Botánica, conocimiento y usos de las plantas medicinales del callejón Wiwa

Las profesoras María Cristina Martínez, Maritza Duque, y Celia Trillos y Martha Rodríguez participaron en el evento que se realizó el 13 de febrero.

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Durante la intervención de Maritza Duque, directora de Ecocampus.

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17 feb 2020

Durante el conversatorio Conocimiento tradicional y botánico de las plantas medicinales del Ecocampus, organizado el 13 de febrero en el Laboratorio Vivo: Wiwa, se contestaron preguntas como qué propiedades distintivas tienen las plantas medicinales que allí se encuentran, cómo se propagan y reproducen, o qué uso tienen las semillas, hojas y frutos que de ellas se obtienen. 

Las encargadas de contestar estas interrogantes fueron las profesoras María Cristina Martínez, Maritza Duque, y Celia Trillos, quienes compartieron sus conocimientos con respecto al tema. Lo propio hizo Martha Rodríguez, docente del departamento de Diseño Gráfico, quien ofreció su perspectiva sobre su participación en la creación del aula viva Wiwa, y habló sobre la importancia de piezas de comunicación efectiva para apoyar este tipo de espacios. 

Martínez habló sobre cómo se enfrentan las plantas a los diferentes retos que todos los seres vivos nos enfrentamos como el ataque de un depredador, o la infección de un virus, hongo o bacteria. Señaló que se piensa normalmente que las plantas son inanimadas porque no se mueven, y precisamente esta falta de desplazamiento significa que deben recurrir a tácticas distintas a huir o luchar. 

Por ello, las plantas desarrollan características como texturas ‘desagradables’, como el caso del limoncillo, o los tricomas en las hojas del orégano que son tóxicos para ciertos animales herbívoros. Agregó que estos avances evolutivos no están relacionados con el uso utilitario que le damos los seres humanos en términos, por ejemplo, de propiedades curativas. 

Duque, directora de Ecocampus, hizo una demostración de cómo se realiza la reproducción asexual de una planta de sábila. Así también demostró cómo extraer y hacer trasplantes, y a identificar qué hojas —las más viejas— son las que tienen más componentes activos. 

Trillos se encargó de explicar los diferentes usos de varias de las 12 especies de plantas medicinales que se encuentran sembradas en el callejón Wiwa y diferenció cuáles son los diferentes componentes activos que tienen. Listó los componentes activos que traen beneficios y su función para las plantas como los terpenos, que son los compuestos orgánicos que le dan el olor; o los flavonoides, responsables de los colores vistosos en las hojas y tallos. Ambos compuestos se relacionan por su función antiinflamatoria. 

Esta diversidad de componentes activos tiene como consecuencia que hay diferentes formas de extraer los beneficios que otorgan estas plantas. Por ejemplo, señaló que para hacer una infusión con plantas frescas es necesario primero hervir el agua para posteriormente incluir las plantas, pues con el excesivo calor se pierden principios activos de la sustancia. 

La profesora Rodríguez habló sobre el diseño ambiental, es decir, sobre la información en el espacio y cómo a partir de esta idea participó en la creación del callejón Wiwa. Las infografías fueron las herramientas utilizadas para expresar la información que querían supieran las personas que por allí pasaban en el menor tiempo posible. “El usuario es el que va a leer esa información, entonces investigamos y entendemos quién es para poder traducirle la información, y que realmente la entienda”, manifestó. 

Junto a ella también participaron estudiantes de su asignatura Diseño para la información. Uno de ellos, Junior Correa, quien hizo dos de las ilustraciones, afirmó que sabía poco del tema y se dio cuenta que hay mucha gente en una situación similar, y esto lo motivó a participar activamente en la actividad en clase que se transformó en lo que es hoy Wiwa. 

“Este proyecto hace realidad lo que siempre hemos querido, que el campus sea una gran aula activa para el conocimiento de todos los que habitamos esta universidad. Que los espacios sirvan para mover y revitalizar el conocimiento y qué mejor que un aula de cara a la naturaleza y a la realidad directa de las cosas”, comentó Judith Arteta, decana de Ciencias Básicas. El evento terminó con un compartir de agua de panela orgánica que realiza el ecoemprendedor Santiago Chávez. 

 

Por Leonardo Carvajalino

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