La más reciente jornada del seminario del Instituto de Estudios Económicos del Caribe, llevada a cabo el 29 de marzo en el salón 21K, tuvo como invitada a Andrea Otero, investigadora del Banco de la República, quien presentó los resultados de su estudio, en el que comparó el desempeño entre jóvenes de colegios privados frente a públicos en las pruebas Saber 11.

Durante la conferencia, titulada ¿Son los colegios privados siempre la mejor opción? Evidencia para Colombia, la PhD en Economía de la University of North Carolina-Chapel Hill no solo hizo un análisis para saber a quién le iba mejor. Su investigación también buscaba saber si estudiar en un tipo de colegio u otro es mejor para todos los jóvenes, o si es una situación que depende del estudiante.

Otero utilizó una muestra más de 189.000 estudiantes de colegios calendario A que presentaron la prueba en 2004. Según las cifras que halló, en promedio los estudiantes de colegios privados tienen un puntaje 2.22% más alto que aquellos de colegio público. Además encontró que es un efecto heterogéneo, es decir, hay estudiantes que se benefician más de un tipo de colegio que de otro.

La conferencista tuvo en cuenta el hecho que no todas las familias son capaces de costear un colegio privado y por esto concentró parte de su trabajo en este sector de la población, que sí tenían poder de elección y se dio cuenta que en estos casos de frontera aplican los costos no observados.

“El costo de las relaciones interpersonales, capital social. Si vengo de un vecindario en que todos mis amigos estudian en un colegio público y yo estudio en uno privado, estoy perdiendo mi círculo social. En este caso sería costoso ir a un colegio privado”, ejemplificó la conferencista.

En ese sentido, no se puede establecer una relación significativa del tipo de colegio y el rendimiento académico de los estudiantes. Para Otero, hay dos determinantes que preponderan por sobre el tipo de institución educativa a la que asistan las personas y son: la habilidad y las características familiares del estudiante.

“Los gobiernos al diseñar la política pública puede que tengan la mejor intención, pero estas dos características son difíciles de cambiar y se requiere de este cambio para producir estudiantes de calidad”, argumentó. Otero contó que se encuentra trabajando en actualizar datos para realizar esta investigación con la situación actual del país.

Por Leonardo Carvajalino