Cinco mujeres analizan los componentes de la identidad carnavalera

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Las cinco docentes de Uninorte reflexionaron acerca de lo que Barranquilla y sus habitantes viven durante su máxima fiesta.

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16 jun 2016

¿En qué tipo de identidad está basado el Carnaval de Barranquilla actualmente? Para dar respuesta a este y otros interrogantes se reunieron Mónica Gontovnik, Ángela Marín, Sara Martínez, Mercedes Ortega y María Carolina Guzmán, durante la más reciente versión del Foro de Voces, la cual llevó por título: “Casos y cosas de nuestra identidad carnavalera”.

En este evento, realizado el pasado miércoles 8 de junio, cada una de las cinco docentes de la universidad, reflexionó acerca de lo que Barranquilla y sus habitantes viven durante su máxima fiesta, y lo analizaron desde aspectos como la música, el cine y la literatura, entre otros.

Tras iniciar con la presentación del documental “El Carnaval del Buen Pastor”, reciente ganador del Premio Ernesto McCausland, que fue creado por estudiantes del programa de Comunicación Social y Periodismo, se dio paso a la ponencia: “Carnaval ¿cosmopolita o parroquiano?”, de la filósofa María Carolina Guzmán. En ella buscó responder a cuál de estos dos conceptos se ajustaba más, tanto a las carnestolendas, como al ejercicio de ciudadanía que los barranquilleros ejercen en ellas.

Seguidamente, la profesora Ángela Marín intervino con “Ni siquiera en Carnaval: el caso de nuestra identidad musical”, en donde manifestó que con el pasar de los años la música tradicional de carnaval, ha sido desplaza para dar paso a otras sonoridades, muchas de ellas foráneas, que muy poco tienen que ver con los ritmos autóctonos como la puya, el chande, las gaitas, el fandango, el porro, la cumbia, el son de negro, entre otras.

Marín dio un ejemplo de esto, con un listado que señalaba que desde el año 2008, las canciones que eran escogidas como las más escuchadas durante los carnavales, eran de otros géneros que no tienen soportes en los ritmos tradicionales.

“Si uno revisa, la música de Carnaval no se escucha ni en Carnaval; tampoco se aprovechan los escenarios para generar una formación alrededor de nuestra identidad carnavalera”, afirmó Marín.

La docente del departamento de Humanidades y Filosofía, Sara Martínez, también participó de este foro con su presentación titulada “En el espejo de la identidad carnavalera: Drácula, cine y la locura del carnaval”.

Martínez explicó las relaciones existentes entre la locura y la identidad, a través del análisis de fragmentos de la película: “El último Carnaval”, de Ernesto McCausland, la cual está basada en la historia verdadera de Benjamín García, un hombre que durante 25 años se vistió de Drácula en carnavales, pero en un punto, el disfraz y personaje empezaron a apoderarse de sus sentidos y su realidad.

Por su parte la profesora Mercedes Ortega, ofreció una reflexión desde la literatura en su ponencia llamada “Lo que oculta la mirada carnavalera: el caso de Marvel Moreno y La Noche Feliz de Madame Yvonne”.

La docente quiso conectar las experiencias de la escritora barranquillera Marvel Moreno, quien a los 20 años fue reina de las carnestolendas de 1959, con ciertas posiciones que se presentan en diferentes momentos de sus obras literarias, más específicamente en su cuento titulado “La noche feliz de madame Yvonne”, y así intentar interpretar la visión que la escritora tenía de estas fiestas.

“Tras el análisis de las circunstancias, se ve que la visión del Carnaval de este cuento no coincide con la que normalmente se vende en los medio de masas, y se revela como un rito purgatorial y conflictivo por su capacidad de revelación”, expresó Ortega, quien añadió que en este escrito, las festividades se convierten en espacio para la reflexión de la identidad barranquillera.

Finalmente se realizó la intervención “Exclusión, paradoja de nuestra identidad: el caso de las Negritas Puloy”, a cargo de la docente y también escritora, Mónica Gontovnik, quien se encuentra actualmente en una investigación acerca de este característico ícono del carnaval.

Gontovnik presentó una sucesión de imágenes, con las que dio cuenta de la importante presencia del disfraz de Negrita Puloy en carnaval, de sus orígenes que hablaban de la situación de la mujer negra en el Caribe, y cómo con el paso de tiempo se ha transformado.

Habló también de la exclusión que sufren actualmente grupos tradicionales, que cada vez cuentan con menos espacios para participar de los desfiles, por lo que terminan retirándose. Un ejemplo de estos son precisamente las Negritas Puloy de Montecristo, por lo que al evento asistió su directora Isabel Muñoz, quien se encargó de crear y darle su característico atuendo de color rojo con puntos blancos a este disfraz, hace 30 años.

Mantener la identidad

Posterior a sus intervenciones se realizó un foro con preguntas abiertas por parte del publicó. Las cinco participantes opinaron acerca del tipo de identidad que se está formando actualmente en el carnaval.

Para Sara Martínez, se debe dejar de “vender la idea de que existe una identidad fija del carnaval”. Consideró también que a raíz los procesos de validación necesarios para que el Carnaval de Barranquilla se declarara patrimonio oral e inmaterial por la Unesco, se tendió a la estandarización de esta fiesta.

Algo similar opinó Mónica Gontovnik, al expresar que a partir de la declaración como patrimonio se comenzó una reglamentación, que si bien organizó el evento, también hizo que disminuyera la participación de ciertas comparsas tradicionales a las que se les dificultaba cumplir los estándares nuevos.

“Antes no se obligaba a bailar una coreografía, ahora sí, y la comparsa tiene que concursar. Las participantes deben tener unos parámetros estéticos, por eso es que están siendo estandarizadas y empiezan a ser excluidas”, declaró Gontovnik refiriéndose a los requisitos que deben tener los grupos de baile que se presentan en los desfiles, con lo que se abrió el debate sobre esta forma de vivir el carnaval.

Ángela Marín, opinó que se están dando dos tipos de carnaval diferentes, uno que se basa más en el espectáculo, y otro que busca aferrarse a la tradición. “La dinámica sigue: el que tiene la voz y no lo dejan oír y el que tiene la voz y tiene el poder; la identidad está, la sentimos, pero está pasando por momentos difíciles”, concluyó.

Por María Margarita Mendoza

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