Arqueólogos por un día

image_gallery74.jpg

Por:

24 ago 2015

En un terreno de aproximadamente 15 hectáreas, donde se construyen las obras de un ambicioso complejo comercial y habitacional de siete bloques, las retroexcavadoras develaron algo significativo para la memoria histórica de la ciudad: restos arqueológicos de los antiguos pobladores de esta zona, que podrían datar de hace más de 3000 años.

Como dictamina la Ley 163 de 1959, ante el hallazgo los trabajos se suspendieron. A Uninorte le fue encomendada la tarea de reconstruir, a través del análisis de los vestigios que fueren encontrados, la cotidianidad de los pueblos del pasado. Y es que en este terreno a un costado de la vía al mar y a escasos metros de la Universidad, se está construyendo la historia de Barranquilla.

Javier Rivera y Juliana Campuzano, profesores del  Departamento de Historia y Ciencias Sociales de Uninorte, aprovecharon esta oportunidad para darles a los estudiantes de la asignatura Caribe Prehispánico una experiencia única en la recolección de restos arqueológicos.

Dispuestos en distintos grupos, más de una treintena de estudiantes se dispusieron a recoger y clasificar los diferentes restos, que van desde artefactos de cerámica y piedra, a evidencias biológicas tales como conchas o restos óseos humanos o animales. El sitio es estratégico y desde su punto más alto se puede apreciar toda la ciudad.

Por su cercanía con el río Magdalena, la ciénaga de Mallorquín y el mar Caribe, es evidente que los antiguos pobladores obtuvieron gran beneficio de los recursos que les proporcionaba el medio ambiente para la pesca y agricultura.

"Lo que estamos haciendo con los estudiantes es el primer paso de la prospección arqueológica, que es un ejercicio de recolección superficial del material que expuso la intervención de las obras. Esto es para verificar y delimitar las zonas con material arqueológico", expuso Rivera.

Tan pronto como el Instituto Colombiano de Antropología e Historia expida la licencia requerida, Beltrán, Campuzano y el equipo de arqueólogos del museo Mapuka podrán iniciar la excavación del lugar, y así encontrar in situ los contextos que ahora están alterados por las obras.

"Así podremos encontrar realmente qué posición y qué tipo de relación tienen estos objetos. Eso entraremos a verlo posteriormente en el laboratorio, a ver qué tipo de vínculos tienen con los grupos que habitaron la región en diferentes momentos. Si fueron los de tradición Malambo, que tienen más o menos 3000 años o los de tradición Malibú que fueron los pueblos con los que los españoles tuvieron contacto", manifestó Rivera.

Este trabajo de clasificación y análisis de los materiales en laboratorio permitirá identificar con precisión a qué grupo están asociados los hallazgos. Por ejemplo, "los análisis de cerámica, nos permitirán ver las formas, las cuales están asociadas con las actividades propias de cada grupo. Si utilizaban ollas para cocinar alimentos, o para servirlos, o si utilizaban ollas para enterrar a los muertos", explicó el profesor.

Los estudiantes recogieron gran cantidad de material y realizaron el proceso como si se tratara de lo obtenido en una excavación oficial, analizaron el material para separar aquello que no posee suficiente información.

"Esto es un pedazo de cerámica con punticos", describió Campuzano, fue uno de los restos que encontró un alumno, comparándola con una de las piezas en exhibición en el museo Mapuka. "¿Por qué tiene información? Porque es algo que podemos ver y nos lleva a hacer una comparación. Podemos ver que es de la cultura de Malambo y tiene entre 3000 y 1800 años. Estamos hablando de que este es el material que se ha encontrado en Malambo, Baranoa, Tubará, que hace parte de unos grupos pescadores, recolectores, que habitaron todo el Atlántico".

Para Campuzano, a pesar de que sus alumnos estudian ingeniería, administración o psicología, y no antropología o arqueología, es necesario generar en ellos "una proximidad con este patrimonio arqueológico y formarlos en estas situaciones".

"¿Qué pasa cuando yo hago una obra y encuentro algo? ¿Qué debo hacer, qué sucede y por qué es importante valorar eso? Lo único que podemos hacer nosotros es que los estudiantes le encuentren sentido a esto, no producir biólogos o arqueólogos, sino despertar la sensibilidad en los estudiantes sobre estos temas", concluyó.

Por Andrés Martínez Zalamea

Más noticias