null ¿Cómo es ser un voluntario en Felinorte?

 

 

Cuando me preguntan cómo es ser un voluntario en Felinorte, lo primero que viene a mi mente es mi inducción. Lo recuerdo especialmente porque en un momento del evento, uno de los gatos (ahora sé que se llama Dama) se puso en el lugar donde estaba la oradora. En mi vida había visto tantas personas distraerse por un animal, me da un poco de risa recordarlo especialmente porque me di cuenta de que no era algo excepcional, cosas similares pasaron muchas veces después de esa ocasión. 

Los voluntarios de Felinorte aman a los gatos. Creo que ese es el motivo por el que los encargados de nutrición disfrutan tanto alimentar a los gatos (a pesar del olor a concentrado y sudor que queda después de hacer una ronda), o porqué los encargados de salud dedican tanta energía a que los gatos estén sanos, o porqué los financieros o los de marketing están dispuestos a aprender desde cero contenidos complejos para asegurarse de que los gatos tengan una buena vida, también explica por qué duele tanto cuando recibimos la triste noticia de que un gatito muere, o por qué sentimos esa nostalgia feliz cuando uno de ellos es adoptado.

Ser un voluntario de Felinorte es parecido a compartir una mascota con otras 50 personas, 50 personas que aman esa mascota tanto como tú y que además quieren que ella tenga una buena vida. Aunque claro, no es solo una mascota, son más de 100 gatos por los que tenemos que velar y que hacen que todo lo que aprendemos y trabajamos en Felinorte valga la pena.

Estar en Felinorte, también significa aprender: sobre cómo cuidar a los animales correctamente, sobre cómo usar herramientas contables simples, manejo de marca o de diseños, por ejemplo - una campaña de fundraising. Este tipo de aprendizajes hacen parte de la experiencia de un voluntario. 

En conclusión, ser un voluntario en Felinorte es, en tan solo dos palabras, ser feliz. Somos felices porque cuidamos lo que amamos, porque aprendemos y tenemos la oportunidad de rodearnos de personas que sienten lo mismo que nosotros y que están dispuestos a convertirse en una familia amante de los gatos. 

 

Escrito por María Andrea Añez