Carlos Javier Velásquez Muñoz

En 1991, la socióloga y escritora, ganadora del premio Príncipe de Asturias, Saskia Sassen, publicó su más conocida obra: La Ciudad Global. En ella, Sassen se refirió a una serie de ciudades que, dadas sus características, podían ser consideradas como ciudades globales, es decir, cuyo desarrollo no se decide en el ámbito nacional o regional y, mucho menos, en el local, sino a miles de kilómetros de distancia de donde se localizan. De la misma manera, según Sassen, esas grandes ciudades son el ámbito en el que una multiplicidad de procesos de mundialización, cobran formas concretas y, por supuesto, localizadas.

Al parecer no solo las ciudades pueden ser globales, también quienes las administran y, sobre todo, quienes las administran con gestiones y resultados sobresalientes.

Este fin de semana, el diario británico, The Sunday Times, destacó la intención del Ex Alcalde de New York, el norteamericano multimillonario Michael Bloomberg, de presentarse a las elecciones de mayo de 2016 y ser el próximo Alcalde de Londres.

A pesar de que Bloomberg no tiene residencia, ni ciudadanía británica, requisito indispensable para la postulación, es altamente factible que acceda a la misma, teniendo en cuenta las considerables inversiones que ha realizado en el Reino Unido. Mientras el gobierno británico concede la nacionalidad por vía rápida a millonarios que inviertan al menos 2 millones de libras (unos 3 millones de euros), el magnate ha invertido unos 500 millones (unos 700 millones de euros).

La noticia ha caído mucho mejor de lo que se esperaba, y se rumora en los círculos políticos londinenses que amigos y socios del cuasi octogenario líder político y económico, han declarado que lo están considerando y que lo ven con buenos ojos. De hecho el Partido Conservador, hoy en el poder de la Alcaldía de Londres, ha señalado que apoyaría una candidatura de Bloomberg si este quisiese lanzarse. Incluso, la noticia ha llegado a oídos del Primer Ministro, David Cameron, quien ha opinado a través de sus voceros, que su liderazgo pragmático y enfocado a la resolución de problemas, es justo lo que la capital necesita.

¿Asistimos a  una nueva clase de políticos?, ¿estamos en presencia de los primeros Alcaldes 3.0?, ¿será posible globalizar la política local?

Por qué no. En un mundo cada vez más globalizado, como lo auguró Sassen, no es de extrañar que ésta sea una nueva forma de compartir liderazgos, sobre todo en sociedades maduras, cuya apertura está basada en el interés general, lejos de cacicazgos nacionales, regionales o locales; gamonales o castas políticas y/o familias que, ancestral e históricamente, han vivido de la política y de ricaché, de todos nosotros.   

Si la globalización ha traído apertura a los mercados, los TLC son ejemplo de ello; las telecomunicaciones, hoy hablamos e interactuamos en tiempo real con cualquier lugar del mundo; e incluso, a los grupos organizados y representativos de la sociedad civil (ONG transnacionales); ¿por qué no compartir globalmente a los buenos políticos?; a los buenos de verdad.

Sin duda, yo estaría dispuesto a votar por un candidato extranjero si éste tiene el talante, la formación y la visión suficiente para elevar la calidad de vida de nuestra ciudad; si además viene cargado de buenas y notorias ejecutorias como administrador público y, máxime, si tiene y ha recorrido el mundo, si trae en su cabeza cosas para mostrar e implementar que nos permitan dar un salto cualitativo, superando la visión parroquial con la cual nuestros administradores manejan los asuntos.

Fíjense, aquí lo único que hemos importado es al Cura Hoyos de Belén de Umbría, Antioquia, y a Edgard George y Humberto Caiffa, de Santa Marta.

Para terminar, les pido que me ayuden a hacer una lista de candidatos al responder dos preguntas sencillas:

Primero: ¿Estaría de acuerdo con importar un buen candidato a la Alcaldía de Barranquilla?.

Segundo: En caso de estar de acuerdo, ¿a quién postularía?.

Mañana les cuento que dice la gente.