará con los partidos políticos ante la falta de credibilidad que tienen frente a la ciudadanía colombiana? Para el doctor en Ciencia Política, Fernando Giraldo, la respuesta es sencilla: “Si los partidos desaparecieran hoy, no cambiaría mucho la situación”.

Giraldo, quien es docente de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de Uninorte, sostiene que hoy en día el sistema de partidos se asemeja más a un sistema de aparatos políticos integrado por movimientos y grupos de ciudadanos que recogen firmas, sin plataformas políticas, estructuras orgánicas o ideologías.

“Está conformado por organizaciones sociales, no políticas, que tienen la capacidad legal de postular candidatos a cargos de elección popular. En Colombia no hay una partidocracia en el entendido de que los partidos tengan el monopolio de las candidaturas”, expresó el académico durante su intervención en el segundo día de la Cátedra Global en Uninorte, el pasado 18 de octubre.

A pesar de que todos los colombianos tienen derecho a elegir y ser elegidos a cargos de representación popular, como plantea la Constitución, Giraldo afirmó que eso no puede ser “de cualquiera manera y a costa de cualquier cosa. Esto requiere más disciplina, más respeto y reglas de juego que sean precisas y claras para todos los actores”.

Sostuvo además que la caída en desgracia de los partidos no se debe solamente a que estos partidos sean “profundamente antidemocráticos”, sino a los cambios de ley que prohibieron en su momento la doble y triple militancia.

“Hoy, que la ley no se los permite, entonces a los políticos no les gustan los partidos. Se candidatizan por fuera de los partidos y siguen perteneciendo a ellos, pero los partidos no los expulsan y ellos tampoco los abandonan. Juegan con esas dos cartas a conveniencia”, dijo el politólogo.

Para Giraldo este es un problema que se refleja en candidaturas presidenciales sin plataforma política detrás, sin un partido, institución, actor o factor que condicione las decisiones que tome el individuo y que lo comprometa no solo a respetar intereses colectivos, como los de un partido político, sino responder a sus propias decisiones.

“Cuando hemos individualizado y excesivamente personalizado la política, nadie va a responder políticamente. Los que respondían de esa forma eran los partidos, pero estos van en retirada, en una desbandada que es incluso desordenada. Por eso es que hoy la candidatura y los avales no las dan los partidos, sino las firmas. Son firmas, una firma no se le niega a nadie y ya no vale nada”, sentenció el politólogo.