Colciencias socializó nuevos criterios de clasificación de revistas científicas

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Óscar Gualdrón, director de fomento a la investigación de Colciencias.

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08 jun 2016

Con el objetivo de mejorar el impacto internacional de las publicaciones científicas nacionales, Colciencias ha introducido nuevos criterios de valoración en su modelo de clasificación de revistas científicas Publindex.

El pasado 2 de junio, en instalaciones de Uninorte, el organismo estatal socializó estas nuevas políticas ante vicerrectores de investigación y editores de revistas científicas de las universidades de la región Caribe.

Actualmente existen en Colombia 542 revistas reconocidas por el Índice Bibiliográfico Nacional IBN Publindex, clasificadas en las categorías A1, A2, B y C, pero solo 75 de estas se encuentran en los principales índices bibliográficos citacionales, Journal Citation Report (JCR) y SCImago Journal Rank (SJR). Esto se refleja en el pobre aporte de Colombia al total de la producción científica internacional en publicaciones de alto impacto: 0,2%, solo mayor al de Perú a nivel suramericano. En contraste, países como España alcanzan el 2,7%.

La nueva política buscará aumentar la participación de los investigadores nacionales en revistas científicas indexadas en índices citacionales de alto impacto. Para esto se generarán mecanismos para apoyar a los investigadores en el proceso de sometimiento de sus artículos a dichas revistas y buscará dinamizar e incrementar la participación de investigadores en proyectos de investigación con pares internacionales

De igual forma, Colciencias ha decidido hacer una reinvención a su mecanismo de indexación, que garantice la visibilidad de las revistas colombianas en importantes índices bibliográficos y aumente el impacto de sus publicaciones. Según el subdirector del ente administrativo, Alejandro Olaya, esto busca cambiar la lógica que ha primado desde la implementación de Publindex por primera vez en 1995, que ha estado encaminada hacia la gestión editorial y no a la valoración de impacto.

La meta, de acuerdo con Olaya, es “ir aumentando en un 5% la tasa de las revistas en índices citacionales e incrementar en un 25% anual las revistas en mejores posiciones a nivel internacional”.

“Existe un evidente desbalance en Colombia que repercute en la falta de calidad y visibilidad de las revistas nacionales”, afirma por su parte el director de fomento a la investigación de Colciencias, Óscar Gualdrón. “En España hay alrededor de 1000 revistas científicas, pero hay 120 000 investigadores y entre 600 y 700 alimentan una revista. En Colombia hay muchas revistas, 542, para solo 10 000 investigadores”

Gualdrón señala que entre 2005 y 2014, el número de revistas colombianas se ha cuadruplicado y advierte que es “momento de hacer un pare”. El directivo sugiere la realización de alianzas interinstitucionales para que revistas se unan entre ellas. “Debemos consolidar revistas en áreas de conocimientos y movernos, no en el escenario de la revista de la facultad, o del profesor que sufre para completar los manuscritos, sino de grupos de universidades que le den más visibilidad a un saber.

¿Cómo se clasificarán las revistas?

El procedimiento para la clasificación de revistas consta de tres fases. La primera es el proceso de gestión editorial donde el editor deberá registrar la información de la revista y el formato de inscripción. De igual forma la institución editora deberá cumplir en su totalidad una serie de criterios entre los que se incluyen que la revista tenga un mínimo de dos años de existencia y que sus contenidos producidos en ese período de tiempo se encuentren en la web.

En la fase siguiente Colciencias evaluará las políticas editoriales de la revista científica, así como diversos criterios que promuevan la visibilidad de la revista, como su inclusión bien sea en los índices citacionales JCR y SJR, dos bases bibliográficas con comité científico de selección o un índice bibliográfico, y que los autores y miembros del comité editorial sean en un 50% de filiación externa a la entidad editora.

Para la tercera fase, todas las revistas que hayan superado las anteriores dos fases serán ordenadas en seis grandes áreas del conocimiento. A cada una se le calculará su índice H5, el cual se obtiene ordenando (en orden descendente) las publicaciones por el número de veces que han sido citadas en los últimos 5 años, enumerándolas para identificar el punto en el que el número de orden coincide con el número de citas recibidas por una publicación (este número será el índice H5).

Durante la aplicación de este modelo se fijará un umbral de 2 para el índice H5 y se ordenarán a las universidades en cuartiles dependiendo de cuán altos sean sus índices en sus respectivas áreas del conocimiento.

Las revistas nacionales que estén incluidas en los cuartiles 1 y 2 de los índices citacionales JCR y SJR, se clasificarán en la categoría A1, mientras que aquellas en los cuartiles 3 y 4 de estos mismos índices se clasificarán como A2. Las revistas nacionales que cumplan el criterio definido de tener un H5 ubicado en el cuartiles superior se clasificarán en la categoría B, mientras aquellos en los cuartiles 2 y 3 lo harán en la categoría C.

Reacciones

Las convocatorias para la indexación abrirán en el mes de agosto y en diciembre será publicada la nueva clasificación. Alejandro Olaya, prevé que la cantidad de revistas en el Índice Bibliográfico Nacional se reduzca a aproximadamente 200 revistas.

La posible desaparición de cerca de 340 revistas del IBN es motivo de preocupación para los editores congregados en la socialización en Uninorte, quienes aducen que el cambio en el sistema de indexación no les permitirá prepararse a tiempo para cumplir sus requisitos, y que el nuevo proceso dejará automáticamente por fuera a las revistas más recientes.

“Metafóricamente hablando, el portón se cierra y la exclusión que se genera con la nueva propuesta es evidente”, expresó Marta Silva Pertuz, editora de la revista Visión Psi de la Universidad Metropolitana. “Está bien inspirado el hecho de generar procesos y comunidades científicas por área de conocimiento, pero eso tiene sus aciertos y sus peligros, ya que universidades clasificadas en los cuartiles altos probablemente no querrán generar procesos de compartir financiación con aquellas que no podrán si quiera estar en el proceso de indexación”.

Por Andrés Martínez Zalamea

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