Carlos Javier Velásquez Muñoz

A mí sinceramente me parece que sobra gente.

Si se le pide a un colombiano que nombre 5 Representantes a la Cámara, la prueba la pierde más del 80 %. La información acerca del Senado baja a un 60%, pero igual, se pierde. Ni siquiera los congresistas del propio departamento son conocidos por la mayoría. Lo he comprobado a partir de un sondeo.

Cuando se revisan las leyes que el Congreso expide en cada legislatura, éstas tienen dos particularidades que sobresalen por encima de las demás:

a.    Hay muchas leyes de honores: homenajes, exaltaciones, memorias y eventos;

b.    Son respuestas a parcelas coyunturales de la realidad nacional.

Por hacer lo señalado, los congresistas ganan la no despreciable suma de 24 millones de pesos mensuales.

Esta semana el Gobierno expidió el decreto 1739 de agosto 28 de 2015, por medio del cual se reajusta la asignación mensual para los miembros del Congreso de la República. A partir del 10 de enero de 2015 su asignación mensual se reajustó en el cuatro punto sesenta y seis por ciento (4.66%), es decir, pasaron de ganar 24 a 26 millones, con retroactivo a enero.

Hagamos un símil: si el Gobierno no tuvo problema en motilar el presupuesto de este año en 4 billones de pesos y en total recortó 12 billones del Plan de Inversiones del Plan Nacional de Desarrollo para los próximos 4 años, propongamos entonces recortar el Congreso.

Es aritmética simple, si pasan de 24 a 26 millones mensuales, pues tomemos la decisión de tener menos congresistas ociosos que nadie conoce, no se sienten, ni proponen.

Los “padres de la patria” deben dar el ejemplo y aportar en la búsqueda de los 12 billones de descuadre, no subir los impuestos y convertir el IMAS en un IMAN.