Carlos Javier Velásquez Muñoz

Mucho se ha hablado y comentado sobre los resultados electorales del domingo en Colombia, pero si por aquí llueve, en otros lugares no escampa.

Este fin de semana los 28 Estados miembros de la Unión Europea culminaron su período de elecciones para escoger los eurodiputados que conformarán el Parlamento Europeo para el período 2014-2019.

Esta es la primera elección que se realiza después de la entrada en vigor del Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión Europea-TFUE, mejor conocido como Tratado de Lisboa. Este Tratado fortaleció el papel del Parlamento en las decisiones que afectan al espacio común, como por ejemplo, elegir al Presidente de la Comisión de la Unión Europea, a propuesta del Consejo y teniendo en cuenta los resultados para su propia escogencia.

En total se eligieron 751 eurodiputados pertenecientes a diversos partidos existentes en los Estados miembros, los cuales a su vez se organizan a partir de partidos políticos europeos.

Para que exista un partido político europeo, los partidos políticos nacionales deben agruparse obteniendo al menos una cuarta parte de respaldo en los Estados de la Unión, así como respetar los valores y principios de la Unión Europea y haber participado en las elecciones europeas o manifestar su intención de hacerlo.

A su vez, los partidos europeos forman grupos parlamentarios, aunque no siempre existe correspondencia exacta, pues es común la alianza entre políticos pertenecientes a diferentes partidos, en cuyo caso forman los que se denominan grupos conjuntos de parlamentarios. En todo caso, para formar un grupo parlamentario se necesitan al menos, 19 diputados de 5 diferentes Estados miembros.

En las dos últimas elecciones (2009 y la de este domingo), ha sido el Partido Popular Europeo el ganador del mayor número de escaños en el Parlamento, seguido por los Socialistas y otras facciones políticas como Conservadores, el Partido Verde Alemán y los reformistas.

En esta oportunidad el principal vencedor de la jornada, al igual que en Colombia, fue el abstencionismo, el cual se situó en torno al 55%. Los europeos son escépticos frente al rol que pueden desempeñar en el manejo de los asuntos europeos vía Parlamento, por lo que le restan importancia a la elección.

El Partido más votado, el Popular europeo, obtuvo 213 de los 751 escaños; este Partido agrupa las fuerzas políticas de centro y centro-derecha de los Estados miembros, en concreto 72 partidos, tales como la Unión Demócrata Cristiana de Alemania y el Partido Popular español, ambos en cabeza de sus respectivos gobiernos.

Por su parte el principal opositor es el Partido Socialista europeo, el cual suele realizar alianzas con partidos minoritarios para mejorar su posición en el Parlamento, en esta ocasión con el Demócrata, de ideología centrista y fuertemente europeísta. La alianza socialista alcanzó 181 puestos en la eurocámara.

Pero sin duda lo más llamativo de la jornada estuvo en Francia, donde por vez primera ganó la ultraderecha; el Frente Nacional, liderado por Marine Le Pen, hija del polémico político Jean Le Pen, logró el 25% de los votos y quedó cinco puntos por encima del partido del Ex Presidente Nicolás Sarkozy, el también derechista Partido Unión por un Movimiento Popular. Por su parte, el partido en el Gobierno, el Socialista, fue el gran perdedor de la jornada. Los Políticos franceses pidieron de inmediato al Presidente, Francois Hollande, que convoque elecciones nacionales anticipadas.

El ascenso de la extrema derecha francesa en el Parlamento Europeo significará, sin duda, un endurecimiento de las medidas de control migratorio para los extranjeros que deseen ingresar a la Unión Europea. Nada raro tendría que el camino recorrido por Perú y Colombia para permitir el ingreso de sus nacionales en condición de turistas sin visa a Europa, se vea fuertemente torpedeado.

Por último, llama la atención el ascenso de los partidos independientes, como fue el caso de “Podemos en Europa” en España, el cual logró cinco escaños en el Parlamento apoyado por más de 1,2 millones de votantes.

Podemos, considerado la gran revolución de la política europea, simboliza la debacle de los dos grandes partidos tradicionales en España y refleja las líneas de renovación democrática en Europa, a partir de concitar el interés de la población para convertir la indignación ciudadana en cambio político.

Los pilares de este movimiento son sencillos, pero claves: decencia en la política, participación amplia y lucha por los derechos humanos. En Palabras de su creador y principal líder, el politólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Pablo Iglesias, Podemos es una iniciativa que propone la participación de la gente, un método de participación ciudadana.

Como ven, en todos los fuegos se cuecen habas.