null Mascotas como apoyo emocional

 
 

En los tiempos que corren, con la pandemia causada por el virus Covid-19, nos hemos dado cuenta de la importancia de cuidar de nuestra salud mental, debido a que una buena salud mental nos permite afrontar las situaciones que ocurren en nuestro día a día, tomar mejores decisiones, y poder hacer frente al estrés que estamos expuestos de manera constante, entre otras ventajas.

Es por esto que invitamos a un buen cuidado de nuestro bienestar emocional, y no hay mejor manera de llevar este cuidado que contando con una compañía incondicional, la cual podemos encontrar en amigos, familiares e incluso en nuestras queridas mascotas.

Estas últimas han demostrado ser un pilar importante en nuestras vidas, sobre todo cuando atravesamos momentos difíciles. Incluso son capaces de percibir las alteraciones que se presenten en nosotros, ya sea a nivel físico como por ejemplo una enfermedad, o a nivel emocional como cuando nos sentimos tristes; y sabiendo eso, deciden estar ahí para acompañarnos, brindarnos tranquilidad e iluminar nuestros días con su presencia.

Inspirados por este hecho, decidimos ponernos en contacto con 10 de nuestros voluntarios para que nos contaran alguna experiencia que hayan vivido con su mascota, y cómo esta los ayudó en momentos de dificultad.

Nuestro primer testimonio viene de la mano de Nati, quien nos comenta que tiene un perrito llamado Odie. Le preguntamos cuál fue ese momento donde Odie más le ha ayudado a superar un momento difícil, a lo cual ella nos responde: Siempre que lloraba desconsoladamente, siempre se acercaba a mi y me lamía la cara. Eso me hacía reír.

Sin dudas, una linda respuesta que nos sacó una sonrisa al escucharla, a veces solo necesitamos un par de lametones de nuestro querido compañero para ser felices.

Nuestra siguiente entrevistada fue Yai, quien muy amablemente nos cuenta sobre su gatita llamada Panquecita, y cómo ella la ha ayudado durante los peores días: Siempre que me siento estresada o triste, viene hacia mí a darme cariños, se acuesta en mis piernas y se acurruca allí. Me hace sentir acompañada y mis tristezas desaparecen cuando Panqui me acompaña.

Otro bonito relato que nos llevamos y donde vemos que los gatos no son tan desinteresados como pueden llegar a parecer.

Luego de un rato nos acompañó Natalia para hablarnos sobre su perrita Minie, y como esta le ayudaba a llevar mejor sus días durante una etapa difícil de su vida. Hubo un momento de mi vida en que estaba pasando un episodio de depresión muy duro, en el cual no tenía la motivación para hacer nada. La única razón por la que me levantaba era para atenderla a ella. Y cuando me sentía muy bajoneada me ponía a jugar con ella y ya la vida era más bonita . Nos quedamos con las últimas palabras de Natalia y estamos totalmente de acuerdo en que las mascotas nos hacen la vida más bonita.

Como cuarta entrevistada tuvimos a Elizabeth, madre gatuna y perruna de una gata llamada Tamara y una perra llamada Nucita. Le pedimos que nos contara una experiencia que haya vivido con cada una, a lo cual Elizabeth amablemente accedió y nos contó primero una anécdota con su gatita Tamara: Estaba triste por una situación personal, y me fui a llorar al patio de mi casa cuando ella llega con tres bebés gatitos (estaba embarazada) y justo dio a luz ese día. Me hizo sentir la persona más feliz y se me pasó esa tristeza. Ya los bebés están creciendo, y ella ha sido una gran mamá.. Muy inteligente Tamara que supo encontrar el mejor momento para darle esa noticia tan buena a su dueña para alegrarle el día por completo.

Después nos contó sobre una experiencia con su perrita Nucita, la cual nos dejó muy contentos con su nobleza. Una vez estaba en mi cuarto triste, y ella entró y simplemente empezó a lamerme y abrazarme. Mientras que yo lloraba ella estaba ahí haciéndome una compañía que me trajo mucha paz, nunca lo olvidaré.

Al terminar, llegó otra de nuestras voluntarias llamada Lia, quién nos platicó sobre su perrita de nombre Venus, y las experiencias que ha tenido con ella en momentos de enfermedad. Pues, algo que siempre me llena el corazón de amor es cuando me enfermo o intoxico (o sea casi siempre) y ella siempre se queda ahí al lado mío, lamiendome la cara o simplemente hecha bolita en mis piernas. Hubo una vez que me intoxiqué muy mal y el taxi no llegaba, y se la pasó hecha bolita o iba a donde mi mamá como diciendo Lia está muy mal, ayuda a Lia y se devolvía cuando escuchaba que estaba vomitando. Realmente es un amor.

Similar a la anécdota que nos contó Lia, Karoll, otra voluntaria del grupo, nos estuvo comentando cómo su perro llamado Honey hace de labor de cuidador cuando algún miembro de la familia está enfermo. Esto suele pasar mucho en casa. Cuando alguno de nosotros está enfermo o se siente mal, ella se recuesta a nuestro lado durante todo nuestro malestar y nos hace compañía. Es bastante reconfortante el cómo logra empatizar y saber que algo no está bien. Indudablemente nuestras mascotas en ocasiones son las que más se preocupan por nosotros y más pendientes están en momentos complicados.

