Cuatro voces comparten la importancia de la inclusión desde Mapuka

‘UNCaribe a 4 voces’, espacio de diálogo creado hace 7 años para conmemorar el aniversario del museo, este segundo semestre propone reflexiones sobre la inclusión vista desde los museos, la familia y la escuela.

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Durante la conferencia, Dora Guarin, Sixta Hernandez, Italia Molina y Martha Molina.

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23 sep 2020

Desde el Museo Arqueológico de Pueblos Karib, Mapuka, no solo se realizan eventos que promocionan la historia y el arte, sino también temas como la igualdad, la diversidad e inclusión. Tal es el caso de ‘UNCaribe a 4 voces’, espacio de diálogo creado hace 7 años para conmemorar el aniversario del museo, el cual aborda este segundo semestre la inclusión vista desde los museos, la familia y la escuela.

Sixta Hernández, pedagoga infantil y creadora de la Fundación Luna Lunera; Dora Guarín, terapeuta ocupacional; la artista Italia Molina y el antropólogo Jorge Colmenares compartieron, a través del canal de Youtube Uninorte Académico, “historias de vida sobre discapacidad, amor e inclusión”.

Para Colmenares, la inclusión no puede estar fundamentada en un acto de diferencia porque generaría un grupo excluyente y no uno universal. Como persona con discapacidad visual, comentó que en el colegio jugaba fútbol, como arquero, y nunca se sintió excluido porque se ideó la manera de que pudiera jugar con tan solo el sonido de la bolsa que cubría el balón.

 

“Las personas tienen cosas en común, como el sentido de la percepción, y por eso hay que invertir en actividades multisensiorales para tener una respuesta óptima, duradera en el tiempo y con capacidad de atención para todo el público, como, por ejemplo, las personas que no pueden ver la vitrina se benefician con el sentido del tacto, al igual que todos, porque les gusta tocar los objetos disponibles”, enfatizó el antropólogo.

De acuerdo con la fundadora de Luna Lunera, durante su proceso de creación comprendió que cada sujeto habita un espacio diferente, con necesidades, tradiciones y culturas distintas. Por lo tanto, el reto fue cómo le brindaba un acompañamiento a cada persona que llegaba, acorde con lo que los profesionales consideraban.

Dora y Sixta tuvieron la oportunidad de trabajar juntas por medio de sus profesiones en la fundación, porque sus profesiones se complementan y su objetivo siempre será poner en primera instancia al ser humano. En ese ejercicio los niños tuvieron una experiencia amorosa, una posibilidad de encuentro con ellos mismos y con otros cuyo fin era enseñarles a los niños cómo abordar de manera genuina y amorosa al otro, a pesar de lo que les pasara.

“Somos capaces de andar juntos, caminar juntos sin que haya esa consciencia tan fuerte de lo que nos hace distintos, y esta es una misión de todos para quitar esas ‘barreras de diferencia’, pues todos somos universales. Dentro de mi ejercicio profesional una de mis banderas personales y profesionales es siempre encontrar las capacidades de cada uno como un cofre valioso”, concluyó Dora Guarín.

Por Valentina Sánchez Herrera 

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