Carlos Javier Velásquez Muñoz

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TITULO Profesor e Investigador Asociado de Tiempo Completo en la División de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

ACERCA DE MÍ Doctor en Derecho, Universidad de Salamanca (España), Magister en Derecho Ambiental, Universidad del País Vasco (España), Especialista y Postgraduado en Derecho Ambiental y Administrativo. Con cursos de Postgrado en Derecho Urbano y Comunitario Europeo. Investigador en Derecho Público, Derecho Administrativo, Derecho Ambiental, Derecho Urbano-Territorial, Planificación para el Desarrollo Urbano y Análisis Institucional. Así mismo, tengo a mi cargo en calidad de Director Académico del Doctorado en Derecho, la Maestría en Derecho Ambiental y Urbano-Territorial, así como la Especialización en estas mismas materias. 

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VICTIMARIOS O VÍCTIMAS

Podre ser tildado de peligrosista o positivista criminológico, pero no hay sino que verles la cara. La justicia show que tenemos en este país, azuzada por los medios amarillistas de comunicación, quiere imputarles homicidio culposo a título de dolo eventual.

Me refiero al chofer de la buseta que hace unos días se incendió con niños en su interior en el municipio de fundación, así como el pastor que la contrató. A este último se le murió una hijita de 6 años y su mujer sufrió quemaduras que la tienen a punto de morir. Sobre el primero, es otro claro fruto de la miseria de este país.

Para los que no entienden de derecho, el dolo eventual plantea la posibilidad de un sujeto que representa la posibilidad de ocasionar un resultado dañoso que no desea, pero que termina produciendo, ratificándolo con su accionar.

Duele, duele mucho lo que paso; antes en este espacio escribí una nota al respecto y, de nuevo, pido a Dios por el descanso eterno de los niñitos y por sus familias, para que puedan superar sus pérdidas, pero seamos sinceros, dejémonos de buscar el ahogado río arriba.

El hombre de la buseta es una víctima más en todo esto, víctima de la pobreza, de la miseria, del rebusque del cual sobrevive la gente en este país. 20 mil pesos era lo que se iba a ganar, haciendo lo que se hace en todos los municipios pequeños, medianos y hasta en los grandes, manejar una buseta vieja, sin papeles, que debería estar fuera de circulación, si existiese una rigurosa acción de las autoridades del transporte.

¿Chofer negligente?, ¡por supuesto!, pero de allí a señalar que este señor tenía la representación sobre la posibilidad de dañar y, mucho menos, matar a los niños?. Por Dios!

Con el pastor es lo mismo, ¿Qué castigo ahora le quieren imponer?, ¿qué más castigo que ver morir a un hijo, y en semejantes circunstancias?. ¿Por qué ensañarse?, ¿por qué buscar culpables más allá de los hechos?.

Para mí el culpable es el Estado, que excluye, que empobrece, que deja sin opciones a la gente que quiere vivir decentemente, vivir sin empuñar un arma o dedicarse a negocios ilícitos. Por qué no educa, por qué no orienta?, por qué no controla?, muchas cosas pudieran ser evitadas.

Sí, queremos justicia, pero no una justicia subjetiva, mediática, retributiva; sino una justicia que respete el dolor de los familiares, la memoria de las víctimas, así como los derechos de los imputados.