El Carnaval de Barranquilla, una de las celebraciones más emblemáticas de Colombia, fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Además de su relevancia artística y cultural, esta celebración es un ejemplo destacado de como las industrias creativas pueden aprovechar el patrimonio cultural inmaterial (PCI) para generar valor económico y social. Este artículo explora la relación entre los festivales y carnavales, las industrias creativas y los marcos normativos de protección de los derechos de autor, con el objetivo de identificar los desafíos y oportunidades que existen para preservar y promover el PCI en el contexto del Carnaval de Barranquilla.
El concepto de patrimonio cultural inmaterial (PCI) se desarrolló para proteger tradiciones, prácticas y expresiones que se transmiten de generación en generación y representan la diversidad cultural de las comunidades. Los festivales y carnavales, como el de Barranquilla, son ejemplos de PCI, ya que reúnen danzas, música, vestimenta y otras expresiones que conforman la identidad cultural de la región. Estos eventos no solo preservan la cultura, sino que también se han convertido en motores de desarrollo económico a través de las industrias creativas. Las industrias culturales y creativas incluyen actividades que utilizan la creatividad como principal recurso, así como es el caso del Carnaval de Barranquilla, el cual actúa como una plataforma para artistas, gestores culturales y emprendedores. Desde esta perspectiva, la cultura es vista como un activo dinámico que puede ser aprovechado para crear productos y servicios innovadores, lo que a su vez contribuye al desarrollo económico local y al fortalecimiento de la identidad cultural.
Uno de los principales desafíos para los festivales y carnavales en el contexto de las industrias creativas es la protección de los derechos de autor. Aunque el PCI se basa en expresiones culturales colectivas, la normativa tradicional de derechos de autor está orientada a proteger creaciones individuales, lo que genera tensiones al aplicar estas leyes en eventos como el Carnaval de Barranquilla. Por ejemplo, la música, los diseños de vestuario y las danzas, a menudo creadas de manera colectiva y transmitidas oralmente, carecen de una protección adecuada bajo las leyes convencionales de propiedad intelectual.
El conflicto entre estos dos derechos se ve reflejado en la dificultad para establecer una regulación flexible que equilibre la protección de los derechos de los creadores con el acceso público a la cultura. En contextos como el del carnaval, donde las manifestaciones culturales pertenecen a toda la comunidad, se requieren enfoques normativos específicos que reconozcan la autoría colectiva y protejan estas expresiones sin limitar su difusión.
En el ámbito internacional, la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, adoptada en 2003, fue un paso fundamental para la protección del PCI. Esta convención establece directrices para salvaguardar y promover las expresiones culturales que no están protegidas por los marcos tradicionales de derechos de autor. La inclusión del Carnaval de Barranquilla en la Lista Representativa del PCI de la Humanidad (UNESCO, 2008) es un reconocimiento significativo que destaca su valor cultural y la necesidad de su preservación.
A nivel nacional, Colombia ha avanzado en la protección del PCI a través de leyes y programas específicos, como los Planes Especiales de Salvaguardia (PES), respaldados por la ley 1185 de 2008. No obstante, se han identificado deficiencias, como la falta de una legislación específica que aborde las particularidades del PCI y la dispersión normativa, que dificultan su aplicación efectiva. La ausencia de mecanismos claros para la protección de los derechos de propiedad intelectual de las expresiones culturales tradicionales (ECT) y la necesidad de una mayor participación comunitaria en la gestión del PCI son otros aspectos críticos que deben considerarse.
Es necesaria la implementación de un sistema sui generis de protección de propiedad intelectual adaptado a las características específicas de eventos como el Carnaval de Barranquilla. Este sistema debe reconocer la autoría colectiva de las manifestaciones culturales y proporcionar mecanismos de protección que sean flexibles y adecuados a la naturaleza cambiante del PCI. Además, es necesario fortalecer el rol de los gestores culturales y proporcionarles herramientas para la protección y promoción de estas expresiones. La capacitación en temas de propiedad intelectual y la creación de estrategias que fomenten la innovación y la creatividad en el marco del Carnaval son elementos clave para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Adicionalmente, es recomendable una mayor colaboración entre el sector público y privado para el desarrollo de políticas que apoyen la preservación del PCI, que promuevan una gestión integrada que involucre a las comunidades locales. De esta manera se puede asegurar que el Carnaval siga siendo una expresión cultural viva y relevante, mientras se aprovechan sus oportunidades económicas dentro de las industrias creativas.
Se puede concluir que el Carnaval de Barranquilla, como patrimonio cultural inmaterial, desempeña un papel crucial en el desarrollo de las industrias creativas. No obstante, los marcos normativos actuales presentan limitaciones para proteger adecuadamente estas expresiones culturales, especialmente en lo que respecta a la autoría colectiva y la propiedad intelectual. La protección del PCI requiere un enfoque integral que combine legislación específica, capacitación de los actores involucrados y el fortalecimiento de los mecanismos de salvaguardia existentes. El reconocimiento del Carnaval de Barranquilla como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ha destacado su importancia; pero también ha evidenciado la necesidad de políticas efectivas para garantizar su preservación y promoción.
Si bien existen oportunidades para desarrollar estrategias que impulsen el desarrollo de habilidades empresariales y el acceso a recursos para los hacedores del Carnaval, es necesario adoptar un sistema sui generis de propiedad intelectual que proteja adecuadamente las manifestaciones culturales colectivas y reconozca la importancia de la autoría comunitaria y su contribución al patrimonio cultural.
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