El pasado 22 de abril cientos de representantes de empresas, gremios e investigadores, acudimos a la cita de ExpoProBarranquilla 2013, evento abierto, sin boletas VIP, que en buena hora organiza anualmente, nuestra agencia de inversión y promociones en el Atlántico, ProBarranquilla. Recuerdo los primeros eventos, algo modestos, de hace más de una década, cuando apenas comenzaba este proyecto, el cual ha subsistido gracias al apoyo de las empresas, pero también y sobre todo, gracias al apoyo de la alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico. Son recursos públicos que se han multiplicado con la llegada de muchas empresas nuevas, la generación de miles de empleos en la ciudad, y más recursos fiscales para ambas entidades territoriales. Es un juego gana-gana al cual debemos seguirle apostando.

La experiencia de Bilbao, presentada al inicio, fue muy interesante, para una ciudad más pequeña que nosotros, aunque hubiese sido clave saber cómo fue financiado ese proceso. Todo indica que un ente parecido a Edubar hizo la tarea con un capital semilla, con un diseño institucional muy distinto al nuestro. A lo mejor deberíamos ya pensar en replantear nuestra experiencia, construyendo sobre lo hecho, pero con nuevos socios y distintas posibilidades de recursos.

Lugar central del evento fue la presentación del Programa del BID de Ciudades Emergentes y Sostenibles. Aunque el Plan para Barranquilla ha sido bien diseñado y se está en la fase de priorización, basada en un cuidadoso estudio de las necesidades más urgentes (medio ambiente, seguridad, ordenamiento del territorio, infraestructura y movilidad) no deja de asaltarle a uno la inquietud sobre cómo se va financiar el pago del préstamo del BID-Findeter, cuando la ciudad no ha salido de Ley 550, pues lógicamente no se trata de donaciones. Quiera uno que los recursos se usen en proyectos físicos y no tanto en consultores foráneos, y que el Plan deje la retórica y se concrete en realidades. Los pasivos corrientes siguen estrechando las finanzas distritales y el palo no está para cucharas. Lo de Transmetro nos explota en la cara.

La intervención del director de la ANI dio ganas de llorar. Mostró proyectos viales que ilustran como el interior va a lograr exportar con facilidad, pero nada dijo de las grandes transversales de la Costa. Su justificación peregrina de los $10 billones en regalías que gastará la nación en Antioquia, en vías de interés departamental pero poco para el país, basada en la idea en que de todas maneras nos beneficiamos si Antioquia mejora sus vías, es un verdadero galimatías.
Tatyana Orozco mostró su dinámica como Viceministra de Turismo. Nos contó que la Región Caribe aporta el 11% al FonTur (impuestos hoteleros) y sólo usa el 4%. En otras palabras, financiamos los proyectos de otras regiones. Mucho que hacer en este frente.

Al final, el Ministro de Desarrollo nos contó fervientemente las ventajas del Pipe. Uno quisiera que sus expectativas sean ciertas, pues la reciente advertencia del Banco de la República que el desempleo a largo plazo en Colombia sigue elevado, no da muchas esperanzas. En fin, retórica, reflexión e inquietudes, dejó este importante evento.

Por Jairo Parada