Acnur advierte brote de xenofobia en la región por crisis migratoria

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Víctor Bautista, director para el Desarrollo y la Integración Fronteriza, en el salón 12G2.

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31 may 2018

Hace dos años y medio Thailer Fiorillo Suárez conoció la frustración de no poder regresar a su tierra, Venezuela, por la crisis económica e institucional que generó el cierre de la frontera. Lo que tendría que haber sido unas semanas de vacaciones en Colombia se convirtieron en seis meses de incertidumbre junto a su esposa y sus dos hijos. El tiempo le dio la razón a sus miedos, el caraqueño se radicó en Barranquilla y decidió empezar de nuevo. Esta vez con obstáculos que nunca había padecido, como la xenofobia.

“Este problema se ha acrecentado en los dos últimos semestres. Cuando llegué nos brindaron la mano porque la gente colombiana es muy receptiva. Tenemos lazos históricos de hermandad, pero ahora último, con el aumento de la crisis, se ha acrecentado”, indicó Fiorillo en el Salón 12G2, donde se realizó este 30 de mayo el foro Caribe ¿libre de xenofobia’ - Retos y oportunidades de la llegada de población venezolana al Caribe colombiano.

El evento, organizado por la Asociación Venezolanos en Barranquilla, la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur; y la división de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales, en alianza con la organización De pana que sí y Venezolanos Unidos en Barranquilla, convocó a diferentes expertos y protagonistas de la crisis migratoria venezolana para abordar el contexto de la migración en el país y la xenofobia y solidaridad en el Caribe.

Victor Bautista, director para el Desarrollo y la Integración Fronteriza del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, explicó que es necesario comprender el desarrollo económico de Venezuela y Colombia, y que hay un “gran déficit de análisis histórico” en espacios en los que se trata la migración venezolana.

“Es un riesgo no dimensionar esto en un aspecto sociológico. No podemos hablar de una problemática y cosa insoluble. Debemos mirarla (la crisis migratoria) como una realidad. ¿Cómo hacemos para que los flujos migratorios sean una ventaja y no lo contrario?, pues como lo han hecho tantos países en el mundo: hay que cambiarle el chip, el adn al colombiano con respecto a los procesos migratorios”, afirmó.

Thailer, abogado de profesión, pero cocinero, conductor y comerciante por necesidad, recordó el más reciente caso de xenofobia que vivió. Fue durante las pasadas elecciones presidenciales, a las que acudió como observador internacional de la jornada, en un punto al norte de la ciudad.

“Fui con otra colega venezolana. Vimos unas irregularidades en el puesto de votación y resulta que por sentir el acento de ella hubo un hostigamiento, tanto así que el centro de votación se detuvo, alegando una persona que mi colega venía a interrumpir los comicios. Fue un momento muy incómodo”, evocó el litigante de 39 años.

Rocío Castañeda, oficial de Información Pública de Acnur, señaló que, en términos de xenofobia, la región Caribe es uno de los territorios donde hoy más reportes les llegan por discriminación y rechazo, sobre todo a través de redes sociales. Le preocupa que la “estigmatización” hacia las mujeres venezolanas ha aumentado, pues en muchas oportunidades son señaladas de llegar a Colombia "solamente para prostituirse". Para ella, además de los retos de empleo, salud y educación, hay derechos y necesidades que esta población tiene y “no podemos voltear la cara”. 

"Hay normativas internacionales que protegen a estas personas. Cuando yo veo que mi vida está amenazada en donde vivo, yo como ser humano tengo derecho a decir me voy a otro país para que me proteja porque es un derecho humano", manifestó.

Juan Carlos Viloria, quien lidera la Asociación Venezolanos en Barranquilla, advirtió que “el primer obstáculo que enfrentan los venezolanos, y que se refleja en el rechazo de algunas personas, es la situación de ilegalidad”.

Para Thailer, el mensaje es claro. "Así como los hermanos colombianos han sufrido esa xenofobia en varias partes del mundo, nosotros también somos víctimas. Hay que pasar la página. Simplemente somos hermanos que debemos darnos la mano”, invitó.

Por José Luis Rodríguez R.

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