Con cáscaras de huevo crean un cemento menos dañino para el medio ambiente

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Los creadores del proyecto y profesores asesores de la idea (de izquierda a derecha) Estiven Frías, Francisco Gómez, Viandy Bravo, Carlos Pacheco y Andrés Guzmán.

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26 ene 2018

El reciclaje de residuos agroindustriales representa grandes desafíos a las sociedades actuales, puesto que encontrar la manera de reutilizarlos es cada vez más importante para un desarrollo sostenible. Bajo esta premisa dos estudiantes de noveno semestre de Ingeniería Civil, Estiven Frías y Francisco Gómez, hallaron la manera de crear un cemento más amigable con el ambiente, utilizando cáscaras de huevo.

La investigación, que dio como resultado el reemplazo del 5% de la mezcla de cemento con cáscaras de huevo sin afectar las propiedades de la mezcla, obtuvo un reconocimiento meritorio en el XX Encuentro Nacional y XIV Internacional de Semilleros de Investigación, realizado del 12 al 15 de octubre de 2017 en Barranquilla.

El proyecto nació en una clase de quinto semestre, enfocada en el uso de nuevos materiales de construcción y se concretó el año pasado con la asesoría del semillero de investigación del Instituto para el Desarrollo Sostenible (IDS) de Uninorte. Los estudiantes propusieron el uso de la cáscara de huevo como un residuo viable debido a sus características, aprovechando que en Colombia es uno de los elementos básicos en la canasta familiar, con un consumo cercano a los 290 huevos por persona al año.

“La producción de cemento es contaminante. Contamina la calidad del aire por el dióxido de carbono y por la explotación minera, ya que necesitamos una serie de elementos como el yeso y la piedra caliza que se explotan en minas. Entonces hay que comenzar a conseguir nuevos elementos que se conviertan en la adición del cemento”, señaló Carlos Pacheco, profesor de Ingeniería Ambiental y asesor del proyecto.

Frías recalcó que la idea es crear un cemento que incluya elementos agroindustriales, que por el momento no se están aprovechando. “Es un material orgánico que si no es dispuesto de manera correcta, puede generar problemas de contaminación como enfermedades y malos olores”, destacó el joven, quien es beneficiario de la beca Orgullo Caribe.

Tanto para los estudiantes como para el profesor el proceso investigativo aún no ha terminado. La meta este año es encontrar otro residuo agroindustrial reutilizable que tenga las propiedades necesarias para conseguir una meta del 15% de reemplazo en el cemento sin afectar las propiedades de resistencia del hormigón. Esto significaría un gran porcentaje en disminución de la huella de carbono, además de un abaratamiento de los costos de producción de la mezcla. 

Actualmente solo cinco universidades en el país realizan investigaciones relacionadas a este tema, y en la costa la Universidad del Norte es la única que participa. Es por eso que para Gómez, co-creador de la iniciativa, es necesario resaltar el hecho de que más jóvenes realicen proyectos de este tipo e investiguen temas que pueden aportar a la sociedad.

“La idea es que más estudiantes tengan vocación investigativa, es muy bueno que el IDS haya creado el semestre pasado el semillero de investigación porque permite a los estudiantes de diferentes semestres vincularse con la parte ambiental y crear soluciones”, puntualizó.

Por Edwin Caicedo Ucros

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