Carlos Javier Velásquez Muñoz

No cabe duda que los Barranquilleros necesitamos saber que contiene el aire que respiramos. Las quemas incontroladas en los alrededores de la ciudad; la actividad constructiva que produce grandes cantidades de material particulado; el aumento del parque automotor; la ubicación y aumento de puertos sobre El Magdalena que cargan y transportan carbón; la escasez de zonas verdes en la ciudad; en fin, todas causas de un muy seguro enrarecido aire que nos tiene enfermos de asma, alergias, gripas, bronquios y muchas otras enfermedades.

El último estudio sobre calidad del aire en la ciudad fue contratado con la Sociedad de Ingenieros Químicos del Atlántico por el Damab en septiembre de 2009 y en aquella época ya se registraban datos muy por encima de los límites permisibles. Este tipo de estudios no se han vuelto a realizar.

Año tras año los Informes de Calidad de Vida que publica el tanque de pensamiento Barranquilla Como Vamos, indican la ausencia de información y análisis en relación con el medio ambiente de la ciudad; es común que el capítulo ambiental “brille por su ausencia”.

¿Cómo pueden las autoridades señalar que es Barranquilla una ciudad sostenible cuando no brinda la más mínima información sobre lo que estamos respirando?. Desde 2005 la ciudad perdió las estaciones de calidad del aire que fueron ubicadas en diferentes sitios de la ciudad, nunca supieron manejarlas, se fueron descalibrando y terminaron pudriéndose.

Nos estamos enfermando ante la mirada indolente e imperita de nuestras omisivas autoridades. Necesitamos los estudios para tomar decisiones, YA!