Carlos Javier Velásquez Muñoz

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TITULO Profesor e Investigador Asociado de Tiempo Completo en la División de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

ACERCA DE MÍ Doctor en Derecho, Universidad de Salamanca (España), Magister en Derecho Ambiental, Universidad del País Vasco (España), Especialista y Postgraduado en Derecho Ambiental y Administrativo. Con cursos de Postgrado en Derecho Urbano y Comunitario Europeo. Investigador en Derecho Público, Derecho Administrativo, Derecho Ambiental, Derecho Urbano-Territorial, Planificación para el Desarrollo Urbano y Análisis Institucional. Así mismo, tengo a mi cargo en calidad de Director Académico del Doctorado en Derecho, la Maestría en Derecho Ambiental y Urbano-Territorial, así como la Especialización en estas mismas materias. 

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Barranquilla aguarda por una mejora significativa de su hábitat urbano

Desde mediados de 2007, más del 50% de la población mundial vive en entornos urbanos y para 2050, dicha cifra alcanzará el 70%. Nuestro país, siguiendo la tendencia mundial, también se urbanizó; en cuestión de cincuenta años pasó de tener un 30% de población urbana a un 76% en la actualidad. Sin duda, el reto de este siglo, el cual ha sido denominado como “el siglo de la urbanización”, es convertir las ciudades en lugares en los que se promueva un modelo de inclusión social, productivo y sostenible.

Lo anterior, sin embargo, no es tarea fácil si se considera que la principal característica de la ciudad es la complejidad, la cual surge como resultado de las relaciones de interdependencia entre los elementos que componen su estructura física, con las dinámicas de desarrollo que se originan en su interior, mediadas, por supuesto, por la acción de la institucionalidad pública, el sector privado y la comunidad.

Así las cosas, la mejora de la calidad de vida urbana es posible cuando se diagnostican, diseñan, ejecutan y evalúan políticas públicas con el nervio suficiente para incidir, con carácter integral y transectorial, en el conjunto de los elementos articuladores de la realidad urbana: 1. las denominadas características intraurbanas o atributos urbanos: vivienda, servicios públicos, espacio público, transporte, equipamientos; 2. las dimensiones del desarrollo integral: población, ambiente, economía y sociedad; 3. las instancias de articulación/regulación (relación entre la nación y la entidades territoriales) y, 4. el espacio urbano como realidad física.

Todos esos componentes o elementos deben analizarse y ser evaluados de manera integrada, pues si bien por separado resultan importantes en sí mismos, solo de manera conjunta y a partir de su interacción, posibilitan el correcto funcionamiento del sistema urbano.

La reciente presentación y publicación de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2014, realizada por la iniciativa de control ciudadano y monitoreo a la calidad de vida en la ciudad, Barranquilla Cómo Vamos, muestra un panorama interesante sobre los avances (también retrocesos), a la vista de los datos técnicos y la percepción de los barranquilleros sobre la calidad de vida de su ciudad en el último año.

No está de más recordar que el modelo de análisis de la encuesta acogido por las ciudades participantes de la Red Cómo Vamos, parte de la consideración de que la calidad de vida es un concepto multidimensional y que, por tanto, debe ser medido a partir de tres macro variables y una completa batería de indicadores técnicos y de percepción que dan cuenta de una mirada global sobre las condiciones de vida de los ciudadanos.

Las macro variables acogidas en la encuesta son: 1. los activos de las personas, en términos de bienestar subjetivo; b. el hábitat urbano, es decir, el análisis de la dimensión socio-espacial a partir de las percepciones ciudadanas y, c. la gestión pública y las finanzas, partiendo de la necesidad de auscultar por la existencia de un buen gobierno en las ciudades.

Con la advertencia previa de que es necesario leer el informe en su totalidad, en las líneas que siguen a continuación se analizarán los principales hallazgos en relación al Hábitat Urbano, a partir del análisis de los datos más significativos del estudio.

Siguiendo el planteamiento señalado líneas atrás sobre los atributos urbanos, es importante resaltar los siguientes aspectos de la encuesta:

En relación con la vivienda, existe una alta satisfacción de los barranquilleros con su barrio y su vivienda (62 y 81%),  no obstante, mirando las razones dadas para dicha satisfacción, se observa que éstas no obedecen a  la ejecución de programas estratégicos de ciudad como puede ser “Barrios a la Obra”, ya que, por el contrario, los habitantes perciben un bienestar subjetivo al respecto, refiriéndose al barrio en términos de “ser tranquilo”, tener “buenos vecinos” o “ser seguro”.

