Blogs

La economía y las elecciones presidenciales

 

Aunque sin duda las próximas elecciones presidenciales van a estar fuertemente influenciadas por las propuestas de los candidatos frente al tema de las negociaciones de paz con las Farc en La Habana, resulta interesante mirar este debate en torno a las propuestas económicas de los candidatos.

Los colombianos usualmente no le prestan atención al programa económico de los candidatos, dejándose llevar por las encuestas de opinión, la apuesta al caballo ganador o hasta la apariencia física del candidato. A pesar de esto, vale la pena analizar esta variable, la cual sin duda va a estar detrás de la credibilidad de las propuestas que presenten los aspirantes presidenciales.

Desde los años 90 del pasado siglo, la política económica colombiana se ha caracterizado por estar apegada a la ortodoxia económica, combinada con una presión en el gasto social generada por la Constitución del 91 y los fallos de los magistrados de las altas cortes. La agenda ortodoxa ha avanzado con sus políticas de desregulación, privatizaciones, desmonte del estado productor de bienes y servicios, estado pequeño, apertura indiscriminada, firma de TLC por todos lados, y confianza en los mercados como mecanismo de asignación de recursos.

El Banco Central ha acompañado estas políticas con su énfasis de baja inflación, obligando al estado a endeudarse en forma onerosa con los intermediarios financieros. Los efectos han sido claros: aunque se ha logrado baja inflación, la economía colombiana se ha caracterizado por un crecimiento económico mediocre, dependiente de la renta minera, generadora de empleo informal, alto desempleo —a pesar de alguna mejoría reciente—, desindustrialización combinada con revaluación, bajo crecimiento industrial y abandono de una estrategia de desarrollo agropecuario.

Los gobiernos han cambiado, han pasado varios presidentes, pero la esencia de la política económica ha sido la misma. En términos de política económica, Santos no se diferencia en nada con respecto a Uribe. Su “tercera vía” combina lo “social” con el mismo modelo, añadiéndole el tema de las víctimas, la reparación y sin duda el asunto esencial del proceso de paz. Es por ello que en los equipos económicos se ven las mismas universidades y el mismo grupo tecnócrata que va y viene por una puerta rotatoria.

Por lo anterior, las decisiones colectivas de los colombianos ojalá tuviesen en cuenta las propuestas económicas de los candidatos, y no sólo el tema de la paz. Los colombianos no están muy entusiasmados con el gobierno actual, no tanto por el tema de la paz, sino porque la política económica vigente no ha podido abatir en forma significativa las tasas de desempleo, las cuales siguen siendo las más altas de América Latina, la informalidad afecta al 60% de los colombianos, el sector agropecuario carece de una estrategia clara de desarrollo, y se carece de un auténtica política industrial.

Los TLC han dejado desprotegida a la producción nacional y las estrategias de innovación siguen en la retórica. La infraestructura algo despega, pero sigue muy retrasada, y la única salida es vender Isagén, configurándose la liquidación final del estado colombiano. Ya sólo queda Ecopetrol. Santos ha sido progresista en algunos temas, sin duda. Pero se necesita más que eso para darle un viraje a la política económica. No se quiere más de lo mismo. Más de dos décadas han sido suficientes. Ojalá el proceso de paz abra el camino a diferentes opciones en ese terreno igualmente.

 

ENLACES DE INTERÉS

 

Perfil CvLAC

 

ENTREVISTA MAGAZINE EC

Entrevista periodistica sobre el libro "Instituciones, Desarrollo y Regiones" en Colombia

ENTREVISTA SOBRE LIBRO UNNORTE

Instituciones, Desarrollo y Regiones    Mire un video relacionado con mi libro