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Docentes que inspiran dentro y fuera del aula

En el marco del Día del Docente, la universidad rinde homenaje a quienes dedican su vida a la formación con vocación, destacando también sus pasiones y actividades fuera del salón de clases. Además de enseñar asignaturas, también enseñan a disfrutar la vida.

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Los docentes Andrés Guzmán, Rocío Ramos y Adriana Pérez

Por: Angie Caicedo

15 may 2025

En el marco del Día del Docente, la Universidad del Norte celebra la vocación y el compromiso de quienes acompañan a los estudiantes en su formación académica, pero también aquellas facetas que enriquecen su experiencia de vida. Más allá del aula, muchos docentes desarrollan intereses y actividades que reflejan su creatividad, sensibilidad y conexión con su entorno. A continuación, compartimos algunas de esas historias que muestran cómo la pasión por enseñar se entrelaza con otras dimensiones de sus vidas: la música, el arte, la cocina, el deporte y las letras.

Juanita Aldana: entre el aula y las olas

Exploradora de ecosistemas, apasionada por las aves del Caribe y amante del mar, Aldana combina la ciencia con una profunda conexión con la naturaleza. Desde 2012 es profesora del Departamento de Química y Biología, donde imparte asignaturas como Biología, Genética y Aves del Caribe Colombiano. 

“Disfruto cada paso del proceso de enseñanza”, afirma. Para Aldana, la formación no se limita a contenidos curriculares, sino que también incluye el ejemplo, la constancia y el acompañamiento.

Desde 1999, practica windsurf, un deporte que comenzó en la laguna del Sisga, pero fue en la Costa Caribe donde encontró las condiciones ideales para consolidar esta afición. En los últimos años, también ha sumado el surf como parte de su rutina. Su esposo lidera una escuela de deportes náuticos, y sus hijas compiten a nivel departamental. “El mar nos une como familia”, cuenta. Para ella, el contacto con la naturaleza y la exigencia física de estas disciplinas representan una fuente de equilibrio y bienestar personal.  

Ha dedicado gran parte de su vida al windsurf, disciplina en la que compitió a nivel suramericano durante su juventud. “En mi época joven competía, estuve en campeonatos suramericanos y quedaba de primera o de segunda”, recuerda. Desde hace un año y medio, ha centrado su interés en aprender surf, motivada en parte por su lugar de residencia. “Yo vivo en Puerto Colombia, entonces me he quedado muy cerquita de la playa y me encanta”, afirma. Esta cercanía con el mar ha sido clave para mantener su conexión con las olas y seguir explorando nuevas disciplinas acuáticas.

Juanita Aldana, profesora del Departamento de Química y Biología de Uninorte, combina su labor académica con la práctica del windsurf, una pasión que cultiva desde 1999 y que hoy comparte con su familia en las costas del Atlántico.

Disfrutar cada paso del aprendizaje, agradecer cada metida al mar por ser una experiencia única y transformadora, ser muy disciplinado y constante. el mar también puede ser una escuela"

Juanita Aldana, profesora del Departamento de Química y Biología

Rocío Ramos: compromiso con la tecnología y creatividad desde la cocina 

Desde el año 2002, Rocío Ramos hace parte del departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación, donde acompaña a los estudiantes en sus primeros pasos en el mundo de la programación. Llegó a Uninorte tras trabajar como directora de un centro de educación superior en Barrancabermeja. Una visita casual a la universidad coincidió con la búsqueda de un docente para dictar informática básica, y desde entonces inició una trayectoria sostenida como profesora universitaria.

“Entrar a un aula me cambia la vida. Poder transmitir con amor lo que sé es, para mí, haber cumplido con la vida, con mi propósito, con todo lo bonito que me ha dado”, afirma. 

Aunque su profesión está estrechamente ligada al mundo de la tecnología, su lado creativo se expresa en la cocina. En especial, disfruta preparar postres y reinventar recetas tradicionales. Esta afición, que heredó de su madre, se ha convertido en una forma de expresión personal y un espacio para compartir con su familia.

“Me encanta cocinarles a mis hijos, a mi mamá, y que nos reunamos a conversar alrededor de la comida”, cuenta. Para Ramos, la cocina también es un escape en momentos de estrés y una forma de reconectar con los suyos. 

“Creo que ese amor por la cocina y la sazón que me dicen que tengo es algo heredado. Mi mamá siempre nos inculcó que lo que se hace con amor sabe mejor”, afirma. Hoy, la cocina no solo representa un espacio para compartir con sus hijos y su madre, sino también un escape ante el ritmo exigente de la vida profesional. Le permite reinventar recetas, experimentar sabores y, sobre todo, generar momentos de encuentro familiar. “Cocinar me devuelve la calma y la concentración que me lleva de nuevo al aula”. 

Rocío Ramos, docente del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación, combina su vocación por la enseñanza con su pasión por la cocina.

Todo lo que uno hace con amor se ve reflejado y es precisamente ese enfoque, desde el afecto y la dedicación, el que me guía en la labor como docente como en la vida personar”

Rocío Ramos profesora del departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación

Jaime Escobar y su arte de contar historias    

Con más de una década de trayectoria en la institución, Jaime Escobar se desempeña como profesor en el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental desde 2012, enfocado en temáticas ambientales y geológicas. Desde joven, tuvo una inclinación hacia la academia, motivado por su interés en los debates científicos sobre el calentamiento global y la forma en que el conocimiento puede influir en las decisiones sociales.  

