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Con la presentación de los libros La muerte del obrero, de Paul Brito; La afición de Diógenes, de Adela de Castro; y Los cuentos de Juana, de Álvaro Cepeda Samudio, la universidad presentó en Bogotá lo mejor de sus novedades literarias.
Por: Jesús Anturi
29 abr 2024
El último fin de semana en la Feria del Libro de Bogotá la Editorial de la Universidad del Norte presentó tres obras literarias que hacen parte de las novedades de este año. Se trata de La muerte del obrero, de Paul Brito; La afición de Diógenes, de Adela de Castro; y Los cuentos de Juana, de Álvaro Cepeda Samudio. Tres libros que recogen en su esencia la identidad del Caribe colombiano.
El primero de estos, La muerte del obrero, hace parte de la Colección La flecha, conformada por las editoriales de las cuatro universidades de la Alianza 4U (Uninorte, EAFIT, ICESI y CESA), en un esfuerzo colaborativo para impulsar obras en coedición. El libro, en una segunda edición, se presentó el viernes, 26 de abril, en el stand de Uninorte, mediante una conversación entre Paul Brito, el autor, con Esteban Duperly, jefe de la Editorial de EAFIT.
De acuerdo con Duperly, esta novela tiene un registro de humor que es difícil percibir, pero cuando el lector lo descubre puede tener una experiencia de lectura muy gozosa. “Paul es un gran narrador, algo experimental, en el buen sentido de la palabra, porque la novela no termina de decidirse si es una novela, con los compromisos que tiene una novela, o si es una colección de cuentos que juntos forman un relato más grande. Entonces pone la novela en una región fronteriza, que es peligrosa para un autor, pero que Paul lo hace con plena convicción y con una certidumbre. Hay un mensaje muy claro para los lectores de un escritor que se quiere arriesgar a hacer ciertas cosas”, dijo.
Paul Brito nació en Barranquilla en 1975. Ha escrito los libros de cuento Los intrusos y El ideal de Aquiles: 101 pasos para alcanzar a la tortuga, la novela Restos orgánicos de un mundo anterior, el ensayo La vida no es un ensayo. Conversamos con él sobre esta edición de su novela La muerte del obrero, publicada por primera vez en 2015.
¿Qué puede encontrar el lector en la propuesta que presentar en este libro?
Es un libro curioso, experimental. Es un libro de cuentos, pero también es una novela. Se puede leer de las dos formas. Explora el mundo laboral, las frustraciones, los vicios, la esclavitud de cualquier trabajo, la alienación de los trabajos en general. Es un libro que implementa mucho el humor como manera de escaparse de esa condena implacable que es cualquier trabajo que te obliga a mantenerte sentado ocho o diez horas en un país como Colombia, donde la explotación es muy frecuente. Incluso, exploro lo otro, un trabajo en el que la persona no tiene nada que hacer, que no le delegan nada, que también es frustrante, por lo tortuoso que es ver pasar las horas y no tener nada que hacer.
A la feria traemos varias propuestas y puedo decir que la gente que nos visita quiere ver lo que hacemos. La feria nos permite comprobar que tenemos seguidores, gente que ya conoce el trabajo que hacemos y sabe que va a encontrar novedades que siguen. Cosas como la colección Roble Amarillo, los libros que estamos publicando de historia del Caribe o los que hacemos en coedición con el Banco de la República. Notamos que están teniendo una gran receptividad y la gente quiere tener información del Caribe"
Adriana Maestre, directora de la Editorial de Uninorte.
Como autor, ¿qué decir de la oportunidad de publicar con una editorial universitaria, en este caso de cuatro universidades?
Para mí fue muy agradable, porque además hace un tiempo vengo trabajando en universidades, dictando clases. La clave de esta alianza es que son cuatro universidades de cuatro puntos geográficos Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla, que amplían el radio de difusión, que es lo que busca un escritor, que el libro no se quede solamente en un nicho. Además, el público objetivo es precisamente el de los estudiantes, pues es la historia de un muchacho que no puede estudiar, que le toca retirarse de la universidad; les ofrece a los estudiantes una visión de qué estarían haciendo si no estuvieran estudiando en ese momento.
¿Qué mensaje quisieras dejar en el lector con este libro?
Las novelas, la literatura en sí, no traen una moraleja o un mensaje implícito. El mensaje lo tiene que encontrar el propio lector. Es decir, no es una obra panfletaria, que contenga un discurso explícito, sino que todo está a manera de anécdotas, a manera de historias, de personajes. Las ideas están encarnadas en esos personajes y cada uno lo lee de distinta forma. Uno publica un libro pensando que escribió tal historia y de repente encuentras una reseña en la que te dicen que escribiste un libro totalmente diferente, y eso es lo bueno. A mí me encanta encontrar lecturas totalmente opuestas.
De esta novela destacan el estilo experimental que empleas ¿cómo llegas a eso?
