RESUMEN


Manuel Eduardo Moreno Slagter

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ACERCA DE MÍ Arquitecto con estudios de maestría en medio ambiente y arquitectura bioclimática en la Universidad Politécnica de Madrid. Decano de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte. Defensor de la ciudad compacta y densa, y de las alternativas de transporte sostenible. Coleccionista de música.

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No será fácil

Los acontecimientos que han acaparado los titulares de prensa durante los últimos días son preocupantes.

Más allá de los detalles jurídicos que acompañan las decisiones que se han tomado, cuyo análisis le corresponde a quienes sepan del tema; a mí, un ciudadano común, lo que me aterra es que pareciera que esta historia en Colombia se repite desde siempre, y que fuese muy difícil para los servidores públicos actuar de forma transparente y libre de sospechas.

Aunque ahora a uno le va mejor que al otro, lo cierto es que los dos líderes políticos más importantes de nuestro País están hace rato enredados en un sinfín de vericuetos legales, desgastados en defensas y alegatos que para nada aportan. Hay tanto por hacer, tantas cosas por arreglar, que no se puede comprender que se nos vaya la vida viendo un desfile de jueces y magistrados tomando decisiones para uno u otro lado, sin que nada de eso logre verdaderamente mejorarle la vida a nadie. Al contrario, este sube y baja legal en el que vivimos termina fastidiándonos a todos, querámoslo o no afectados por las ineficiencias de los Gobiernos y las distracciones de unos ciudadanos a quienes les toca apartarse de lo fundamental para atender el ruido ensordecedor de tanta pelea.

Uno quisiera que los grandes debates que acaparan la atención de las personas fuesen más edificantes. Deberíamos estar hablando de las estrategias para recuperarnos del mazazo descomunal que nos ha dado esta pandemia, de los proyectos de desarrollo que necesitan acompañar semejante desafío, de los retos a los que se van a enfrentar los ciudadanos frente al descalabro económico que están viviendo, en fin, hay de dónde escoger entre un largo rosario de temas que ameritan una pronta atención. Las circunstancias actuales y las que vienen, que serán más duras, reclaman un sentido de cooperación y solidaridad que no parece asomarse por ningún lado. Habría que ponerse de acuerdo y ayudarse mutuamente. Pero no. Seguimos empeñados en alejarnos los unos de los otros, en tirar cada uno para su lado, cueste lo que cueste.

Quisiera saber qué le pasa a buena parte de nuestra clase dirigente, por qué terminan casi siempre enfangados, burlando la ley, cegados por odios atávicos que no parecen tener fin. Nadie cede nunca, y en esa multiplicación de la rabia se llevan por delante todo lo demás, sin pudor alguno. Nos tiene que dar mucha vergüenza que un expresidente esté privado de la libertad, que tres alcaldes de Bogotá hayan sido destituidos, que pensemos en revocar mandatos que no han empezado y que el año pasado la Procuraduría haya sancionado a 384 personas elegidas por voto popular. Necesitamos un respiro, algo de sensatez y ecuanimidad entre tanto disparate, de tal manera que sea posible pensar en lo que de verdad importa. Nadie sale ganador entre todas estas disputas, si seguimos así, vamos a perder todos.

Fotografía tomada de https://www.unsplash.com

Publicado en El Heraldo el jueves 20 de agosto de 2020