Carlos Javier Velásquez Muñoz

La semana pasada se llevó a cabo en la ciudad de Medellín el VII Foro Urbano Mundial, sin duda, el evento más importante a nivel global dedicado a la ciudad.

Expertos de todos los calibres se dieron cita en una ciudad acogedora, transformada, preparada para este tipo de acontecimientos, en fin, que nos deja bien parados como país. No puedo decir lo mismo de mi querida Barranquilla, la cual no ha tenido la misma suerte en su fisonomía y confort, fruto de una clase dirigente sin visión.

El tema central del Foro fue el de la sostenibilidad urbana, retos y ruta para implementar este modelo en la ciudad, el cual, lastimosamente, no ha pasado de ser un paradigma teórico deseable, con menos aplicaciones prácticas de las que deberían tener.

Sin embargo, es necesario destacar que el Foro fue esperanzador, mostró evidencias de que se están haciendo cosas y, de que en un planeta urbanizado (el 52% de la población mundial vive en ciudades), la idea de ciudades habitables, saludables, con calidad ambiental, incluyentes, equitativas, es no solo posible, sino ineludible.

Richard Florida, profesor y director del Martin Prosperity Institute de la Universidad de Toronto, señaló en su discurso que, “hoy, la gente ve a la ciudad no como el sitio en el cual puede encontrar trabajo, sino en donde quiere vivir. Ese es el reto de las que aún no lo han conseguido, y eso, establece una diferencia muy clara entre las que lo han conseguido y las que no.”.

Joseph Stiglitz, premio nobel de economía y, otro de los grandes invitados a la cita sobre la urbe, enfatizó en la necesidad de pensar la ciudad como el presente y el futuro inobjetable de este planeta, de lo bueno y de lo malo. Al tiempo, lanzó un llamado de atención por alcanzar la sostenibilidad en la ciudad, no hay otro camino, con prosperidad económica, inclusión y, por supuesto, protección del entorno. Al respecto señaló: “son los pobres los que llevan la carga de una ciudad que no se ha planeado bien. Sufren de falta de transporte, de vivienda, de parques, de espacio público, lo cual debe ser acabado. Es necesario duplicar los esfuerzos para acabar con la desigualdad”, apuntó.

Precisamente, ciudades para la vida, fue el slogan que se repitió en las más de 600 conferencias, workshops, trainings, eventos concurrentes. En palabras de Joan Clos, exalcalde de Barcelona y actual director de ONU HABITAT, se hizo historia, pues lo visto en Medellín fue todo un record. Más de 25.000 personas acreditadas para el evento, colmaron cada una de las actividades programadas, participaron y se involucraron en la andanada de mensajes positivos que recorrían cada esquina de la Plaza Mayor paisa.  

Sin duda, después de este evento, nuestro país no volverá a ser el mismo, y es de esperar que el mensaje haya calado hondo en las mentes y los corazones de los asistentes. Lo que queda ahora es seguir trabajando para construir en nuestro país un modelo de desarrollo urbano diferente, una ciudad pensada para la gente y no para el lucro, el negocio y los intereses públicos y privados individuales o de grupo, que terminan por convertir a nuestras ciudades en colchas de retazo, en sitios invivibles, excluyentes y sin identidad.

Habrá más de Ecos del WUF7.