Analizan el avance del mar y la fragilidad costera en el Caribe ante el cambio climático
Organizado por la Maestría en Ciencias de la Tierra, tres docentes investigadores analizaron en un seminario los efectos físicos y químicos del cambio climático en los ecosistemas marinos del Caribe.
Jun 16, 2025
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Analizan el avance del mar y la fragilidad costera en el Caribe ante el cambio climático
Organizado por la Maestría en Ciencias de la Tierra, tres docentes investigadores analizaron en un seminario los efectos físicos y químicos del cambio climático en los ecosistemas marinos del Caribe.

Por: José Luis Rodríguez R.
16 jun 2025
Con el objetivo analizar, desde una perspectiva científica, los cambios físicos y químicos que el océano está experimentando como consecuencia del aumento de gases de efecto invernadero, la Maestría en Ciencias de la Tierra de la Universidad del Norte organizó el 7 de junio un seminario sobre uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo: el impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos.
Con la participación de tres docentes expertos de Uninorte, el evento convocó en el salón Alejandro Obregón (13G2) a investigadores, estudiantes y público general, tanto de manera presencial como virtual, para reflexionar sobre el tema y reafirmó el compromiso institucional con la investigación científica relevante para la región.
El primero en tomar la palabra fue el profesor Rafael Ricardo Torres Parra, oceanógrafo, doctor en Ciencias del Océano y de la Tierra por la Universidad de Southampton (Reino Unido), y actual coordinador del Doctorado en Ciencias del Mar Caribe en Uninorte. Su conferencia presentó un análisis detallado de los modelos climáticos internacionales y su aplicación a los contextos oceánicos de Colombia. A través de gráficos del IPCC y proyecciones del CMIP, Torres mostró la correlación entre el aumento de las emisiones de CO₂ y la elevación sostenida de la temperatura global.
“La única forma de entender el clima es comprendiendo lo que pasa en el océano”, puntualizó el investigador, al explicar por qué el llamado “planeta Tierra” debería en realidad llamarse “planeta Océano”, dada la cobertura del 70 % de la superficie terrestre por masas de agua. Según el experto, un incremento de tan solo 2 °C en la temperatura superficial del mar —equivalente a la diferencia entre las épocas seca y húmeda del Caribe— tiene un impacto considerable en los patrones climáticos, modificando precipitaciones, vientos, caudales fluviales y salinidad oceánica.
Utilizando registros de 30 años (1993-2022), mostró una tendencia clara: en todo el Mar Caribe la temperatura ha aumentado, en algunos puntos con una proyección de hasta 2 °C por siglo. El aumento no es homogéneo, pero sí inequívoco: en lugares como el mar de los Caimanes o el Golfo del Darién el calentamiento es más acelerado. En paralelo, Torres explicó cómo la salinidad también ha cambiado, especialmente en zonas influenciadas por grandes ríos como el Amazonas, Orinoco, Magdalena, Atrato y Sinú, lo que refuerza la conexión entre el ciclo hidrológico continental y los cambios oceánicos.
El investigador mostró también cómo estos datos alimentan modelos numéricos como los del CMIP5 y CMIP6 para proyectar escenarios futuros. Para 2100, si no se logran reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, se esperan aumentos de temperatura de hasta 3 °C en el Mar Caribe. “Esto no solo modifica la temperatura, sino que amplía la temporada de huracanes. Para el 2050 podríamos tener condiciones favorables para huracanes durante todo el año, no solo entre junio y noviembre”, explicó, señalando que el aumento de la temperatura superficial del mar es uno de los combustibles esenciales para estos fenómenos extremos.
Tormentas más intensas, costas más frágiles
El segundo turno en el conversatorio fue para el profesor Luis Jesús Otero Díaz, oceanógrafo y coordinador del grupo de investigación en geociencias GO4, quien enfocó su intervención en los efectos físicos del cambio climático sobre las zonas costeras, con especial énfasis en amenazas como la erosión, la inundación y los eventos extremos marinos. “Ya tenemos esa visión global que nos compartió el profesor Ricardo. Ahora vamos a aterrizarla en nuestras costas. ¿A qué nos estamos enfrentando realmente?”, planteó al iniciar su exposición.
Otero invitó a los asistentes a diferenciar conceptos clave como amenaza, exposición y vulnerabilidad. “No es lo mismo un edificio construido con normas sismoresistentes que un palafito. Ambos están expuestos, pero su vulnerabilidad es diferente”, explicó, destacando cómo factores como el incremento del nivel del mar, el oleaje y la marea meteorológica inciden directamente en el deterioro de nuestras costas. Según Otero, estos fenómenos naturales no pueden ser evitados ni modificados, pero sí deben ser comprendidos para diseñar medidas de adaptación efectivas.
A través de estudios regionales y casos reales en el Caribe colombiano, el investigador mostró cómo la interacción entre mar y atmósfera ha intensificado los impactos sobre ecosistemas costeros como manglares, marismas y deltas, así como sobre la infraestructura turística y residencial. “Las playas no son solo para el turismo, son nuestra primera línea de defensa natural frente a estas amenazas”, advirtió. En este contexto, hizo un llamado a involucrar a todas las disciplinas y comunidades en el conocimiento y cuidado del territorio marino, que representa el 50 % del territorio colombiano. “No podemos amar lo que no conocemos”, señaló.
Cambio climático y costas en Colombia
El profesor Juan Camilo Restrepo López cerró el seminario con una ponencia que propuso una mirada directa y crítica sobre el modo en que el país enfrenta —o deja de enfrentar— las amenazas ambientales que se intensifican con el calentamiento global.
El académico comenzó su intervención con una imagen provocadora: la del boxeador Mike Tyson. Lo usó como metáfora del cambio climático: un rival imponente, cuya presencia era previsible, pero frente al cual muchos países —incluido Colombia— han subestimado el impacto. “Nos íbamos a enfrentar a este señor y no nos preparamos”, advirtió, refiriéndose a décadas de advertencias científicas ignoradas. “Los políticos han sabido usar el cambio climático como excusa”, afirmó.
Ejemplificó con la inundación del sur del Atlántico en 2010 y el racionamiento en Bogotá: eventos presentados como inevitables cuando, en realidad, se venían anunciando hace años.
El profesor cuestionó también la estrategia nacional de enfocar la acción climática en la reducción de emisiones, pese a que Colombia representa una fracción ínfima de las emisiones globales. “¿Por qué concentramos esfuerzos en mitigar, cuando los grandes emisores —como Rusia, China, Estados Unidos o India— no están haciendo lo propio?”, preguntó, tras mostrar un gráfico del Climate Action Tracker que evidencia el incumplimiento generalizado de los compromisos del Acuerdo de París. “No estamos en el mismo barco”, sentenció. “Algunos países tienen interés geopolítico en que el Ártico se derrita. Otros, como India, han dicho abiertamente que priorizarán su desarrollo económico sobre las metas climáticas”.
Restrepo también destacó el costo creciente de los desastres naturales, tomando como ejemplo las pérdidas económicas en Estados Unidos entre 1980 y 2020. “Los eventos extremos no solo aumentan en magnitud, sino también en frecuencia, y eso afecta directamente nuestro estilo de vida”, insistió. Ante este panorama, criticó soluciones ingenieriles superficiales como construir más espolones o alargar tajamares sin considerar transformaciones de fondo. “Esa figura del espolón absurdo no es montaje. Es real. Y refleja lo que pasa: creemos que podemos contener el mar con concreto”.
Ver seminario completo aquí.