Celebración por el mono más costeño de Colombia

image_gallery68.jpg

Por:

18 ago 2015

Entre las ramas del bosque seco tropical colombiano vive un mono peculiar, es tan pequeño como una ardilla, tiene la cola más larga que su cuerpo y una melena blanca en la cabeza como el cabello de Einstein: el tití cabeciblanco se ha convertido en un ícono nacional. Por eso, cada 16 de agosto se celebra el día en conmemoración a él, para recordar la complicada situación que vive esta especie endémica y casi extinta del país.

Este mono exclusivo de la región Caribe colombiana, tan costeño como la arepa de huevo y el sombrero vueltiao, es uno de los 25 primates más amenazados del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Incluso, ha sido incluido en el Plan de Conservación de Primates Mesoamericanos por ser el primate de Latinoamérica con mayor riesgo de extinción. En vida silvestre solo quedan entre 6.000 y 7.000 individuos.

Y es que la degradación del ecosistema que lo alberga ha sido masiva. Actualmente solo queda el 1% del bosque seco tropical original. Actividades como la agricultura, la ganadería, la búsqueda de combustible y el desarrollo urbano y comercial han destruido su casa. Además, la caza indiscriminada para el tráfico ilegal de titís fue otro peligro inminente a comienzos de los años 60 y 70. Se estima que entre 30 y 40 mil monos fueron vendidos a laboratorios estadounidenses y europeos para investigaciones biomédicas.

"Su mayor amenaza es la pérdida de hábitat. El hecho de que podamos salvar el poco bosque que queda, conectarlo y protegerlo legalmente, o sea con el apoyo de nuestro gobierno, significa que la gente pueda seguir haciendo las actividades que le van a generar ingresos, pero que también pueda haber bosque, naturaleza y titíes, que pueda haber biodiversidad en nuestro país", afirmó Rosamira Guillen, directora de la Fundación Proyecto Tití.

La fundación fue creada por la bióloga norteamericana Anne Savage con la intención de promover la conservación de la especie y su hábitat. La entidad privada sin ánimo de lucro, financiada por socios internacionales, desarrolla programas de investigación científica en campo, programas de protección y programas de educación ambiental en las zonas rurales cercanas a donde habitan los titís.

El trabajo con la comunidad busca generar alternativas sostenibles de ingresos, de tal forma que no tengan que explotar los recursos naturales del bosque. Algunos de los productos que los campesinos hacen son eco-mochilas, peluches en forma de tití, postes y briquetas de biomasa para reemplazar el carbón. "Si pudiera decirle algo al tití le daría las gracias por este proyecto que tenemos hoy en día. Anteriormente mi casa era de bareque, hoy ya la estoy construyendo en material", expresó Arinda, artesana.

Titícolecta en Uninorte

La Universidad se unió a la celebración el Día Internacional del Tití Cabeciblanco. El programa Ecocampus del departamento de Química y Biología y el grupo estudiantil Green Generation realizaron, entre el 12 y el 14 de agosto, una Titícolecta, una jornada de donación de útiles escolares que serán entregados a la comunidad del caserío de Los Límites (Luruaco, Atlántico), aledaña al hábitat de los monitos.

Como comentaron los organizadores, apoyar a estas comunidades es apoyar directamente al tití, dado que estas personas son hoy los defensores de la especie y de su hogar. Asimismo, el objetivo de la actividad fue crear conciencia en la comunidad universitaria sobre la importancia de la conservación del tití cabeciblanco en la región. Durante la jornada estuvo un stand de la fundación vendiendo los productos que hacen los campesinos.

Por Adriana Chica G. 

Más noticias