Casi finalizando nuestras entrevistas, recibimos a Jonathan, quién muy entusiasmado nos habla de su gato Dante, el cual adoptó en Felinorte luego de haber estado con él un tiempo de hogar temporal, mencionando que él y su familia se encariñaron mucho con el gato durante ese tiempo y de ahí la decisión de adoptarlo. Dante me ha ayudado a sobrellevar varias situaciones difíciles, pero la que más recuerdo fue cuando uno de mis antiguos gatos llamado Manchas falleció por causa de enfermedad, esto fue un impacto duro para mi y la estaba pasando bastante mal, tirado en la cama la mayor parte del tiempo, no obstante Dante siempre estuvo ahí para mí acostado a mi lado ronroneando con el fin de hacerme sentir mejor y vaya que lo consiguió, su presencia hizo que el dolor se apaciguara más rápido y pudiera retomar mis actividades habituales.. Una pequeña historia que nos conmovió, y que nos recuerda que teniendo mascotas nunca estaremos solos en los momentos de duelo.

Llegó el turno de nuestro siguiente entrevistado, Julián, padre gatuno de una gatita llamada Pika-chan, a quién considera como su fiel compañera debido a que esta lo ha acompañado durante ya varios años y ha sido un apoyo importante durante ese tiempo. Julián nos contó una historia que nos dejó impresionados: Sufro de ansiedad generalizada y trastorno de ataque de pánico, desde hace muchos años ella me ha acompañado en esto de la salud mental y los picos de mis crisis, pero me gustaría hacer énfasis en esta. Mi pareja y yo ya vivimos juntos, pero ese día durmió fuera de casa por acompañar a sus abuelos, yo tengo un pánico horrible a estar solo y no paraba de llorar cuando llegaba la noche, iba a morir, alguien me iba a matar, me iba a dar un ataque al corazón, me estaba volviendo loco y allí estaba en llamada con un amigo que era psicólogo y aun así nada me calmaba, más de una hora demoró esa llamada. Luego solo quedé en silencio y mi amigo trataba de hablarme a lo cual le respondo Lo siento, es que mi gata llegó a pedirme cariño. A mi gata no le gusta que le toquen las patitas, pero me dejo hacerlo ese día y se quedó allí y sobre mi pecho y logrando calmar mi episodio de crisis de más de 2 horas. Yo la amo, lleva 10 años conmigo y espero otros 10 años más. No cabe duda de que Pika-chan es toda una heroína sin capa, quien con solo acompañar a Julián, ayudó a calmar la tormenta interna que estaba atravesando.

Ya casi acabando, llegó nuestra penúltima entrevistada, Nicole, quién cambió un poco el ambiente de perros y gatos para hablarnos de su antigua tortuga mascota de nombre Tuti. Cada vez que yo llegaba del colegio caminando con mi hermano, casi siempre veía a mi tortuga caminando por el jardín del edificio (ya estaba grande) y cuando nos veía, ella se nos acercaba corriendo (al estilo tortuga). Nos quedamos un rato jugando con ella y cada vez que nos íbamos al apartamento, ella nos seguía. Cada vez que yo la veía, me olvidaba de todo lo malo y me quedaba con lo bueno. Me relajaba mucho y me ponía muy feliz. Tuti y yo crecimos juntos y nos volvimos mejores amigos junto con mi hermano. Ahora no está con nosotros, está en el zoo con otros amigos y espero ir a visitarla algún día. Le deseamos que ese reencuentro se pueda dar pronto, estamos seguros de que tanto Nicole como Tuti estarán felices con ello.

Para finalizar, la última voluntaria entrevistada del día fue Sofía, quién nos trajo una bonita historia de apoyo y fidelidad demostrada por su perrita Duquesa. Duquesa es una perrita muy dulce, es común que me consuele cuando me siento mal. La ocasión que más recuerdo de ella cuidando de mí fue el día en que entregaron el resultado de la selección de las becas de la universidad. Lastimosamente, no me eligieron y eso me puso muy triste. Recuerdo que me encerré en mi cuarto a llorar y que ella se subió en mi cama y se acostó a mi lado. Puso su cabecita en mi muslo y me miró, su mirada se veía muy angustiada, parecía que iba a llorar también. Mientras yo lloraba, se quedó ahí, quieta, esperando a que me calmara. Al final, me quedé dormida y mis papás me contaron que ella se quedó junto a mí toda esa noche, cuidándome. Realmente fue un muy bonito cierre, demostrando que pase lo que pase, nuestras mascotas siempre estarán ahí para nosotros en todo momento.

Si les gustó esta sección, ¡les tenemos una sorpresa! Próximamente tendrá una segunda parte con nuevos testimonios y anécdotas de mascotas que están por contar, ¡así que no olvides estar muy al pendiente de nuestro blog! También te invitamos a hacer llegar estas historias a tus amigos, familiares y conocidos, y si alguno tiene una historia que contar estaremos para escucharla.

Escrito por Jonathan Caballero