Pero más allá de su labor como docente e investigador, Escobar encontró en la escritura literaria un terreno fértil para expresar aquello que no siempre puede abordarse desde la ciencia. Antes de la pandemia, sentía ya una inquietud por explorar otros lenguajes y disciplinas, especialmente vinculadas a las humanidades.    

Aunque en un principio contempló estudiar filosofía, finalmente decidió inscribirse en la Maestría en Literatura y Escrituras Creativas que abrió la Universidad del Norte, motivado por el deseo de comprender el poder de la narrativa para contar realidades desde otro lugar. Como parte de su trabajo de grado, escribió su primer libro: una colección de aproximadamente 80 microrelatos que recogen escenas duras, cotidianas y emocionalmente intensas, muchas de ellas narradas en apenas unas líneas.    

El libro titulado Desayuno en prisión, de la editorial Clu Editores, fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) 2025, como una de las publicaciones destacadas de la línea de creación literaria de la universidad. Para Escobar, la escritura se ha convertido en un espacio de pausa, reflexión y reconstrucción personal. “Leo más de lo que escribo, pero ambas cosas ocupan hoy un lugar fundamental en mi vida”, enfatizó el ingeniero ambiental, doctor en ecología y académico correspondiente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Jaime Escobar, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, durante la presentación de su libro 'Desayuno en prisión' en la Filbo.

 

Adriana Pérez: palabra, enseñanza y música entre líneas

Adriana Pérez llegó al Instituto de Idiomas en 2018 para integrarse al departamento de Español, donde dicta cursos clave de lectura, escritura académica y contexto educativo para estudiantes de pregrado y posgrado. Enseña asignaturas clave en la formación académica como Competencia Comunicativa I y II, cursos fundamentales en los primeros semestres del programa de Lenguas Modernas y Cultura.

Con más de 30 años de experiencia en docencia universitaria, su vocación nació del amor por la lectura, la escritura y un entorno familiar lleno de libros y conversaciones profundas. “Siempre estuve rodeada de buenos lectores: mis padres”, recuerda.

Fuera del aula, Adriana encuentra en la música una expresión auténtica de sí misma. Creció en un ambiente en el que los ritmos y las letras formaban parte del día a día, y desde entonces el canto se convirtió en una extensión de su mundo interior.

Su gusto por la música nació en casa, de la mano de sus padres, y con los años ha seguido siendo una fuente de memoria, alegría y conexión. “Cantar me permite contar historias, llorar, reír y recordar”, afirma. Hoy, sus colegas y estudiantes pueden dar fe de que, en más de una ocasión, su voz se ha escuchado en los pasillos del séptimo piso del Instituto. Para ella, la música no es solo un pasatiempo, sino una forma de habitar el presente.

“Cada vez que puedo, se escucha mi voz en los pasillos del 7. Ese gesto sencillo resume lo que representa la música en mi vida: un canal para recordar, compartir y mantenerme cerca de lo que la inspira, dentro y fuera del aula".

Adriana Pérez, profesora del Departamento de Español en el Instituto de Idiomas de Uninorte, durante una presentación musical en el restaurante 1966.

 

Andrés Guzmán: acordes y colecciones con historia 

Andrés Guzmán es profesor del departamento de Ingeniería civil y ambiental, y a lo largo de su carrera ha liderado cursos enfocados en el diseño de estructuras en concreto y acero.

Para Guzmán, ser docente va más allá de explicar fórmulas o procesos: es una forma de acompañar, inspirar y abrir caminos de exploración intelectual. La interacción con sus estudiantes y la posibilidad de compartir lo que sabe lo han llevado a mantener una conexión constante con el aula y con la evolución de su campo. 

Fuera del entorno académico, Andrés tiene múltiples intereses que cultiva desde hace años. Es un coleccionista apasionado: ha reunido desde lapiceros y libros, hasta música, carritos de metal y llaveros. Aunque el espacio ha limitado su capacidad de seguir acumulando objetos, la curiosidad por conservar piezas con valor afectivo o simbólico sigue intacta.  

Una de sus grandes pasiones es ser un guitarrista autodidacta: aprendió a tocar desde los 15 años, tras un mes en una academia y años de práctica con partituras y ensayos propios. Durante tres décadas ha sido parte de agrupaciones rock, ha tocado en bares, colegios y escenarios diversos, siempre motivado por la conexión emocional que genera la música en quienes lo escuchan. Aunque la rutina familiar y laboral ha reducido el tiempo que le dedica a este hobby, aún toca entre dos y tres veces por semana, y mantiene vivo el deseo de seguir compartiendo su música. 

Andrés Guzmán, docente del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Uninorte, ha combinado su carrera académica con más de tres décadas de experiencia como guitarrista.


 

La alegría de ver a otros disfrutar lo que uno también ama es muy gratificante. La música, los libros y las pequeñas colecciones no son solo pasatiempos: son formas de disfrutar la vida, de reconectarse con lo esencial y de mantener la pasión por aprender y compartir intacta” 

Andrés Guzmán, profesor del departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica