Crecimiento de la productividad, el reto de la economía colombiana

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Luis Fernando Mejía, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP)

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25 abr 2018

Luis Fernando Mejía, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), explicó el pasado 23 de abril, durante la VII Jornada Académica del Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Atlántico (OCSA), los lineamientos necesarios para afrontar lo que para él es el reto más grande de la economía colombiana actual: el crecimiento de la productividad.

“En la historia a largo plazo la tasa de crecimiento ha sido cercana a cero. Hemos tenido periodos de crecimiento y decrecimiento, y la productividad ha sido negativa más de la mitad de las veces en los últimos 50 años. Hay algo ahí que no está funcionando porque la eficiencia de nuestro aparato productivo no ha generado netos importantes”, afirmó.

En los últimos 50 años la tasa promedio de crecimiento de la economía colombiana es de 4,1%: 2,17% por el aumento en la calidad del empleo, 1,9 por la inversión y apenas un 0,03 por la productividad.

“Esto es un problema porque las fuentes tradicionales de crecimiento: capital y empleo, parecieran que se van a agotar muy pronto, especialmente la inversión. Hoy en día la inversión en nuestro país están en niveles del 28%, hay espacio para crecer a un 32%, pero no mucho más”, puntualizó Mejía, argumentando que sería insostenible una tasa mayor.

De acuerdo con su investigación en el tema, Colombia solo ha tenido crecimiento negativo en tres de sus 112 años de existencia: dos en la Gran Depresión en la década de los 30 y en 1999, en donde el país sufrió de la gran crisis de los mercados emergentes, atada al sector hipotecario. Es el único país de América Latina que no ha sufrido una hiperinflación, pero advirtió que el bono demográfico, que es la dependencia de las personas jóvenes con relación a adultos mayores y niños, se está agotando, y estima que en dos o tres años terminará y forjará presiones para poder generar aumentos adicionales de empleo y de crecimiento.

Gonzalo Hernández Jiménez, director de Investigación de la Universidad Javeriana, también fue uno de los invitados de la jornada y habló sobre el desarrollo del PIB per cápita de Colombia frente al de Corea, el cual basó su progreso alcanzado en las últimas décadas en la innovación, la alta inversión en capital humano y una fuerte infraestructura. Su intervención la hizo en el marco de un breve conversatorio con el profesor Leopoldo Gómez, director del OCSA, y moderado por Sandra Rodríguez, directora del departamento de Economía.

“Creo que detrás de cualquier configuración económica para lograr un despegue de este tipo (de Corea), porque estamos hablando de una situación milagrosa en materia de crecimiento económico, hay un factor inevitable y creo que es el consenso político acerca de la necesidad de ese crecimiento económico”, indicó.

Hernández recordó que este tipo de configuración favorable para el crecimiento de Corea se logró bajo una dictadura que impulsó una revolución industrial, motivada por el libre mercado. Que el mercado crediticio era bastante controlado por el sector público, así como algunas estructuras industriales.

“Todo lo que vamos a ver después en materia de salud y educación es simplemente el reflejo de un gran avance en capacidades productivas por un país que logra crecer a tasas de 6% por encima del estancamiento latinoamericano que mantiene tasas de crecimiento del 2%”, manifestó.

La construcción, un sector que genera crecimiento económico

Kelina Puche, directora de la Fundación para el Desarrollo del Caribe (Fundesarrollo), también participó de la jornada con una ponencia en la que afirmó que el crecimiento económico del Departamento del Atlántico, el cual ha mantenido una tasa por encima del promedio nacional, está vinculado a las altas tasas de crecimiento del sector de la construcción.

En 2016 creció 3,8%, mientras que el país lo hizo a una tasa inferior del 2%. Desde 2008 hasta la fecha el sector de la construcción ha crecido 2,28 veces, seguido por el sector de los servicios financieros e inmobiliarios.

“El sector de la construcción ha estado impulsado principalmente por un crecimiento exponencial en obras civiles, más que edificaciones. En términos de participación el renglón económico vinculado con el sector financiero y de actividades inmobiliarias ha sido el principal motor de la economía del Atlántico. Ha implicado de manera permanente cerca del 19% y 20% de su economía, mostrando unas tasas bastantes estables”, argumentó Puche.

Pero ante este positivo panorama, aún quedan deudas por afrontar. El PIB per cápita del departamento está muy por debajo del PIB colombiano. “Atlántico registró en 2016 un PIB per cápita de precios constantes de $9 millones, mientras que el país está en $11 millones. En ciudades como Bogotá alcanza los $18 millones, es decir, somos la mitad del PIB per cápita de este tipo de ciudades”, aseguró.

En términos de pobreza monetaria y extrema, Puche expuso que se han logrado avances en los últimos años, reduciendo la pobreza monetaria en cerca de 23,7% y la pobreza extrema en 9,9% desde 2008. Pero en términos de desigualdad, en el último año el coeficiente Gini del departamento aumentó. Es un aumento leve, pero que da indicios que las tasas de crecimiento económico no se están distribuyendo de manera equitativa en el departamento, lo que demarca importantes puntos a trabajar en tema de políticas públicas.

Por José Luis Rodríguez

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