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Dos escritoras hablan sobre el ser político y el goce en el feminismo

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Luciana Peker habla al público junta a la escritora Laura Esquivel.

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19 feb 2019

En el marco del Carnaval Internacional de las Artes, la escritora Laura Esquivel y la periodista Luciana Peker conversaron el 5 de febrero en Uninorte sobre el feminismo, el goce y otros temas. De acuerdo con la moderadora y filósofa Mayra Díaz, la periodista argentina, comprometida con la lucha por la igualdad de géneros, revela a través del feminismo lo político. Esquivel, autora del éxito literario Como agua para chocolate, reflexionó sobre la introducción de la mujer al mundo de la política, el desbalance que se ha generado en el núcleo familiar y la reconexión con espacios olvidados por una generación de mujeres, como lo es la cocina.

El feminismo 

Peker tiene claro que el feminismo es una lucha de cambio político desde lo personal. Explicó que se da cuando a una mujer se le pide ser sensual  o tener sexo para ser legitimada socialmente, pero luego se le manda a la clandestinidad si tiene que abortar, cuando no puede caminar por las calles sin sentir miedo o cuando sufre de violencia o abusos. En esos momentos lo que es personal se vuelve político. La gran clave del feminismo, afirmó, es que deja de pensar en la política como algo que sucede allá afuera para comprender que entra en el cuerpo de las mujeres, de otras identidades sexuales, siendo ese cambio de por sí político. "Esta política tiene que transformar esas situaciones personales y una característica particular es que funciona a nivel de Latinoamérica. El cambio en uno de los países estimula el cambio de los demás", dijo.

Para Esquivel, el fin último es un mundo en el que reine la paz y la dicha. En este sentido comentó cómo en su juventud las mujeres se lanzaron a la calle, formaron agrupaciones, se movilizaron reclamando una igualdad de condiciones en un campo que históricamente ha sido dominado por el hombre: la esfera pública. Pero a medida que la mujer fue ganando espacio en la política, en las empresas y en general por fuera de las puertas del hogar, puntualizó la escritora, comenzó a "cocinarse" un desbalance en la familia. Una devaluación en los valores morales, confusión sobre qué actividades le corresponden a quién, negación o rechazo a constituir familias son algunos de los efectos que este desbalance ha traído consigo. Esquivel cree que el cambio se va a generar desde la recuperación de los espacios íntimos que van ligados a la vida privada, para desde ahí generar un nuevo ser que piense, coma, disfrute y perciba diferente. Un ser que comprenda que la esfera privada y la esfera pública no están separadas sino que generan la sociedad que habitamos.

El goce

El goce fue otra temática principal de discusión. Con el último libro de Luciana, Putita golosa: por un feminismo del goce, la periodista argumentó que el feminismo del goce es un feminismo latinoamericano. Con solo salir a Barranquilla en pleno Carnaval, expresó, "se puede entender que el feminismo que puede llegar a comprender a la mujer latinoamericana es un feminismo gozoso, bailador, en el que los cuerpos se disfrutan y se exhiben cuando se quieran exhibir, se critican las letras del reguetón, pero se permite bailarlo toda la noche cuando suenan las canciones". Para ella es un feminismo que niega la idea de que las mujeres feministas le dicen no al sexo, no a la seducción o no al romanticismo, sino que viene a producir otras formas de deseo en el que el deseo de las mujeres y la diversidad sexual sean tenidos en cuenta. Y esta lucha, la del derecho al goce de los cuerpos, se enlaza con la lucha política. "El derecho al aborto más allá de ser un derecho al aborto legal seguro y gratuito, es un derecho al goce. Un derecho a que la muerte no esté como sombra", afirmó.

Mapuka Jazz Trio 

En el marco del Carnaval de las Artes, el Mapuka Jazz Trio, agrupación conformada por miembros del departamento de Música, también acompañó el 16 y 17 de febrero a la cantautora infantil barranquillera Natalia Palis en la Plaza de la Aduana, durante su presentación para los más pequeños.

 

Por Juan Sebastián Rodríguez