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Manuel Eduardo Moreno Slagter

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ACERCA DE MÍ Arquitecto con estudios de maestría en medio ambiente y arquitectura bioclimática en la Universidad Politécnica de Madrid. Decano de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte. Defensor de la ciudad compacta y densa, y de las alternativas de transporte sostenible. Coleccionista de música.

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Buenas noticias

Son excepcionales las ocasiones en las que las noticias positivas, o cuando menos agradables, logran acaparar los titulares de prensa o de cualquier medio de comunicación. Cuando tal cosa sucede suele deberse a logros deportivos o culturales, quedando así reducidas a meras anécdotas, lo que se deja para leer o ver al final del día, si es que hay tiempo. Si un medio se atreve a registrar que al gobierno algo le ha salido bien, o que ha pasado una cosa buena, un gran número de individuos no dudará en cuestionar la integridad de la fuente, esforzándose en encontrar motivos ulteriores, planes ocultos, la trampa o la mentira en el asunto. Hay quienes no parecen soportar que el mundo mejore, mucho menos que su país o su ciudad lo haga, posando de irritantes incrédulos ante todo lo que no suponga decaimiento y desgracia.

Las Naciones Unidas publicaron recientemente el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) 2019. Con el IDH se pretende superar el enfoque exclusivo del crecimiento económico, incluyendo también variables que centran su objetivo en las personas, sus oportunidades y sus opciones. El informe se viene publicando desde 1990 y es un instrumento que, con todas las imperfecciones que pueda tener, permite observar un panorama general del desarrollo de las personas más allá del PIB e indicadores similares.

En ese informe, el índice de desarrollo humano de nuestro país mejora constantemente, ciclo tras ciclo. Hemos pasado de tener un indicador en 0,600 (1990) a 0,761 (2018). Como referencia, el país que lidera el listado, Noruega, tiene un índice de 0,954 y el último, Níger, está en 0,377 sobre una medida máxima de 1. Aunque hay ciclos con tendencias de mejora más acentuadas, lo cierto es que Colombia nunca ha visto disminuido su resultado, cosa que por ejemplo si ha pasado con Venezuela, Ecuador o El Salvador. Según la ONU, hoy estamos en el grupo de países con desarrollo humano alto, en la posición 79 entre 189. Sería torpe que algún ciudadano, sin que medien intereses políticos, no sienta alivio al revisar esta información, comprobando que a pesar de las dificultades y los obstáculos vamos por buen camino. Aunque todavía estamos lejos de lograr un estado de bienestar generalizado (cosa que poquísimos países han alcanzado), nos merecemos más optimismo.

A la oposición, expresada así, de forma atemporal y sea cual sea su inclinación ideológica, no le ayuda una narrativa que explique que Colombia va mejorando, puesto que necesitan vender una situación catastrófica para así poder justificarse como salvadores. Por supuesto, cada quien tiene derecho a decir lo que quiera aprovechándose de las ventajas que da la libertad, incluso a sugerir escenarios apocalípticos y de inminente debacle. Lo triste es que los colombianos se dejen llevar por esa ola lastimera, insisto, sean de derecha, de izquierda o de donde se quiera, según corran los tiempos. Sorprende esa rabiosa afición por el derrotismo, aún cuando las noticias sean buenas.

Fotografía tomada de https://www.unsplash.com

Publicado en El Heraldo el jueves 5 de diciembre de 2019