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Juegos y Fisco Distrital

No hay la menor duda que al Distrito le fue muy bien en el desarrollo de los recientes Juegos Centroamericanos. El evento le dejó a la ciudad un excelente equipamiento deportivo, que ojalá sea cuidado y bien mantenido. Hay mucho por hacer en materia deportiva en Barranquilla y el Atlántico, pues producir buenos deportistas requiere una labor tesonera y de largo plazo, como lo demostró México y Cuba en estos juegos. En ello no andamos bien a pesar de la moda de cambiar los nombres a nuestros estadios en forma imperial. Fui al estadio de baloncesto ‘Elías Chegwin’ –para mí Suri Salcedo– después de varias décadas sin ir, y quedé gratamente impresionado, pues allí entrené cuando joven. Aunque el éxito distrital ya sirvió de plataforma de lanzamiento de un candidato que sigue sin convencer, recordemos que trató de lanzarse a gobernador, hay que reconocer que quedamos bien ante el país y Centroamérica y el Caribe, región que debemos conocer y estudiar más. Se dice que los Juegos costaron $500.000 millones. La gobernación aportó $53.000 millones, la nación $150.000 millones, ¡de lo cual toca deducir que a los barranquilleros nos tocó poner $253.000 millones! Creo que Santos al fin no giró unos $30.000 millones, aunque no pude verificar este dato. En otras palabras, los contribuyentes barranquilleros cargaremos con el peso de la financiación de unos Juegos que representaron a todo el país, siendo que pesamos menos del 4% en el PIB nacional. Nos quedaron las instalaciones y ojalá no se deterioren pronto. Hubo efectos positivos en la hotelería y en el comercio de locales, aunque el lunar fueron las benditas boletas de Tuboleta, pues vendían las que fueran por internet y ello se prestó a la reventa, como ya lo vivimos en el penoso espectáculo de las eliminatorias del Mundial. Es algo que se hubiese podido controlar a través de la programación de la venta. En contratación hubo 35 contratistas, pero allí estuvieron siempre los megacontratistas de la era Char, que se repiten en parques, vías, etc. No sabe uno cuánto podría haber sido el margen de ganancia de estos contratos, pero todos estuvimos felices disfrutando los estadios y los eventos.

Pero resulta que en economía no hay almuerzos gratis, y estas maravillosas obras se reflejarán otra vez en el 2019 cuando venga el cobro del predial ya reajustado este año en un 30%. En efecto, en un estudio de Bonet y Pérez sobre los ingresos fiscales de Barranquilla, se destaca cómo la tributación per cápita se ha disparado a partir del 2008, cuando se inició la era Char. 

Cuando se compara con las 13 ciudades de Colombia, Barranquilla se destaca fuertemente en sus recaudos. Todo ello ha sido acompañado con endeudamiento, pues a 30 de junio/18, la deuda del Distrito con los bancos ya alcanzaba ¡$1.065 billones!, es decir, la tercera parte del presupuesto anual. A diciembre del 2017 ya el Distrito tenía pasivos corrientes por $597.200 millones, y eso que aquí no contabilizamos las deudas que se nos vienen por vigencias futuras (hasta el 2034), información que no divulga la Secretaria de Hacienda Distrital. Tanta felicidad pronto nos pasará la cuenta. 

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