A mí me parece que la naturaleza de la escritura es experimental. Uno no puede escribir algo que no sea totalmente nuevo, tanto de tu propia biografía como de lo que has visto en las bibliotecas. Uno trata siempre de escribir el libro, por lo menos me pasa a mí, que no he escrito nunca y diferente de las cosas que he leído. El libro que yo quisiera encontrar en la biblioteca es lo que yo siempre trato de escribir.
Historias que viven en el imaginario barranquillero
La afición de Diógenes, el primer libro de ficción de Adela de Castro, profesora jubilada de Uninorte, recoge tres historias de crímenes que impactaron a la sociedad barranquillera en el siglo XX. Aunque están basadas en hechos reales, son relatos construidos por la autora desde su interacción con esos casos y el mensaje que intenta transmitir desde la literatura. El libro se presentó en la Filbo el sábado, 27 de abril.
“Las historias forman parte del imaginario cotidiano del barranquillero; son las historias de crónica roja que más han impactado en la ciudad desde los años 30. Como barranquillera, también me han impactado a mí. Y en ellas no solamente narro desde el punto de vista de literatura negra el hecho en sí, sino que también hago crítica social. Lo que sucede en la sociedad, ya sea en los años 40 o en los 90, con ese tipo de crímenes atroces”, dice De Castro, aficionada a la literatura negra.
Para construir las historias, la autora hizo un trabajo de investigación previo que incluyó revisión de todo lo que se escribió en los periódicos de la época, visita a los juzgados para analizar los expedientes del caso y algunas entrevistas a personas que vivieron de cerca las historias. Luego viene el proceso de esbozar los personajes con la intención de ser fieles a su interpretación de los hechos.
“En Barranquilla todos esos asesinatos quedan en nada y algunas veces condenan a alguien que toda la ciudad sabe que no es el culpable y la investigación nunca la hacen. En parte es una crítica social a lo que sucede en la ciudad, porque los crímenes más atroces de este país han sucedido en Barranquilla y, casualmente, antes o después de Carnaval. Siempre hay en un hecho que altera el normal funcionamiento de la sociedad durante un periodo de tiempo y se dispersa en la fiesta, en el poder exorcizar sus demonios y se olvida del hecho punible”, agrega.
Alianzas como 4U potencian el alcance de nuestros textos. Como universidades tenemos un producto muy regular, que son resultados de investigación, y quisimos empezar a trabajar colectivamente con nuestros autores y ponerlos a dialogar en función de la construcción de nuevo conocimiento. La Alianza 4U nos permite llevar a cabo acciones y estrategias para afrontar esos desafíos de difusión de los conocimientos que se generan desde las universidades"
Adolfo Abadía, coordinador editorial de la Universidad Icesi.
Un clásico en su versión original
Publicado por primera vez en 1972, con ilustraciones de Alejandro Obregón, Los cuentos de Juana, el tercer libro de Álvaro Cepeda Samudio, en su edición original, se convirtió en una obra que pocos tuvieron la oportunidad de conocer, pues solo se imprimieron 1000 ejemplares. Su publicación coincidió con la muerte del escritor barranquillero, en octubre de 1972, por lo que es una obra póstuma que llegó a considerarse inconclusa, sobre todo por el estilo experimental que la caracteriza.
La Editorial de la Universidad del Norte, debido al valor histórico y literario que representa la obra, editó una réplica lo más fiel posible al original, para que los lectores vivan la experiencia de la forma que Cepeda y Obregón la imaginaron. El libro narra las aventuras de Juana, una mujer que habita en simultáneo varios lugares del Caribe colombiano.
Durante la feria, el sábado, 27 de abril, se presentó esta edición, con la participación de la editora Silvia Garavito, Elías Doria, antropólogo y curador de arte, y el escritor barranquillero Julio Olaciregui, quienes conversaron sobre el papel que este libro tuvo en la literatura caribeña.
Si bien el libro se ha publicado en recopilaciones de Álvaro Cepeda Samudio, muy pocas ediciones van acompañadas de las ilustraciones de Obregón. “Este libro es una coautoría. Leerlo sin las ilustraciones es una experiencia incompleta”, señaló Garavito, y agregó: “Este es un libro que me hizo sonreír, que lo pone a uno a completar las historias”.
Por su parte Olaciregui destacó lo similar de esta edición con la de 1972. “Es una novela pintada, según Álvaro Cepeda Samudio, que combina todas las formas de narrativa. Es un libro que no se agota”. Además, señaló que las historias le evocan su infancia y adolescencia en Barranquilla. “Está escrito como si hubiera sido escrito ayer. Cualquier barranquillero que lo lea va a encontrarse con el mismo relato”.
Elías Doria catalogó el libro como una reivindicación de la costeñidad, en el que presenta una crítica al centro del país y una ruptura con su intelectualidad. “Es un libro que disfruté mucho desde el campo emotivo”, dijo el samario, en relación a los recuerdos que le traen de Ciénaga.