Así son las ‘perlas negras’ que contribuirán a un mundo con menos emisiones de carbono

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Ángela Posada Swafford, escritora y periodista de ciencia.

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07 nov 2018

Un mundo con menos emisiones de carbono y más energías ‘limpias' requiere hoy, de acuerdo con especialistas, de una nueva minería que se sumerge en las profundidades del océano: cobalto, níquel y cobre serán los elementos más demandados en los próximos años. La reconocida periodista científica Ángela Posada Swafford dio a conocer el 6 de nvoviembre detalles sobre las ‘perlas negras’ que suplirán la demanda de esos elementos, en el marco de la Cátedra Offshore ‘Minería en aguas profundas’.

La minería subacuática es una actividad que aunque ha sido proyectada desde hace varias décadas, solo hasta ahora ha logrado grandes avances gracias a la innovación tecnológica. “Para el ser humano ha sido más fácil explorar la luna que las profundidades del océano”, puntualizó Ángela sobre las dificultades de la minería en el fondo del mar.

La importancia de este tipo de minería es obtener recursos que ya se encuentran limitados en la superficie terrestre. “Hoy todos hablan de autos eléctricos y energías limpias, pero muchos desconocen los elementos que se necesitan para su construcción”, mencionó. Y es que un auto eléctrico, una batería de celular o una turbina eólica necesita elementos como cobalto, níquel y cobre. Según cifras entregadas por la periodista, sobre la tierra quedan solamente 76 millones de toneladas de níquel y el paso a las energías limpias requerirá muchísimas toneladas de este elemento.

Hacia el siglo XIX, la expedición Challenger descubrió los Nódulos Polimetálicos. Hoy, varios siglos después a más de 4000 metros de profundidad en el océano, se estudia la forma más efectiva para extraer esos nódulos conocidos como ‘Perlas Negras’. Estos nódulos están conformados por Manganeso, hierro, silicio, aluminio, níquel, cobre y cobalto. Son considerados como el accidente geológico más lento del mundo al crecer un centímetro cada varios millones de años. Tienen el tamaño de una papa aproximadamente, pero lo más importante es que tienen porcentajes importantes de los elementos necesarios para suplir la demanda para la construcción de productos libres de carbono.

Los Nódulos Polimetálicos se encuentran en las profundidades del océano esperando ser recogidos. “De alguna forma, sería una minería más limpia ya que no requiere de excavaciones, explosiones y otras técnicas conocidas de la minería tradicional”, explicó Ángela Posada. Se estima que podrían haber 21 mil millones de toneladas de nódulos polimetálicos, según investigaciones hechas por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), principalmente en una zona conocida como Clarion Clipperton, entre México y Hawaii.

Sin embargo no todo es color de rosa, pues toda actividad minera, tiene sus consecuencias, las cuales enumeró Posada. Primero, su extracción generará una contaminación lumínica en profundidades del mar que han estado a oscuras por millones de años y de las cuales se desconoce sus consecuencias. Segundo, se crearán nubes de sedimentos debido a la extracción y el recorrido de las máquinas en el fondo del mar. Y, por supuesto, el ruido y las vibraciones perturbarían a todas las especies marinas que yacen en esos campos de nódulos.

Sin desconocer esas consecuencias, para la periodista es algo positivo que por primera vez se está estudiando el impacto de una actividad minera desde antes de su inicio. “Los permisos que ha otorgado la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos se han hecho a través de serios estudios y teniendo en cuenta la voz de ingenieros, ambientalistas y otros expertos”, sentenció Posada.

Una de las empresas interesadas en extraer estos nódulos espera iniciar en 2019, a través de un robot denominado ‘Patania II’, un aparato autónomo y resistente a la presión del fondo del océano que permitirá extraer ‘perlas negras’. Estos nuevos procedimientos mineros tienen la posibilidad de ser menos agresivos y más eficientes. Para Ángela, uno de los puntos a reflexionar es que las personas claman por un mundo libre de minería, pero no son capaces de reciclar sus celulares o sueñan con autos eléctricos, desconociendo su composición. Según la periodista, “estamos en el umbral del cambio en la minería”.

Por Omar David Álvarez

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