Colombianos y argentinos desarrollarán nueva propuesta de intervención arquitectónica

Este semestre en “Aulas interconectadas”, una modalidad de clase que integra a los programas de Arquitectura de Uninorte y la Universidad de Palermo desde 2019, los estudiantes tendrán que desarrollar propuestas para mejorar la calidad de vida del barrio Ricciardelli en Buenos Aires. El año pasado se hizo con el barrio Barlovento, en Barranquilla.

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Emplazamiento del barrio Ricciardelli en Buenos Aires.

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06 ago 2020

Con el objetivo de dar continuidad a la iniciativa de Aulas Interconectadas del Centro para la Excelencia Docente (CEDU), ratificando las nuevas oportunidades para desarrollar pedagogías a través de la virtualidad, la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de Uninorte y la facultad de Arquitectura de la Universidad de Palermo (UP) realizan en el segundo semestre una propuesta académica de intervención arquitectónica en la comunidad del barrio Ricciardelli o Villa 1-11-14, en Buenos Aires, Argentina.

Para este taller de arquitectura llamado ‘Un hábitat diferente - Reinterpretaciones Arquitectónicas en tiempos de pandemia’, las instituciones se enfocarán en dos temas: equipamientos urbanos para la comunidad (UP) y hábitat y vivienda en arquitectura (Uninorte). La idea surgió a finales de 2019 durante la primera versión de este convenio interinstitucional, en la que los profesores de departamento de Arquitectura, Walberto Badillo y Carlos Bueno, interconectaron sus clases con las del docente Cristián Ferrera, de la UP, para trabajar una propuesta de intervención para el barrio Barlovento (Barranquilla), que comprendió dotación urbana, redefinición del espacio público y vivienda social.

“El reto de esta nueva experiencia es que los estudiantes de Arquitectura de Uninorte no solo se enfrentarán a una cultura y clima diferentes, ajenos al calor caribeño, sino también a un mundo diferente por la pandemia. Pero tendrán un mismo fin: crear espacios y experiencias para mejorar la calidad de vida de las personas, a través de propuestas arquitectónicas pensadas para un futuro diferente”, manifestó el profesor Carlos Bueno.

El programa de Aulas Interconectadas permite a los profesores de Uninorte planear, desarrollar y evaluar durante dos semestres sus asignaturas y actividades, con un profesor de una universidad extranjera. Realizan sesiones virtuales con su homólogo extranjero para planificar y evaluar la propuesta pedagógica en el contexto de la asignatura donde se implementará.

En el caso del convenio entre Uninorte y UP, los estudiantes de ambas instituciones desarrollarán diferentes acercamientos a la comunidad de Ricciardelli, a partir de la arquitectura y el concepto de hábitat. A mediados de abril empezó la planeación macro y durante este semestre implementarán actividades y propuestas que darán como resultado una gran exposición de todos los trabajos realizados y una conferencia, en noviembre.

Para la docente de Arquitectura Catalina Mora Ortiz, que este semestre se une a la iniciativa, los estudiantes y profesores de esta disciplina están llamados a generar servicio público, a “entender lo que pasa en los pueblos para estrechar lazos” y crear estrategias de crecimiento sostenible ante la crisis de salud pública mundial.

“Ricciardelli es un barrio vulnerable, un sector grande. Nuestro objetivo no solo es responder a un programa de vivienda social, sino que nosotros vamos a hacer equipamiento. Lo interesante es investigar cómo es ahora la arquitectura en un programa de vivienda en medio de la pandemia, porque repercute en cómo concebir el diseño de estos programas. Una de las características que seguramente sorprenderá a los chicos de Uninorte es que hay mucha compactación de espacio, todo es muy micro”, afirmó el docente Cristián Ferrara.

Juan David Rada Tous, estudiante de Arquitectura de Uninorte, ve en Aulas Interconectadas una oportunidad para potencializar sus habilidades y compartirlas con la sociedad. Más allá de lo académico, para él se trata de afianzar lazos con otras comunidades porque “la arquitectura también es humana”. Una necesidad que está pidiendo un mundo globalizado.

Candela Jimena, estudiante de Arquitectura de la Universidad de Palermo, quien también participó de la propuesta de Barlovento, destacó la importancia de entender la identidad arquitectónica local o de Latinoamérica para comprender las formas de vivir de las personas y hasta el uso de materiales, por más simple que parezca, pues ayuda a producir mejores proyectos y a acabar con prejuicios e imaginarios sociales erróneos.

“Agradecemos todo el esfuerzo que ambas universidades ponen en esta iniciativa, para que podamos aprender todos, porque juntos vamos a superar los retos. Este intercambio de experiencia es muy enriquecedor”, concluyó Claudia Marcela Palacio, también estudiante de Arquitectura de Uninorte.

Por José Luis Rodríguez R.

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