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Adecuación participativa en edificaciones palafíticas de la Ciénaga Grande del Magdalena

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Viviendas palafíticas en el corregimiento de Buenavista, Magdalena.

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14 jun 2019

Con gran expectativa y ánimos de trabajar en la ampliación de la sede de la Asociación de Pescadores de Buenavista (Asopebue)se encuentran los habitantes del corregimiento de Buenavista, perteneciente a la Ciénaga Grande del Magdalena. Este proyecto participativo para el fortalecimiento de la comunidad anfibia es una iniciativa en la que el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras – INVEMAR, ha invitado a la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de Uninorte y al Centro de Innovación de Tecnologías Apropiadas y Educación C-Innova, para atender los retos de transformación de una edificación palafítica como infraestructura productiva a un centro de interpretación cultural y turística.

El proyecto está siendo liderado por el profesor Edgard Rincón, diseñador Industrial y Coordinador del Laboratorio Experimental de Diseño para la Innovación Social del Caribe, Disca Lab, quien junto a los docentes Mark Betts, Diseñador gráfico, y el arquitecto, Alexander Niño pretenden facilitar las condiciones para que las personas de la comunidad sean quienes configuren este nuevo espacio.

Invemar por medio de la  ejecución en el Caribe del proyecto de desarrollo local sostenible y gobernanza para la paz, financiado por la Unión Europea, está trabajando en el fortalecimiento del emprendimiento, el ecoturismo y la creación negocios verdes en éstas poblaciones de la Ciénaga Grande de Santa Marta.

Para el arquitecto Alexander Niño, el proyecto es una oportunidad para ayudar en la construcción de memoria histórica de las comunidades anfibias que han ocupado la Ciénaga del Magdalena, desde hace cerca de 200 años. “Las viviendas palafíticas surgieron como respuesta a una necesidad social, donde la ciénaga era su lugar de trabajo y decidieron convertirla en su hogar”, relata el profesor.

La Casa de Interpretación de la Cultura Anfibia es la forma cómo han llamado al lugar hasta el momento, no será ahora solamente la sede Asopebue sino también un lugar para recibir a turistas en la zona y narrar la historia de esa comunidad que vive sobre las aguas. Se espera que en un par de meses la adecuación esté lista y que haya dejado a los habitantes de las zonas técnicas y procedimientos para la construcción de futuras viviendas en la zona.

Como experiencia participativa, Niño anota que “no somos más expertos que los habitantes de Buenavista, quienes sin nociones teóricas de arquitectura y diseño han construido todo un comportamiento urbanístico a partir del agua y la canoa”. Para Mark Betts, el proceso se muestra como una experiencia de simbiosis en la que la academia y los habitantes de la ciénaga aprenden mutuamente. “En los primeros talleres se ponen a prueba métodos científicos y el trabajo cocreado con la comunidad”, manifiesta el docente.

Desde el Departamento de diseño Betts estudia cómo la comunidad ha creado sus sistemas de comunicación, tales como señaléticas y tipografías. Además se encuentra trabajando en el registro fotográfico y audiovisual del proyecto para entregar un corto documental que muestre la experiencia a la mayor cantidad de colombianos. “La Universidad del Norte y Colciencias ya han estado trabajando en proyectos para mejorar la divulgación de la investigación que se produce en las universidades, y estos formatos permiten acercarse a esos objetivos”.

Primer taller realizado con la comunidad.

Ya se realizó el primer taller con la comunidad, en el que se trabajó en un ejercicio acerca de los imaginarios que la comunidad tiene sobre la adecuación del lugar, además de socializar el proyecto a realizar. Los siguientes talleres involucraran a más actores sociales de la comunidad de Buenavista para el diseño y construcción.

Esta etapa es calificada por Betts como ‘la más bonita y enriquecedora”, porque será literalmente una negociación de saberes, de necesidades emergentes y técnicas de construcción entre los investigadores y los habitantes. El objetivo no es imponer sino proponer para que lo que la comunidad ha hecho durante 2 siglos sea adecuado para nuevas actividades económicas en la población.

Para el profesor Niño, el interés por las construcciones palafíticas en el Caribe por parte de la academia debe aumentar; según él, ya se han hecho avances de investigación en otras regiones del país y aquí no ocurre lo mismo. Alineado con la realidad medioambiental y el aumento de los niveles del mar en las costas, el arquitecto ve en las viviendas palafíticas una oportunidad para desarrollar nuevas formas de construcción a partir de la validación de la diversidad del conocimiento.

Por Omar David Alvarez