Los intereses investigativos de Sergio Álvarez abarcan un amplio espectro, desde la evaluación de la escritura académica hasta el procesamiento del lenguaje natural y las escrituras creativas. Este enfoque multidisciplinario se refleja en su enseñanza, donde fomenta la reflexión crítica y el pensamiento creativo como herramientas fundamentales para el desarrollo intelectual.

“En un contexto cada vez más digitalizado, mi estrategia principal para mantener la participación activa de los estudiantes es la pregunta por el sentido de lo que se hace y la observación detallada de cómo usamos el lenguaje y qué hace este por nosotros, para intentar construir los significados que se necesitan en un momento y lugar determinados”, argumenta.

Sin embargo, es consciente de que el camino de la educación universitaria presenta desafíos. Para él, uno de los mayores retos radica en mantener la atención en tareas que requieren concentración sostenida, como la lectura y la escritura. Además, advierte sobre el impacto potencial de las inteligencias artificiales generativas en el proceso de escritura, subrayando la importancia de comprender sus posibilidades y limitaciones para no socavar la autonomía y la creatividad humanas.

“El uso de inteligencias artificiales generativas pueden dificultar el desarrollo de una tecnología mucho más potente y antigua: la escritura. Cuando escribimos estamos extendiendo el uso del lenguaje a un nivel que la oralidad no puede alcanzar. Entonces cuando dejamos que una inteligencia artificial escriba un punto de vista por nosotros, podemos estar perdiendo una oportunidad de construir significados de manera autónoma y generando una dependencia de expresión y pensamiento que aún no sabemos cómo nos afectará”, indica.

En cuanto al papel del profesor universitario en la formación integral de los estudiantes, Álvarez destaca la importancia de desafiar visiones de mundo y valores establecidos. Para él, fomentar la valoración de la lectura y la investigación como actividades fundamentales para la formación profesional constituye un desafío crucial en un entorno saturado de estímulos superficiales.

Entre sus consejos para los jóvenes que aspiran a la docencia universitaria, ofrece una perspectiva enraizada en su propia experiencia, destacando la importancia de adentrarse en el estudio del lenguaje, no solo como una herramienta de comunicación, sino como una llave maestra para comprender la complejidad del mundo que nos rodea. Inspirado en las enseñanzas del lingüista Halliday, Álvarez resalta el poder transformador del conocimiento profundo del lenguaje, que no solo enriquece nuestras interacciones cotidianas, sino que también capacita para convertir cada experiencia en una oportunidad de aprendizaje. 

“Mi recomendación para cualquier persona que esté considerando ejercer la docencia es aprender mucho sobre el lenguaje, porque el lenguaje complejiza la realidad y es la condición para convertir cualquier experiencia en conocimiento. Esta idea me permitió comprender por qué los seres humanos necesitamos educarnos a través del conocimiento profundo del lenguaje”, concluye.