Al rescate de la obra arquitectónica de Manuel Carrerá

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La exposición será exhibida durante el mes de abril en el corredor que comunica los centros comerciales Buenavista I y II.

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15 abr 2016

Entre los principales valores de Barranquilla como ciudad está su patrimonio arquitectónico, que simboliza la visión vanguardista de la ciudad que dio entrada al progreso en Colombia.

Como joyas esparcidas a lo largo de las calles de la Arenosa, se encuentra el legado de uno de los padres de la arquitectura moderna en Colombia y América Latina: el cubano Manuel Carrerá, quien desde 1934 vivió gran parte de su vida en la capital del Atlántico, desarrollando casi la totalidad de su obra y en donde dejó la estampa de su estilo art déco.

El martes 12 de abril se inauguró en el centro comercial Buenavista, una exposición fotográfica titulada ‘Ruta Carrerá’, realizada con la colaboración de la Universidad del Norte, que recoge 10 de sus principales joyas urbanísticas en suelo barranquillero, y en otras ciudades como Santa Marta, Cartagena y Ciénaga.

La muestra reseña hitos en la arquitectura colombiana, como el edificio García, primer complejo de apartamentos construido en Barranquilla, que catapultó al cubano a la fama; la sede de la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos (SCADTA); el desaparecido Jardín Águila que solía estar entre las Carreras 45 y 46, el Teatro Murillo, el edificio de la Gobernación del Magdalena (antiguo Hotel Tayrona) y el Hotel Caribe en Cartagena.  

La exposición ‘Ruta Carrerá’, que será exhibida a lo largo del mes de abril en el corredor que comunica los centros comerciales Buenavista I y II, cuenta con el trabajo fotográfico de la barranquillera Vivian Saad, y hace parte de un gran proyecto del mismo nombre llevado a cabo por el periódico El Heraldo.

Proyecto Carrerá

Con Ruta Carrerá, El Heraldo busca recobrar el papel protagónico y el sentido de apropiación ciudadano de esas joyas art déco que aunque no han perdido su brillo, la dinámica de la cotidianidad las ha relegado en el paisaje urbano. 

“Este proyecto confiamos que sea un referente no solo de los valores arquitectónicos de Barranquilla, sino de algo más importante: que es un momento para que recuperemos a tantos personajes importantes a los que, si bien sabemos de su existencia, no le hemos prestado la suficiente atención”, explicó el director del periódico, Marco Schwartz.

El actor central del proyecto es el arquitecto barranquillero Carlos Bell Lemus, cuyo quehacer investigativo por años se ha enmarcado en la arquitectura moderna en Barranquilla. A su cargo está la curaduría, análisis y preparación de textos del proyecto, el cual será plasmado en un libro que será lanzado próximamente.

El Heraldo además ha publicado los sábados una serie de ocho crónicas y un especial en su revista Latitud sobre edificios de Carrerá que hicieron parte de la construcción de identidad arquitectónica de la región Caribe.

“Si nosotros conocemos el entorno en el que vivimos, si sabemos las cosas que nos generan identidad, podemos portarnos mejor. Nadie ama lo que conoce”, explicó Bell al referirse al proyecto.

Bell describe a Carrerá como una persona visionaria que estaba pensando en el año 1971, cuando ejercía como decano de Arquitectura en la Universidad del Atlántico, lo que sería Barranquilla hacia el año 2000. “Él estaba soñando, pensando y llamando la atención sobre los problemas urbanos y cómo solucionarlos. No solo era crítico sino propositivo. Es una persona que se montó en la historia del tiempo, en los grandes acontecimientos. 

“Diseñar la sede de Scadta, cuando la Scadta era la segunda aerolínea del mundo, es como si a alguno de nuestros arquitectos jóvenes le dijera que diseñaran la sede de Facebook y Google. Era la tecnología pionera, era la gran ruptura de las comunicaciones, la aviación a principio del siglo XX”, añade Bell.

Carrerá, una línea de estudio

La Universidad del Norte y su escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, participó en algunos apartes del mencionado libro, haciendo un reseña de las obras de Carrerá en Cartagena, Santa Marta y Ciénaga.

Esta parte del proyecto ha sido liderada por la profesora Rossana Llanos, quien junto a los profesores Óscar Ángel, Humberto Severini y Alberto Badillo, y estudiantes de los programas de Arquitectura e Historia, además ha colaborado en la serie de artículos que han sido publicados desde diciembre en la edición sabatina de El Heraldo. 

Además de aportar sus conceptos para artículos referentes a las construcciones de Carrerá en Barranquilla, los académicos de Uninorte escribieron tres notas sobre el Hotel Tayrona (actual gobernación del Magdalena), el teatro Santa Marta y el Hotel Caribe. Estos trabajos contaron con la fotografía de Paola Harris, profesora del programa de Diseño Industrial.

“En este proyecto, lo interesante es que nosotros vinculamos a los profesores de nuestra escuela como a los estudiantes. No lo hicimos de manera aislada. En nuestros proyectos eso es la idea, que el estudiante también participe y tenga una producción intelectual”, explica la profesora Llanos.

Desde la línea de investigación del programa de Arquitectura, ’Historia, conversvación y patrimonio’, Llanos ve de mucha importancia retomar la arquitectura moderna, una de las más representativas de Barranquilla.

“Si ponemos en una balanza la arquitectura de Barranquilla muchos la identifican como la arquitectura de la época de la República, donde Barranquilla fue una de las ciudades pioneras del movimiento moderno y muchos de los máximos exponentes a nivel nacional, como Carrerá se encontraban Barranquilla”, afirma Llanos.

La importancia de Carrerá, según Llanos, radica en cómo tomó diversas corrientes arquitectónicas artísticas y extranjeras modernas, y las moldeó en una arquitectura art déco, para perfilarse por lo que se conoce como déco tropical.

“Los modelos que eran extranjeros se contextualizan aquí, teniendo en cuenta las condiciones climáticas. Son edificios que tienen un sentido y van encaminados al confort térmico, a manejar la incidencia solar, el aprovechamiento de las brisa y tener una sensibilidad no tanto de volumen arquitectónico o tanto en el usuario, sino en las condiciones que genera todo el edificio”, sostiene Llanos.

Añade que la arquitectura moderna es vista como algo sin “trayectoria ni vigencia”, que no se tiene en muchas ocasiones con un icono tan importante como en realidad lo fue. “Ahí se reflejó la verdadera modernidad, el paso a una independencia desde el punto de vista ideológico conceptual, más maduro en el trayecto social que había empezado desde la época de consolidación de la República”.

Por Andrés Martínez Zalamea

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