Capacitación, la clave del departamento de Odontología contra el cáncer oral

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La conferencia de Mariana Villarroel se llevó a cabo en el salón 31K.

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02 jul 2019

Según cifras del Instituto Nacional de Cancerología, 3 % de la población colombiana sufre de algún tipo de cáncer de cavidad oral, labios y orofaringe. Especialistas coinciden con la noción de que con la detección temprana disminuye de manera importante el riesgo de muerte. Con el objetivo de formar a profesionales en el reconocimiento y diagnóstico de este tipo de enfermedad, se realizó el 28 de junio en el salón 31K una conferencia con Mariana Villarroel, PhD en patología bucal y maxilofacial e investigadora en temas de cáncer bucal. Es la primera invitada en el ciclo de conferencias que se organizan desde el departamento de Odontología en torno a esta delicada temática. 

“La comunidad odontológica está interesada en aprender todo lo relacionado con esta enfermedad, en responsabilizarse socialmente y disminuir los índices de mortalidad con diagnósticos oportunos”, manifestó la estomatóloga Sandra Espitia Nieto, docente de Uninorte y una de las organizadoras del evento. El ciclo de conferencias hace parte de la iniciativa ‘Sácale la lengua al cáncer bucal’, una campaña latinoamericana que busca concientizar a profesionales de la salud y a la comunidad en general sobre las lesiones potencialmente malignas, cuáles son las causas de la enfermedad y otros padecimientos relacionados. 

Por ejemplo, una de las temáticas que trató Villarroel fue el virus del papiloma humano (VPH). Una enfermedad que es la causante del 80 % de los carcinomas en el área orofaríngea. Según Villarroel, una lesión puede tardar hasta 10 años en transformarse en un tumor maligno. 

El VPH es una enfermedad muy común y hay más de 200 tipos diferentes que van desde las transmitidas sexualmente, hasta las verrugas vulgares, popularmente conocidos como ‘ojos de pescado’. La conferencista habló del tratamiento necesario para los casos más comunes a los que se enfrentan en la odontología y recomendó especialmente promover la vacuna contra esta enfermedad, que evita el 90 % de los tumores.

Villarroel también se refirió al tabaquismo, en sus diferentes formas, y las problemáticas que, en materia de salud bucal, se derivan de su uso. Citó una investigación que realizó en la Universidad Central de Venezuela, donde es docente, en la que halló que cualquier forma de tabaquismo aumenta el riesgo de cáncer en la cavidad bucal .

“En el Atlántico hay una particularidad, por historia social, desde las lavanderas del río, se inició el hábito de fumar con la candela hacia adentro (invertido). Aún en el siglo XXI tenemos población de fumadores invertidos, y hay una alta correlación con ese tipo de tabaquismo y el cáncer bucal”, agregó Espitia. Otra de las situaciones que está aumentando la incidencia del cáncer bucal con relación al tabaquismo es el fenómeno del vaping

“Está exponiendo a una población, especialmente menores de 20 años, que no le interesaba el cigarrillo a probar y volverse adicta”, aseguró la conferencista sobre esta nueva moda que consiste en cigarrillos electrónicos. Villarroel hizo la distinción de que son una buena alternativa para una persona adicta pero que para una persona que no ha estado expuesta a la nicotina se pueden convertir en la entrada a la puerta de la adicción a esta sustancia. 

Teniendo esto en cuenta, Villarroel afirmó que se debe capacitar a los odontólogos en el tratamiento de cesación tabáquica para las personas que sufren de esta adicción. “No basta con decirles que paren de fumar, debe haber un tratamiento médico para generar un cambio conductual”, agregó. Recomendó apoyarse de profesionales de la salud mental y realizar un acompañamiento al paciente. 

El cáncer bucal tiene una particularidad, comparándolo con las manifestaciones en otras partes del cuerpo, y es que muchas veces mediante la observación se puede determinar lo que son lesiones potencialmente peligrosas y que preceden al cáncer. En ese sentido, uno de los mejores aliados que tienen los pacientes son las visitas periódicas a consultas odontológicas, y un profesional capacitado en lo que está buscando, para detectar temprano y de esta forma, reducir a su mínima expresión el peligro proveniente de la enfermedad.

Por Leonardo Carvajalino

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