Carlos Javier Velásquez Muñoz

Conocida es la frase de: “chilla más que una caja de pollos”; esa puede ser una buena descripción de lo que nos espera en el escenario político generado tras las elecciones del pasado 9 de marzo para el Congreso de la República.

Un nuevo actor apareció en la arena política: el Movimiento Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez; desde su llegada el modus operandi ha sido invariable y constante: quejarse en público y privado, interna y externamente, haciendo uso de los medios de comunicación, redes sociales y tecnologías de la información, de todo cuanto acontece y le acontece.  

Primero fue la forma de crear el movimiento, después el logo: que Uribe sí, que Uribe no y las acusaciones de querer torpedear la aspiración; más adelante fue la estrellada convención, con guiños, votaciones direccionadas y pugnas internas; luego las acusaciones sobre ventajas de otros partidos para hacer campaña y ahora, las acusaciones de fraude en las elecciones en detrimento del movimiento.  Todo lo anterior, sin contar las reiteradas y sistemáticas críticas al proceso de paz y las ejecutorias del gobierno, sea del calibre que sean.

Así las cosas, preparémonos para un Congreso movido, que tiene por delante retos enormes: Ley de salud, reforma a la justicia, postconflicto, reforma al SINA (Sistema Nacional Ambiental), derechos políticos de Alcaldes y Gobernadores, etc.; pero en el cual habrá trinos y silbos por doquier. Hoy no solo conocemos al Centro Democrático por cuidar "los huevitos" de uribe, sino por cantar y cantar mientras revientan.

No sé si los colombianos aguantemos que la caja chille tanto, para mí es mejor que en el Centro Democrático cierren un poco el pico.