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Regalías y Desarrollo Regional

La semana pasada el gobierno en pleno se hizo presente en Barranquilla en la presentación de la Ley de Regiones  (o Ley “Verano”). La nueva Ley  1962 del 2019 debe ser objeto de un análisis concienzudo pues señala unas tareas para que realmente se pueda implementar, luego del bloqueo presupuestal que impuso la antigua Ley  Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) de Santos y Vargas Lleras. Esta ley  bloqueó el acceso a recursos de financiamiento del presupuesto nacional a las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP) al obligarlas a sólo financiarse con sus propios recursos de los departamentos , experiencia ya fracasada cuando el SIPUR funcionó en los años 70s. El evento fue aprovechado por el DNP para advertir, a través de su directora Gloria Alonso, a señalar que la Costa no ha contratado 440 proyectos por $1,4 billones, del sistema de regalías. Sólo Atlántico y Magdalena parecían estar bien en los trámites de estos proyectos, lo cual resulta grave en una región agobiada por la pobreza y la miseria. Los recursos se perderían si no se tramitan a tiempo.  La verdad es que la experiencia con el Sistema General de Regalías ha sido dispendiosa, complicada y enredada, por su maraña burocrática, afectada aun mas por el rezago institucional de la mayoría de los municipios del Caribe, lo cual los debilita para presentar y gestionar proyectos. Se exige una metodología rigurosa y luego de aprobados, viene el lio de las licencias y permisos para ejecutarlos, además de la interferencia clientelista de la contratación. La verdad es que aunque no todo se lo han robado, la mayoría de los proyectos se han dedicado a subsanar falencias en pequeños proyectos de infraestructura terciaria, salud y transporte en educación, sin que se puedan ver resultados de impacto a nivel regional. 

Pero el editorial de EL HERALDO del pasado 14 de julio/19, debiera sacudir a los dirigentes de la Región. El último informe del DANE sobre pobreza en el 2018, señala que la tendencia descendente de los indicadores ha cambiado de dirección el año pasado, después de venir descendiendo, afectando en pobreza multidimensional al 33.5% de su población, duplicando la media nacional del 19,6%. En el Atlántico estamos algo por encima  en la media nacional (20.1%), lo cual es aberrante de todas maneras. 

¿Han servido las regalías para bajar los índices de pobreza y miseria en la Región? En un trabajo de investigación para su grado como Economista en la Universidad del Norte, Luis Rodelo trata de buscarle respuesta a esta pregunta. A través de un modelo econométrico corrido para toda la Región con datos de panel, se encuentra que  “los resultados indican que los recursos destinados por el SGR tienen un efecto casi nulo en la disminución de la pobreza multidimensional, lo que no permite el cumplimiento de sus objetivos en materia de equidad social y regional. Por el contrario, los recursos destinados por el SGP sí tienen un efecto en cuanto a la disminución del IPM, lo que posibilita que estos recursos sean los que generen un verdadero apalancamiento del desarrollo y crecimiento económico de los departamentos”.   Luego debemos volver a discutir los criterios de repartición de recursos de las transferencias, todavía insuficientes y  en esencia con base en la población atendida, por lo que ahí está el meollo del problema. Lo de regalías son distracciones del DNP.

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