Claves para la adaptación de edificaciones asertivas con el bioclima de la región

Durante un conversatorio de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, Antonio Olmos, docente de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, enfatizó en la necesaria comprensión de los fenómenos atmosféricos de la región para diseñar edificaciones más asertivas a la realidad territorial, y de los proyectos que en este sentido lidera Uninorte.

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14 jul 2020

En la región Caribe colombiana confluye una gran diversidad de accidentes geográficos que determinan microclimas diametralmente opuestos. Por ejemplo, en el desierto de La Guajira ingresan los vientos alisios que posteriormente colisionan con la Sierra Nevada de Santa Marta y descienden al Valle del Cesar. De acuerdo con Antonio Olmos, docente investigador de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte, comprender estos elementos ayuda a los arquitectos a diseñar edificaciones más asertivas a la realidad geográfica y climática de la región.

“Pero en muchas zonas no estamos haciendo este ejercicio. Por el contrario, estamos importando soluciones de otras latitudes que no tienen nada que ver con nuestra realidad climática y los fenómenos físicos atmosféricos asociados”, advirtió Olmos durante el más reciente conversatorio sobre “el bienestar de la vivienda de hoy”, organizado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos.

A través de una mirada de la vivienda, el confort y el bienestar desde la óptica del ordenamiento territorial y el quehacer arquitectónico, el profesor habló sobre la comprensión del territorio, la adaptación de las viviendas y proyectos de investigación en esta línea, liderados por Uninorte.

Para Olmos, la adaptación se tiene que plantear bajo tres elementos: radiación solar, inercia térmica y ventilación natural, y la clave o ADN de cómo desarrollarlo puede evidenciarse en las viviendas o construcciones vernáculas de la región.

 

“Las viviendas de bareque, que se pueden encontrar en municipios como Valledupar, usan la técnica de construcción en tierra más adaptada al clima de la región Caribe, porque combina tierra y material aislante. El bahareque es una argamasa conformada por tierra mezclada con material vegetal, dispuesta sobre un armazón de cañizos, un armazón aislante a base de celulosa. Este ayuda a regular el exceso calor en el día y de frescor en horas de la madrugada. El techo es inclinado para descomponer la radiación, y no es de teja”, explicó el docente.

El Laboratorio EdiSost, de Uninorte, alberga seis módulos con los que se hacen monitoreos térmicos para analizar el comportamiento de los materiales y tratar de reformular materiales completamente adaptados a la región. Olmos destacó proyectos como Casa Fresca, que mide el comportamiento térmico de la fibra mineral de vidrio para ser utilizada como componente de la envolvente en las viviendas de interés social, y poder generar mayor confort a ese tipo de construcción. El proyecto parte de simulaciones realizadas por la compañía internacional Saint Gobain.

También habló sobre el Proyecto Casa É-Tabla, realizado por el estudiante Omar Barboza, que busca conocer los mecanismos que han hecho posible la larga durabilidad de 105 casas construidas con tablas en el municipio de San Onofre de Torobé, Sucre, subregión de los Montes de María. Este fue llevado al Consejo Municipal de la población y ya se está trabajando para que este conjunto inmobiliario sea declarado monumento regional y patrimonio local del municipio de san Onofre.

Durante la conferencia también participaron otros arquitectos expertos. Hernán Darío Muñoz, gerente de Diseño de la empresa Convel, junto a su hija Ana Catalina Muñoz, psicóloga magíster en Ingeniería, planteó cómo la forma en que se desarrollan los espacios influye en el comportamiento de las personas que lo habitan.

Lucas Arango, arquitecto magíster en Arquitectura y Urbanismo, PhD en Arquitectura y Urbanismo con énfasis en hábitat sustentable, explicó el papel de la salud dentro del discurso de la bioclimática (estrategias arquitectónicas encaminadas a optimizar confort, garantizar la salud de los habitantes y favorecer la eficiencia energética), y  partir del confinamiento qué debería pasar dentro de las viviendas. El arquitecto español David Blanco, magíster en Estructuras para la Edificación, expuso sobre cómo debe ser pensado el confort interior de las edificaciones y la importancia de la luz natural.

Por José Luis Rodríguez R.

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