Bachilleres construyen robots y fortalecen sus habilidades STEM con Northeastern Illinois University

La Universidad del Norte fue escenario, una vez más, de una experiencia transformadora para más de 70 bachilleres de colegios públicos de Barranquilla, quienes participaron en un taller de robótica submarina junto a profesores y estudiantes de Northeastern Illinois University (NEIU), como parte de una alianza educativa que ya cumple tres años de colaboración: el programa Steam Pathways en alianza con la Secretaría Distrital de Educación y el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de Uninorte,

El evento, desarrollado del 3 al 6 de junio, tuvo como objetivo principal acercar a los jóvenes al mundo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), a través de una metodología práctica, participativa e inspiradora. 

Desde la Alcaldía de Barranquilla, el impulso a este tipo de iniciativas es parte de una estrategia integral que busca sembrar el interés por la ciencia y la tecnología en los más jóvenes. “Estamos apostando al desarrollo del pensamiento STEM en nuestros estudiantes porque sabemos que ahí está el futuro. Queremos que Barranquilla sea un territorio donde la educación sea el motor de la innovación, y espacios como este les permiten a los chicos experimentar, descubrir y soñar con nuevas posibilidades”, aseguró Frank Enrique Barrio Baraza, líder de calidad educativa de la Secretaría de Educación Distrital. 

El punto de partida fue la construcción de un robot submarino. Para ello, los estudiantes se organizaron en grupos de cuatro personas, fomentando el trabajo en equipo y la colaboración. Durante los dos primeros días, cada grupo se dedicó al diseño del prototipo, la soldadura de circuitos y el ensamblaje de las distintas partes del robot. Todo el proceso contó con la orientación de mentores de la Universidad de Northeastern, quienes acompañaron a los participantes en cada etapa, resolviendo dudas y fortaleciendo sus conocimientos técnicos. 

“Lo bonito de este tipo de experiencias es que los estudiantes se enfrentan a retos reales. Tienen que probar, equivocarse, frustrar y volver a intentarlo. Ahí es donde está el verdadero aprendizaje. Desarrollan habilidades para la vida, como la resiliencia y la resolución de problemas”, afirmó María del Rosario Aragón, coordinadora de los programas de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de Uninorte. 

La prueba final: competencia en la piscina 

El jueves 5 de junio fue el momento de llevar los robots a la acción. En la piscina semiolímpica del Centro Deportivo Roble Amarillo, los prototipos fueron puestos a prueba en una competencia de habilidades acuáticas. Cada equipo debía guiar su robot, controlado por control remoto, a través de una serie de obstáculos ubicados en el agua. El reto consistía en completar el recorrido en el menor tiempo posible, evaluando la maniobrabilidad, la precisión y la eficiencia del diseño construido por los estudiantes. 

“Llevar el robot al agua fue lo más emocionante de toda la semana. Al principio estábamos nerviosos porque no sabíamos si iba a funcionar, pero cuando lo vimos moverse, nos dimos cuenta de que valió la pena el esfuerzo, las veces que tuvimos que volver a soldar o corregir errores. Aprendí que equivocarse es parte del proceso y que sí somos capaces de construir cosas increíbles, si trabajamos en equipo”, contó emocionada Juliana Sierra, estudiante del colegio Aspaen Los Corales. 

STEM Conference: aprender haciendo 

El viernes 6 de junio se llevó a cabo la segunda edición de la STEM Conference, una jornada que tuvo como objetivo despertar el interés por la ciencia y la tecnología, a través de la experimentación directa. Durante el evento, los estudiantes rotaron por distintas estaciones con actividades prácticas diseñadas y lideradas por estudiantes universitarios. 

“La idea es que no se sienten a escuchar, sino que hagan, experimenten, se equivoquen y vuelvan a intentar, ustedes no solo están representando a Barranquilla, sino a todo el país. Lo que aprendieron aquí puede ser el comienzo de algo mucho más grande”, explicó el profesor Marcelo Caplan, de Northeastern Illinois University, uno de los impulsores del proyecto. 

En total, participaron en nueve actividades que les permitieron explorar conceptos clave como la ley de la gravedad, las leyes de Newton, el electromagnetismo y la aerodinámica. Desde la construcción de catapultas y detectores de metales, hasta carros propulsados por aire, drones y programación con Micro:bit, cada estación ofreció una oportunidad para aplicar principios fundamentales de la ciencia y la ingeniería de forma creativa y participativa. 

“Lo que más me gustó fue que pudimos hacer cosas con nuestras manos. En mi grupo, trabajamos en una catapulta y en programación con Micro:bit, y aunque nunca había hecho nada parecido, terminé entendiendo cómo funciona. Me di cuenta de que la tecnología no es solo para unos pocos, también es para nosotros. Me sentí parte de algo grande, como si estuviera dando un primer paso hacia un futuro diferente”, expresó Neclin García, estudiante de la Institución Educativa Nuestra Señora de la Candelaria.