Estudiantes de Ingeniería Civil se destacan en Premio Sika

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Paula Ceballos, Jennifer Amaya y Lizz Figueredo, estudiantes de IX semestre de Ingeniería Civil.

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20 dic 2017

Tres estudiantes del programa de Ingeniería Civil de la Universidad del Norte fueron destacadas durante la entrega del premio Sika 2017, concurso nacional que desarrolla la multinacional suiza, en donde se buscan los proyectos más creativos e innovadores para solucionar problemáticas reales de construcción.

Las estudiantes de noveno semestre Paula Ceballos, Lizz Figueredo y Jennifer Amaya conformaron el equipo Tayrona, uno de los tres grupos destacados por un trabajo sobresaliente en el desarrollo del caso propuesto en el concurso, dirigido a reconocer la innovación y el talento de futuros profesionales.

El concurso, cuya premiación se llevó a cabo el 5 de diciembre en la planta de Sika en Tocancipá (Cundinamarca), estuvo dirigido a estudiantes de facultades de Ingeniería Civil y Arquitectura en universidades acreditadas de Colombia.

En este se buscó que los estudiantes conocieran y analizaran los procesos de rehabilitación, remodelación, reparación, protección y reforzamiento del Hospital Regional La Esperanza, ubicado en Tocancipá, para lograr que este fuera un moderno centro hospitalario con excelentes acabados y ambientalmente sostenible.

Para las soluciones, los concursantes debían explicar cómo utilizarían cada uno de los productos Sika en las distintas zonas del edificio, tales como cubierta, fachada, pisos, estructuras metálicas, así como para el concreto utilizado en la cimentación y sótanos.

Por ser uno de los dos trabajos sobresalientes, el grupo de Ceballos, Figueredo y Amaya obtuvo un premio de $3 millones, misma cifra que se le otorgó a un grupo de la Universidad Pontificia Bolivariana. El equipo ganador, de la Universidad de Antioquia, recibió un premio de $12 millones.

Paula Ceballos explica que, para el desarrollo de la propuesta, específicamente la rehabilitación de la estructura de concreto, su equipo desarrolló una ardua labor investigativa, complementada con los conocimientos adquiridos en algunas materias.

En los otros puntos, explica Ceballos, “propusimos sistemas que fueran amigables y que cumplieran con los linamientos para que el edificio se pudiera certificar en el futuro como un edificio LEED”.

Acerca de este logro, el cual fue resultado de un arduo trabajo en los meses de agosto y septiembre, Ceballos dice que fue “algo muy importante, porque nos ayudó a probar que todo lo que aprendimos en la carrera ha servido”.

“Fue algo muy práctico que puso a prueba nuestro conocimiento y nos ayudó a fortalecernos como profesionales y como personas, porque tuvimos que trabajar en equipo y mantener una disciplina”, añadió la joven, quien resaltó la repercusión de haber tenido uno de los tres trabajos destacados entre más de un centenar que aspiraban el premio.

“Es algo que posiciona a la universidad muy bien y es un reconocimiento que a uno en lo personal le hace sentir que todo el esfuerzo valió la pena”, sentenció.

Por Andrés Martínez Zalamea

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