En cuanto a la propiedad de la vivienda, a pesar de los proyectos de vivienda social emprendidos en la ciudad, aún un 20% de la población encuestada mencionó no tener vivienda propia y la razón principal es la falta de financiación y las dificultades para acceder a un crédito hipotecario acorde con sus condiciones. Los datos duros muestran que el déficit cuantitativo de vivienda en la ciudad es de 35 mil viviendas, lo cual pudiera ser resuelto, con voluntad política, en un solo período de gobierno.

Analizando los datos relacionados con los servicios públicos, los índices de satisfacción promedio se mantienen iguales entre rangos que van entre el 96% en relación con el gas al 78% del Alcantarillado,  este último bajó 6 puntos en relación con la última medición. Por su parte, el servicio de energía eléctrica aparece fuera de este rango con un 57%, descendiendo 15 puntos en relación con la medición del año anterior. Conocida es la situación y las quejas de la ciudadanía frente a este servicio, sin soluciones a la vista en el corto o mediano plazo. Un asunto para incidir  y tener en cuenta por parte de la institucionalidad en los próximos meses y años.

Expertos a nivel mundial coinciden en que las dinámicas de las ciudades en el siglo XXI vienen condicionadas por la manera como se afronte lo relacionado con la movilidad; este es, sin duda, el reto principal de las ciudades hoy. En relación con este aspecto, la percepción de los barranquilleros coincide con el panorama que se vive a diario, tanto las personas con alta movilidad, como el resto de los barranquilleros, coinciden en que sus trayectos son cada vez más demorados (aumentando 11 puntos hasta un 41%). Como se señala abiertamente en la calle: Barranquilla, ciudad de soluciones pequeñas, empezó a experimentar los problemas de las grandes ciudades.

La solución extendida para afrontar la congestión vehicular a nivel mundial arranca del desincentivo al uso del vehículo particular y la mejora de la red de transportes públicos en los que se combine la modernización del transporte acorde con las realidades de cada sitio y se promuevan las formas alternativas de movilidad. Sin embargo, en Barranquilla, partiendo del análisis de los datos suministrados por la Encuesta, vemos que el SITP (Transmetro) es el medio formal de menor penetración en el transporte habilitado (8%), lo que contrasta con un ligero aumento en el transporte privado, principalmente el de las motos (13%), cuestión que plantea un escenario complejo teniendo en cuenta todas sus implicaciones.

En relación con el espacio público y el equipamiento, no es secreto que la ciudad tiene un déficit cuantitativo y cualitativo. La satisfacción de la ciudad a este respecto no llega al 50% y los parques y zonas verdes al 30%, muy a pesar de las obras de recuperación de espacio público y de parques realizadas en los últimos meses a partir del recaudo de los impuestos de los ciudadanos. Se hace necesario revisar tanto el procedimiento, como los resultados de estas ejecutorias para extraer la mayor información posible que dé cuenta de la falta de apropiación de estas obras por parte de los barranquilleros.

Por último, y a pesar de que la tendencia mundial, así como la política pública nacional sobre desarrollo urbano abogan, desde hace ya bastante tiempo, por un modelo de ciudad sostenible, entendida como aquella en la cual interactúan de manera armónica y equilibrada el desarrollo económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente con miras a alcanzar el mantenimiento global a partir de la equidad intergeneracional, la gestión ambiental en Barranquilla sigue siendo débil y desconocida.

A pesar de que a los barranquilleros les preocupan los efectos de la contaminación atmosférica, del agua y el ruido, de nada ha servido que Barranquilla se muestre como pionera en la implementación del denominado Comparendo Ambiental, cuando con esta medida, no se está previniendo la ocurrencia de dichos impactos y mucho menos, educando al barranquillero en su comportamiento frente al ambiente de la ciudad.

Relacionando este aspecto con la institucionalidad de la ciudad, vemos que la autoridad ambiental es la de menos conocimiento y legitimidad entre los barranquilleros.

Sin duda, es mucho lo que nos queda por hacer en relación con el hábitat urbano de Barranquilla, allí están los datos, esperemos ejecutorias para avanzar cada vez más.