Un análisis a la transición a la paz en El Salvador y Guatemala

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Rachel May, directora y profesora del Instituto para el estudio de Latinoamérica y el Caribe (ISLAC).

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06 oct 2016

El 29 de diciembre de 1996 en el Palacio Nacional de la Cultura de Guatemala, se realizó la firma oficial del acuerdo final y definitivo entre el Gobierno de la República de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-, con el cual se puso fin a un conflicto armado de más de tres décadas.

El proceso de negociación, que inició en 1987, finalizó con una docena de acuerdos con los que se buscó solucionar los principales problemas que generó el conflicto armado interno, el cual, según cifras de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, dejó aproximadamente 250.000 muertos.

“En 1989 hicieron una comisión nacional de reconciliación y comenzó un proceso de negociaciones entre la sociedad civil, que al final de 1990 hicieron un acuerdo con el URNG como un compromiso para tener nuevamente unas negociaciones, que lastimosamente no incluyeron al ejército de Guatemala”, explicó Rachel May, directora y profesora del Instituto para el estudio de Latinoamérica y el Caribe (ISLAC) de la Universidad de South Florida, Estados Unidos, durante el conversatorio “Procesos de transición política y económica en Latinoamérica”, que se realizó el pasado 29 de septiembre en la Universidad del Norte, en el marco de la Cátedra de las Américas.

“Después comenzó un proceso de negociación entre el ejército y el URNG, primero dirigido por la iglesia católica y después por Naciones Unidas, por lo que en 1991 comenzó la última etapa de negociaciones ya entre el gobierno y las fuerzas guerrilleras”, comentó.

Para May, las conversaciones que se realizaron desde 1987 fueron trascendentales para construir el acuerdo final que se desarrolló entre 1991 y 1996, en los que se trató de incluir a la sociedad civil en el proceso luego de ser organizada. Podían hacer recomendaciones a la mesa de conversaciones, modelo que según la experta fue copiado hasta cierta medida en las conversaciones entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc en La Habana.

"Al final el proceso tenía bastante legitimidad, habían diez acuerdos en los que se establecieron el cese al fuego, la incorporación política de los grupos armados como partido político, derechos humanos, el establecimiento de una Comisión de Verdad, el fortalecimiento del poder civil, entre otros", afirmó.

Estos diez acuerdos requerían cambios constitucionales para implementarlos, por lo que durante un año se preparó la legislación express, que terminó en un plebiscito que se propuso ocho años después en el que el "No" ganó, dejando sin peso los cincuenta puntos que modificaban la constitución.

"Este plebiscito fue muy complicado porque eran tres o cuatro preguntas y la gente no lo entendía, además el gobierno no hizo campaña por el "Sí", por lo que después de eso todo murió, ninguno de los diez acuerdos sustantivos fue implementado", dijo.

Al contrario que en Guatemala, en El Salvador el proceso de negociación demoró menos de dos años, a pesar de no contar con precedentes o compromisos anteriores y con menos aptitud para negociar por cuenta de los grupos alzados en armas.

El 16 de enero del presente año se conmemoraron los 24 años de la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec, firmados entre el gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional -FMLN- con los cuales se puso fin a doce años de guerra civil en este país centroamericano. 

Este movimiento de oposición política y armada, que surgió de las injusticias y represión por parte del gobierno nacional, luego del proceso de paz se organizó en partido político, obteniendo 5 alcaldías y 21 escaños en la Asamblea Legislativa en su primera experiencia electoral en marzo de 1994.

Según May, la llegada a la presidencia del exguerrillero y candidato del FMLN, Mauricio Funes, 17 años después de firmarse los acuerdos de paz, y obtener por segunda vez la victoria presidencial en 2014 con Salvador Sánchez, demuestra el éxito de las negociaciones de paz de este país. 

"El FMLN tenía más legitimidad política que el URNG en Guatemala, además, las aspiraciones de los acuerdos fueron muy ilimitados, por lo que podemos decir que esta fue la transición más exitosa, aunque en los años 90 fue considerado el caso más fracasado, ya que los acuerdos mínimos fueron muy ambiciosos y la Comisión de Verdad fue completamente hecha por afuera y no tenía mucha legitimidad", comentó.

Los acuerdos de paz de El Salvador fueron más enfocados en la desmilitarización del país y la transición del FMLN a un partido político, pero también incluyó algunos puntos sobre derechos humanos, reforma electoral y políticas y programas socioeconómicos. 

"El conflicto en El Salvador fue muy intenso, pero la relación entre el FMLN y la sociedad civil, lo que llamaron en ese momento el movimiento popular, fue mucho más cercano que en Guatemala y obviamente que en Colombia, por lo que el FMLN tuvo más legitimidad política que cualquier otro grupo armado que en cualquier país", finalizó.

Por Luis Navas Cohen

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